Cada especie animal tiene pautas de conducta genéticamente predeterminadas. Del mismo modo, la genética ideológica del presidente mexicano Vicente Fox siempre lo lleva a olerle el trasero a los de su “especie”. Tal es el caso de su reacción instintiva a la nueva estafa petrolera que urdieron los intereses financieros sinarquistas que dominan al Gobierno estadounidense de George Bush y Dick Cheney.
Ante la emergencia que generó el huracán Katrina, Bush y Cheney hicieron un asombroso alarde de eficacia, pero para evitar que entrara una sola gota adicional de petróleo y gasolina a los Estados Unidos alegando que eso afectaría los precios que el mercado determina. También pretenden bombardear a Irán para eliminar los canales independientes de exportación de petróleo que no pasan por los circuitos especulativos, todo para defender el margen de 40 dólares por barril de petróleo, de los 65 de su precio actual, que son pura especulación y robo.
Lyndon LaRouche explicó el 16 de septiembre, en una alocución internacional que realizó por internet (ver "Katrina precipita una transformación revolucionaria"), que con la nueva gran estafa petrolera de la oligarquía financiera internacional, estamos ante una gran operación de saqueo de la economía física real y de los bolsillos de los consumidores, para canalizarle liquidez al quebrado sistema financiero internacional:
“Los intereses financieros. . . de EU, Gran Bretaña y otros países que llevaron a Hitler y lo que representaba al poder en Europa en los 1920 y los 1930, estos mismos intereses financieros que, a través de gente como George Shultz usan a títeres como Cheney, están empecinados en meternos en guerras de una suerte especial, lo que deberíamos entender de la historia de la experiencia europea con el imperialismo, empezando con la guerra del Peloponeso. El propósito de la operación de Cheney no es librar una guerra para ganarle al adversario y traer la paz. El propósito del imperio, como lo demostraron el Imperio Romano, el Británico y otros imperios, es usar la guerra como medio de gobernar; de aniquilar con la guerra a las fuerzas independientes, y fomentar guerras entre los pueblos por motivos religiosos u otros; de hacer que se peleen entre sí grupos nacionales, regiones nacionales, para gobernar el mundo de la forma en que Roma rigió su imperio con las legiones.
“El sistema entero está listo para estallar. De allí que, rescatar su sistema, el sistema de los fondos especulativos, es crucial para la gente que lo controla. ¿Cómo van a rescatarlo? Tendrán que robar. Bueno, el robo de 40 dólares por barril del precio del petróleo, resulta muy bueno para gente que necesita ganancia con desesperación para no irse a la quiebra”.
En el marco de esta gran estafa petrolera, Fox quiere abrirle la puerta a los ladrones con su renovada intentona de modificar la Constitución para permitir la inversión privada en la explotación de gas natural, y en la infraestructura de almacenamiento y transporte de petróleo y sus derivados.
Justo cuando la negligencia criminal del Gobierno de Bush y Cheney ante lo de Katrina ha desatado en los EU y el mundo entero una merecida ola de repudio, de rechazo a la vergonzosa política neoliberal de los últimos 30 años, Fox opta por privatizar todo hasta desaparecer al Estado por completo. Seguir este rumbo político fue lo que produjo la catástrofe evitable de Katrina.
¿Es esto lo que queremos? ¿O queremos un nuevo sistema financiero internacional, el Nuevo Bretton Woods que LaRouche ha propuesto para fomentar el desarrollo de las naciones del mundo? ¿Queremos la guerra permanente de la oligarquía financiera internacional, o aquella paz cuyo nuevo nombre es el desarrollo?
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Plataforma petrolera de la empresa estatal Petróleos Mexicanos. |