Reportaje especial
Documentación: LaRouche habla desde
Berlín
Un momento histórico mundial
A continuación reproducimos la transcripción de la
videoconferencia por internet que dio Lyndon LaRouche el 6 de septiembre desde
Berlín, Alemania, con un público enlazado directamente desde
Washington, D.C. La reunión que patrocinó el Comité de
Acción Política Lyndon LaRouche fue moderada por Jessica Tremblay
y Jonathan Tennenbaum en Berlín, y por Debra Freeman en Washington. Para
ver la videoconferencia, que contó con interpretación
simultánea al español, visite www.larouchepac.com/spanish o
www.larouchepub.com/spanish.
Jessica Tremblay: Buenas tardes. Mi nombre es Jessica Tremblay y
soy representante del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) acá. Y,
por supuesto, buenos días en Washington, D.C. Ésta es una
videoconferencia internacional, y es la primera vez que esta clase de
reunión se lleva a cabo de manera simultánea en Berlín y
Washington, D.C., así que es un acontecimiento histórico y un gran
honor poder presentarles al señor LaRouche en este momento.
El señor LaRouche escribió hace unas tres semanas, para su
discusión, un documento titulado “Dinámica y
economía”, que se envió a muchos dignatarios e instituciones
internacionales para iniciar una debate sobre la solución a la crisis
financiera internacional. Muchas de las preguntas que escucharemos serán
parte de este proceso de deliberación respecto a la solución a la
crisis financiera internacional, y representan el diálogo en curso con el
señor LaRouche.
Creo que lo más importante que hay que decir es que el señor
LaRouche ha señalado, en cuanto al intercambio que tendremos hoy y su
presentación, que será de un significado histórico mayor
que el de octubre de 1988, cuando pronosticó la caída de todo el
sistema soviético del CAME. Y, si pensamos qué tan importante fue
eso y lo que significó para la historia, creo que éste será
un día muy especial. . . .
Entonces, Lyn, ¿estás listo?
Lyndon LaRouche: Muchas gracias.
El ciclo de la historia mundial que está llegando a su fin en estos
meses, empezó con la muerte del presidente Franklin Roosevelt en abril de
1945. Mi primera presciencia del hecho de que éste era el comienzo de un
nuevo ciclo de la historia, una ruptura con el antiguo, me ocurrió la
noche que nuestra unidad militar —que en ese entonces estaba de paso por
India, camino al norte de Birmania— recibió la noticia de la muerte
del presidente Franklin Roosevelt. En el transcurso de ese día muchos de
los soldados se me acercaron y me preguntaron si tendrían la oportunidad
de hablar algo conmigo esa noche. Entonces, al ocultarse el sol, salimos y nos
reunimos, y la pregunta era muy sencilla: “¿Qué significa la
muerte del presidente Roosevelt para nosotros ahora?” La pregunta en
realidad no me sorprendió mucho, pero sí estaba sorprendido. Y me
escuché a mí mismo decir —y aún recuerdo mi
respuesta, porque me asombró, hasta la fecha—: “En realidad
no estoy muy seguro. Pero sí sé que entramos a esta guerra bajo la
conducción de un gran hombre, y ahora al país lo dirige un hombre
muy pequeño. Temo por nuestro país”.
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Cortejo fúnebre del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt el 14 de abril de 1945. Sus enemigos aprovecharon su muerte para impulsar una nueva era imperial. (Foto: Biblioteca del Congreso de EU). |
Ése fue el comienzo de un nuevo ciclo, el ciclo actual de la
historia mundial.
Más de un año después, a mi regreso del servicio
militar en el norte de Birmania, estuve asignado por un tiempo en Calcuta antes
de regresar a Estados Unidos. Conocí a un buen número de personas,
simplemente porque yo era así. Tan sólo tomé el directorio
telefónico, busqué todos los partidos políticos en Calcuta,
e hice citas para reunirme con los dirigentes de esos partidos, con cada uno,
para averiguar que pasaba realmente en ese país. Y en el transcurso de
eso, luego de reunirme con un buen número de dirigentes de la
región de Bengala, se dio el caso una mañana en que se
reunió un grupo de personas en la zona de tranvías de la parte
norte de Maidan, entre Darma Hata y el empalme Chwringhee, algunas de las cuales
yo conocía. Se dirigían a una manifestación rutinaria al
palacio del gobernador general, ubicado en esta calle larga que viene desde
Darma Hata, y se trataba de una manifestación de rutina, de protesta a
favor de la independencia de India y cosas por el estilo.
