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El MJL y miembros del sindicato de la UAW estremecen a Washington
Con el domo del Capitolio de fondo, el presidente del local 969 de la UAW, Mark Sweazy, le dice a los trabajadores automotrices, a los dirigentes sindicales, funcionarios por elección y miembros del MJL que participaron en el mitin del 17 de noviembre, que el Congreso debe adoptar el programa de emergencia propuesto por LaRouche a principios de año para salvar al sector automotriz. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS). |
por Lonnie Wolfe
El Congreso de Estados Unidos fue el epicentro de un terremoto político el 17 de noviembre, cuando más de 150 miembros de United Auto Workers (UAW), el sindicato de trabajadores automotrices, cerraron filas con unos cien activistas del Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL), y realizaron un mitin frente al Capitolio y una intensa labor de cabildeo, en la que instaron al Congreso a tomar medidas para salvar del derrumbe a la industria automotriz y su capacidad vital de máquinasherramienta.
Muchos de los dirigentes de la UAW, junto con otros sindicalistas, llegaron a Washington el día anterior, el 16 de noviembre, para escuchar la presentación que hizo el ex candidato presidencial demócrata Lyndon LaRouche, misma que también se difundió por internet (ver artículo pág. 1), en la que reiteró su llamado al Congreso para salvar a General Motors (GM) y la capacidad de máquinasherramienta del sector automotriz. La mayoría también pudo dialogar con LaRouche durante una cena que tuvo lugar luego de la presentación, en la que hizo hincapié en la necesidad de una nueva militancia política sindicalista, para luchar por un programa de recuperación a lo Roosevelt, fundada en el apoyo al principio constitucional del bienestar general.
El mitin y el cabildeo ocurrió en vísperas de que GM anunciara que cerrará una docena de plantas en Norteamérica y dejará cesantes a más de 30.000 empleados, y la administración de la ya quebrada Delphi se prepara para anular su contrato con el sindicato, eliminando prestaciones y pensiones.
Dos autobuses llenos de trabajadores y jubilados de la UAW llegaron al día siguiente de Ohio. Los sindicalistas marcharon por las calles hasta llegar a un lado del Capitolio, donde realizaron una manifestación a las 11 de la mañana, portando camisetas y botones que decían: "Proponemos una solución viable al Congreso en defensa de General Motors" y "Congresistas: salven nuestras comunidades, salven nuestra economía y nuestros trabajos". Ahí se les unieron cerca de 100 jóvenes cantantes del MJL, así como otros sindicalistas y funcionarios por elección.
Con el domo del Capitolio de fondo, el presidente del local 969 de la UAW Mark Sweazy tomó la palabra para exigir que el Congreso actuara como debió hacerlo a principios de año, cuando LaRouche propuso por primera vez su programa de emergencia para salvar al sector automotriz. La vocera de LaRouche, Debra Hanania Freeman, haciéndose eco de uno de los temas de la conferencia, les dijo a los sindicalistas y a los otros que no hay nada eficaz que pueda hacerse para salvar al sector y a la economía, en tanto no se saque del poder a la "banda de rateros" que encabeza Dick Cheney. No venimos a pedirle migajas de limosna al Congreso, dijo. "Éste es nuestro Congreso y nuestro gobierno, y estamos aquí para decirles lo que tienen que hacer" en pro del bienestar general.
El diputado estatal de Michigan Lamar Lemmons dijo que su ciudad natal, Detroit, cuna de la industria automotriz, ahora está devastada, habitada por gente muy pobre y sin esperanzas. ¿Quieren que su ciudad acabe como Detroit? Tenemos que cambiar la política de Washington, añadió, y el único que ha hablado claro de medidas de emergencia para salvar al sector ha sido LaRouche. El concejal de Cleveland, Ohio, Kevin Conwell secundó a Lemmons, y dijo que su ciudad ahora tiene el índice de pobreza más alto del país; para remediarlo, tenemos que movilizarnos en apoyo a las medidas de emergencia de LaRouche, dijo.
También hablaron John Clark, dirigente de la UAW de Adrian, Michigan; Russ Reynolds, presidente de un local de la UAW en Flint, Michigan; y Art Reyes, vicepresidente de la UAW .
Tras los discursos, el MJL cantó El grito de libertad; luego el grupo entero marchó hacia el Capitolio.
En un principio los activistas sindicales tenían pensado dirigirse al Capitolio por su cuenta, pero después del mitin le pidieron a los del MJL que los acompañaran. Así, cada grupo de 20 o 25 sindicalistas fue acompañado por jóvenes larouchistas.
La mayoría de los trabajadores automotrices que llegaron de Ohio no conocían al MJL, pero rápidamente descubrieron la eficacia del "método de LaRouche" para bregar con los congresistas. Los intercambios en las oficinas del Congreso a menudo empezaban abordando temas específicos, tales como las pensiones, pero pronto enfocaban en los problemas políticos más amplios. Al poco rato los sindicalistas se dieron cuenta que ellos tendrían que orientar a los congresistas, pues aquéllos desconocían por completo lo que es una economía industrial fundada en la producción. Pronto los sindicalistas estaban preguntándole a los del MJL: "¿Qué hacemos ahora? ¡Nosotros los seguimos!"
En total sostuvieron 40 reuniones, muchas de ellas con republicanos.
Antes, en su cena con LaRouche, le preguntaron qué decirle a sus bases. Que hay una nueva dirigencia en Washington, respondió, y que deben sumarse a la batalla.