Editorial
El parteaguas de las elecciones en EU
En la invitación a su próxima videoconferencia internacionl,
que está programada para transmitirse por internet el 31 de octubre desde
Berlín, Alemania, y Washington, Estados Unidos, Lyndon LaRouche se
concentra en las decisivas elecciones intermedias estadounidenses del 7 de
noviembre. A como se perfilan, en medio del estallido financiero en marcha, un
inminente bombardeo aéreo inmediato del Gobierno de Cheney y Bush contra
Irán, y la ola de malestar entre la mayoría empobrecida de la
población estadounidense contra el gobierno, estas elecciones
serán un parteaguas en la historia mundial.
En respuesta a preguntas de interlocutores chinos sobre la importancia de
estas elecciones, LaRouche las ubicó en su perspectiva más
amplia:
“Estados Unidos de América está atrapado en una
vorágine político–económica. El ataque a las Torres
Gemelas del edificio de la Autoridad Portuaria en la Ciudad de Nueva York
golpeó a la población de EUA con cierto efecto, del modo que
había declarado públicamente mis temores a principios de ese
año: mi temor de que la combinación de la depresión
económica que había azotado el año anterior y la
incompetencia intrínseca de George W. Bush hijo para gobernar, creara una
situación en la que debemos esperar un acontecimiento comparable al
incendio del Reichstag de Alemania a manos de Hermann Göring en febrero de
1933. . . Sin duda Bush, el títere de Cheney, estuvo cerca de
adjudicarse poderes dictatoriales durante los sucesos acaecidos la tarde que
siguió al ataque. Sin embargo, nunca alcanzaron poderes dictatoriales
reales, pero las consecuencias políticas del incidente en todo el sistema
político han acercado a EU a la posibilidad de que se establezca una
dictadura, incluso antes de las venideras elecciones generales intermedias de
noviembre.
“El incidente del 11 de septiembre de 2001 le ha infligido cierta
debilidad percibida a la autoridad de la Constitución estadounidense. No
obstante, uno de los factores que eleva el riesgo de que se dé un golpe
de Estado, de pe a pa, en EU, es el desplome de la confianza de la
población y del sistema político en el Gobierno de Bush y Cheney.
Esta pérdida de confianza en el gobierno inclina cada vez más a
Cheney y sus amos entre las redes de George P. Shultz a tomar medidas
desesperadas prematuras. No sería de sorprender que Cheney emprendiera un
ataque aéreo de meses contra Irán antes de las
elecciones.
“Entre tanto, el derrumbe general del actual sistema
monetario–financiero mundial embiste. La burbuja especulativa
internacional de los bienes raíces que creó el ex presidente de la
Reserva Federal estadounidense Alan Greenspan, está más que a
punto de reventar. El colapso de esa burbuja hipotecaria bastaría para
surtir sobre el actual sistema monetario mundial el mismo efecto que tuvo el de
la casa bancaria lombarda de Bardi en precipitar a la Europa del siglo 14 en la
Nueva Era de Tinieblas.
“La situación mundial presente es como un estado de guerra. La
existencia de la guerra es cierta, y los factores principales que
determinarán la victoria o la derrota en general se conocen, pero el
desenlace preciso sigue siendo incierto. En semejante situación, uno
tiene que pensar como un Franklin Roosevelt o como cualquier otro gran
comandante en tiempos de guerra”.
LaRouche continuó: “Como les he advertido a mis amigos y
demás en la cúpula del Partido Demócrata de EU, y
también a otros, el futuro inmediato de la política le pertenece a
la causa del 80% de los ciudadanos estadounidenses de menores ingresos. En la
pauta de los resultados de las elecciones primarias demócratas hasta
ahora, la tendencia del voto es una preferencia por los candidatos contrarios a
Bush y por los que son sensibles a las preocupaciones del elector del 80% de las
familias de menores ingresos. Las sacudidas económicas y otros golpes
políticos a la población están sucediéndose a un
ritmo acelerado. Dadas las incertidumbres inherentes que veo con claridad como
experto en el proceso político, a menos que triunfe lo que yo propongo,
la situación para la humanidad entera no será alentadora. Sin
embargo, como comandante, tengo que librar la batalla que se me ofrece, la cual
tengo que atender. Eso es lo mejor que cualquiera puede hacer en estos
instantes. Calculo que nuestras posibilidades de éxito son buenas, pero
nadie puede garantizarlo en este momento.”
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