Pero este día en particular, los guardias, que iban armados con
largos palos de bambú con puntas de metal —llamados
lathee—, los usaron para atacar a las personas, y mataron e
hirieron a varias de ellas con esas armas singulares. Esto resultó en una
protesta muy grande, porque el estado de ánimo del país era
realmente explosivo en esos días. Entonces, al día siguiente hubo
una afluencia de gente enorme para protestar.
Ahora bien, el Maidan —que todavía está
ahí— es una zona céntrica, como un parque, en Calcuta. Y la
calle principal, Chowringhee, que era entonces la calle más
próspera, de comercios, corría hasta una intersección con
la calle Darma Hata, que cruzaba y nos llevaba rumbo al palacio del gobernador
general. La gente se bajaba de los trenes, y muchos tomaban Darma Hata hacia el
cruce con Chowringhee. En este cruce había estacionados policías
británicos con metralletas. Y cuando llegaron los manifestantes, abrieron
fuego a punta de metralleta contra la multitud.
Al día siguiente, cuando salí a ver lo que había
pasado el anterior, las calles todavía estaban cubiertas con charcos
secos de la sangre de esa gente.
En consecuencia, en ese momento la población entera de Bengala
prácticamente inundó Calcuta y la policía paró los
trenes para que la gente no pudiera llegar. Pero millones de personas empezaron
a marchar alrededor de la ciudad, día y noche. Y yo salía a la
zona de Maidan, como soldado; los británicos se habían ido,
sólo habían quedado los estadounidenses ahí, aparte de los
indios. Y presencié esta manifestación gigantesca marchando,
marchando de lado a lado, marchando nada más, marchando. Y una consigna
de los hindúes era “¡Jai Hind!” Y luego otros en
la misma marcha respondían, “¡Pakistan Zindabad!”
Y marchaban juntos, por su libertad y contra esta monstruosidad que representaba
la intervención británica en todo el Imperio Británico, en
especial en los países que no lucían lo bastante blancos como para
satisfacer a la monarquía británica.
‘Tendremos métodos
estadounidenses’
Y, como Roosevelt había muerto. . . Y Roosevelt
tenía la intención, como se lo había advertido una y otra
vez a Churchill, al terminar la guerra: “No vamos a usar los
métodos británicos; el mundo se va a regir con métodos
americanos. ¡Vamos a liberar a las colonias! Vamos a ayudarlas a que
se desarrollen, incluso el sur de África”. Y tenía planes
para África, para su desarrollo. “¡Ya no tendremos tus
métodos, Winston! ¡Tendremos métodos
americanos!”
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LaRouche, quien estaba en Calcuta al final de la Segunda Guerra Mundial, fue testigo de la lucha de los indios por independizarse del Imperio Británico. Muertos y heridos en las calles de Calcuta tras el “Día de Acción Directa” el 16 de agosto de 1946, luego de que las tropas británicas abrieron fuego contra los manifestantes; entre tres mil y cuatro mil personas murieron ese día. (Foto: www.kolkataweb.com). |
Pero al momento que Roosevelt murió, murió ese plan. Y
Churchill y el nuevo Presidente de EU, Truman, hicieron una serie de cosas para
impedir que eso ocurriera.
Vino la recolonización. El Ejército holandés, el
maravilloso holandés, entró a Indonesia a reprimir al pueblo
libre. El Gobierno británico, con apoyo de EU, sacó a los
prisioneros de guerra japoneses de los campos de prisioneros en Indochina,
¡y los liberaron! Mientras que EU, con Ho Chi Minh, había liberado a
Indochina de la ocupación japonesa. Ho Chi Min, un aliado estadounidense.
Y ésta fue la política en África y otras partes. La
represión de las aspiraciones de los pueblos, mientras que Roosevelt
había buscado la libertad de los pueblos oprimidos, y ayudarlos ahora con
el aparato de guerra estadounidense produciendo el material necesario para
auxiliar a estos países en el desarrollo de su infraestructura, en el
desarrollo de sus economías, y a que alcanzaran el objetivo pleno de la
libertad. Esto había cambiado.
