Editorial
¡Estamos haciendo milagros!
Al caracterizar la situación política actual durante su
intervención por internet el 16 de noviembre pasado (la cual sigue
disponible en
www.larouchepub.com/spanish), Lyndon LaRouche describió los
acontecimientos del último año y pico como prácticamente un
milagro. Desde la reelección de George W. Bush en Estados Unidos, cuando
el Partido Demócrata estaba en la lona, a la fecha, hemos tenido casi una
resurrección de ese partido como fuerza de combate, al menos en lo que
respecta a su dirigencia en el Senado. Por otra parte, la
“autoridad” de Bush se ha desinflado de modo increíble, no
sólo en las encuestas de opinión, sino también en cuanto a
poder político real.
Nosotros los del movimiento de LaRouche conocemos de primera mano el
proceso que generó esta transformación. Estuvimos ahí,
presionando, golpeando, guiando a cada paso del camino. Podemos decir, sin temor
a equivocarnos, que la intervención del Movimiento de Juventudes
Larouchistas y del propio LaRouche fue indispensable para que el Partido
Demócrata olvidara su hostilidad contra Franklin Roosevelt y se
convirtiera, de hecho, en un partido rooseveltiano, y en crear ahora el
potencial para salvar al mundo de la pandilla fascista de Cheney.
No obstante, es claro que éste no es el momento de dormirnos en
nuestros laureles. A estas alturas, parece evidente que la dirigencia del
Partido Demócrata en el Congreso, si no es que todo el partido, reconoce
que no puede esperarse hasta “la próxima elección”
para darle un giro decisivo a la política del país. Pero
aún tenemos un enorme problema, en dos sentidos: uno, lograr que los
congresistas luchen por los programas económicos rooseveltianos que
tienen que instaurar para sacar a EU y al mundo de la tumba, al tiempo que le
dan la puntilla a la carrera política de Cheney; y dos, transmitirle el
impulso que está generándose en el Congreso a la población
y a las demás naciones, que tienen que ponerse en acción si
es que hemos de salir victoriosos.
Demorar la ejecución de cualquiera de estas empresas representa un
peligro tremendo.
Las bestias de la camarilla de Cheney, ahora heridas, no se quedarán
cruzadas de brazos. Ya andan afanadas tratando de manipular el ambiente
político, ya sea con alguna nueva atrocidad terrorista o esgrimiendo un
tema social “candente”. Es absolutamente indispensable que los
demócratas y republicanos cuerdos no muerdan el anzuelo y se concentren
en lo fundamental: botar a Cheney, y luego emprender la recuperación
económica necesaria para poner de nuevo en pie a nuestra economía
moribunda. Los demócratas del Senado le dieron al clavo cuando
denunciaron el nombramiento de Samuel Alito a la Corte Suprema de EU como un
ardid para “cambiar de tema”, justo después del encauzamiento
del secuaz de Cheney, Lewis Libby; y los republicanos cuerdos coincidieron, al
grado que las audiencias de confirmación se postergaron para enero. Es
hora de dar los pasos decisivos correspondientes.
La segunda gran tarea a cumplir consiste en transmitirle a la
población y al mundo en general el impulso actual que impera en el
Congreso. Una cosa es que la gente se queje de la política bélica
del Gobierno de Bush en Iraq, y dejar que Halliburton y los emporios
transnacionales le roben a mansalva al mundo, y otra muy distinta que se
comprometa de forma activa a derrotar estas políticas ipso
facto.
Un gran obstáculo son los poderosos órganos de
difusión, que impiden que el público conozca la verdad. Si
Cheney recibe un golpe devastador, ¡los periódicos como el Washington Post ni siquiera lo mencionan! Prácticamente toda la
prensa, excepto la ligada a LaRouche, ha ignorado la guerra que el senador Harry
Reid le ha declarado Cheney.
La conclusión es clara: la única forma de echar a andar la
movilización necesaria para salvar al mundo, es que la gente se integre
al movimiento de LaRouche, lea sus publicaciones, visite sus sitios
electrónicos, participe en sus actividades. Es el movimiento de LaRouche,
animado por la Juventud Larouchista, el que está transformando al
movimiento sindical, a la población, al Partido Demócrata de EU,
¡al mundo! LaRouche hablará este 11 de enero a la 1:00 p.m. (hora
del este de EU), por www.larouchepub.com/spanish y www.larouchepac.com/spanish;
su presentación contará con interpretación
simultánea al español. ¡Únete!