Varias décadas después de estos acontecimientos, un amigo
mío que había sido el jefe de campo de las operaciones de la
[Oficina de Servicios Estratégicos] OSS en Italia, me platicó
sobre su visita a la antesala de la oficina del presidente Roosevelt, adonde
había acompañado al jefe de la OSS, el general Donovan, a una
reunión con Roosevelt. Luego, según me lo describió,
Donovan salió de la reunión muy triste y le dijo a Max [Corvo]:
“Se acabó”. Y mi amigo dijo de ese momento: “Un mal
momento para EU y el mundo en general se convirtió en la experiencia de
décadas de la historia mundial desde el día en que murió
Franklin Roosevelt”.
Entre tanto, ya para agosto de 1945 otros acontecimientos habían
confirmado mi presciencia de abril de ese mismo año, sobre la suerte de
la nación con Truman. El mismo veterano de la OSS que había
acompañado al general Donovan a esa antesala del despacho del Presidente,
también había sido testigo en Italia (porque él estuvo a
cargo del espionaje contra los fascistas allá) de las negociaciones que
se llevaron a cabo con el representante del emperador Hirohito de Japón.
Esto fue a principios de 1945. Hirohito, el Emperador de Japón,
había usado canales diplomáticos de la Secretaría de Estado
del Vaticano y, específicamente, de la Oficina de Asuntos Extraordinarios
de dicha secretaría, que en ese entonces encabezaba monseñor
Montini, a quien más tarde el mundo conoció como el papa Paulo VI.
Y en estas negociaciones que presenció mi amigo entonces, el Emperador y
otros países aliados habían negociado los que a la larga
terminaron siendo los términos de la rendición que vino en 1945,
después del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki.
Pero Roosevelt ya había muerto.
Truman, que no sabía de las armas nucleares hasta el momento de
convertirse en presidente, adoptó la política del hombre
más perverso del siglo pasado: Bertrand Russell. Bertrand Russell propuso
que las armas nucleares —porque él participó en el aspecto
científico del lado británico— debían usarse para
emprender un ataque nuclear contra la Unión Soviética, para lo
cual no había armas disponibles después de lo de Hiroshima y
Nagasaki (por motivos que explicaré). Y el propósito de eso, como
el propio Russell afirmó y publicó antes que era la
política británica y la de Truman, era el plan de guerra
preventiva contra la Unión Soviética mediante un ataque nuclear,
en momentos en que ellos creían que la Unión Soviética no
tenía armas nucleares. Y este ataque tenía un sólo
propósito, no el de derrotar a la Unión Soviética, sino de
forzarla a someterse al gobierno mundial, a un imperio mundial, a la
eliminación del Estado nacional soberano mediante las armas
nucleares.
Y fue al final de la guerra que EU, después de la rendición
alemana, más o menos en ese período, tenía tres artefactos
explosivos nucleares que podían usarse como armas. Uno era simplemente un
producto experimental de laboratorio, que fue la famosa bomba de prueba de Los
Álamos. Había dos más: uno era una bomba de uranio, un
prototipo de laboratorio, no un arma de producción en serie; el segundo
era una bomba de plutonio que, también, era un producto de laboratorio,
no para su producción en serie. Entonces, EU, con un Japón que
tenía que rendirse, porque la principal isla japonesa estaba
totalmente aislada, tanto por las fuerzas soviéticas que iban llegando a
Manchuria como por la Armada estadounidense y el Ejército, la Fuerza
Aérea y los submarinos estadounidenses, impuso un bloqueo: ni un solo
navío japonés podía entrar ni salir de la isla principal de
Japón. Y la isla principal japonesa estaba desplomándose en lo
económico, porque dependía de las materias primas importadas del
continente, a las que ya no tenía acceso.
Entonces, se hizo esto: ¡el bombardeo absolutamente innecesario de
Japón! ¡Sin ninguna justificación militar! ¡Fue un
crimen contra la humanidad! Posponer la rendición de un adversario
derrotado y bombardear a la población con un arma de gran poder
destructivo de nuevo cuño, no para ganar la paz, no con el
propósito de ganar una guerra, sino con el fin de emprender una plan de
imperialismo nuclear, ¡para eliminar la institución del Estado
nacional soberano del planeta! Y ésa fue la política. Y ésa
fue la política del presidente Truman.
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El presidente Franklin Roosevelt enfrentó al primer ministro Winston Churchill en Yalta, el 4 de febrero de 1945. Roosevelt le dijo a Churchill, explica LaRouche: “No vamos a usar los métodos británicos; el mundo se va a regir con métodos americanos. ¡Vamos a liberar a las colonias! Vamos a ayudarlas a que se desarrollen, incluso el sur de África”. |
Así, en abril, cuando tuve el mal presentimiento sobre la muerte de
Franklin Roosevelt, tuve más que razón.
Tan pronto murió el presidente Roosevelt, la política
estratégica del Gobierno de Truman siguió plenamente la de Winston
Churchill, quien ya estaba de salida como primer ministro en ese entonces. Pero
Churchill, Truman y sus cómplices acordaron seguir exactamente lo que
dije: la política de Bertrand Russell; de Bertrand Russell, el hombre
más perverso del siglo pasado. Hitler no era nada comparado con Bertrand
Russell; sólo que no tuvo la oportunidad de demostrarlo.
Y el plan en ese entonces, al igual que hoy, de la misma facción,
es un plan de imperialismo llamado “globalización”.
Maastricht, por ejemplo, es un instrumento de la globalización.
Maastricht es un instrumento del imperialismo. La política era establecer
un gobierno mundial.
Ben Bernanke, que es el jefe de la Reserva Federal de EU, no es muy
inteligente que digamos, por lo menos a como actúa. Dice que va a
establecer un imperio mundial estadounidense, un nuevo Imperio Romano en todo el
mundo, que, en cierto sentido, es su propia comprensión confusa
—como tiene una comprensión confusa de todo lo que habla— de
lo que es su propósito. El modelo del imperio, que los británicos
adoptaron con lord Shelburne tras el tratado de París de 1763, la
política del imperio, no era la del Imperio Romano, sino la del
Veneciano. Y esto se ve hoy con toda claridad, pero Bernanke es demasiado
estúpido como para reconocer esa política. También es
estúpido en cuanto a algunas otras cosas, en especial la
economía.
Pero el plan era uno veneciano, una política que se
estableció en alrededor de 1000 d.C., cuando Bizancio empezó a
desplomarse y la oligarquía financiera veneciana tomó control de
un grupo que llegó a conocerse como la caballería normanda, a la
que antes Bizancio había usado contra Carlomagno y su legado. Carlomagno
había colaborado de manera estrecha con el califato de Harun
al–Rasid de Bagdad, quien había colaborado con los judíos
del Oriente Medio según el sistema de Carlomagno, en tanto
política hacia los judíos, quienes tenían una
política de cooperación con Harun al–Rasid y
Carlomagno.
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Ben Bernanke estrecha la mano de Bush, luego de prestar juramento como presidente de la Reserva Federal de EU en enero pasado. Bernanke afirma querer establecer un imperio mundial estadounidense, pero “es demasiado estúpido como para reconocer esa política. También es estúpido en cuanto a algunas otras cosas, en especial la economía”. (Foto: Kimberlee Hewitt/Casa Blanca). |
El plan veneciano es el choque de
civilizaciones
Pero los venecianos y la caballería normanda declararon una
política contra el islam, igual que la política de Washington hoy,
la del choque de civilizaciones. El choque de civilizaciones, que la agencia de
inteligencia británica, la llamada oficina de asuntos árabes,
estableció como la política del choque de civilizaciones, es la
que hoy existe contra el islam, la misma que los venecianos y sus aliados
instituyeron en las cruzadas hace poco más de 1.000 años. Y junto
con eso vino, a su vez, una persecución general de los judíos y la
negación de sus derechos en toda Europa. La misma política de
Hitler. Y Hitler sacó esa política de la caballería
normanda, que se la hicieron llegar al gran inquisidor Torquemada de
España, quien se la hizo llegar al resto de Europa.
Así es que la política contra el islam, contra los
judíos en varios países, es la misma: la política de la
organización de las cruzadas venecianas, hasta la fecha. Ése es el
enemigo, es gobernar al mundo con el método del terror de dividir y
conquistar. Y ésa era la política en ese entonces.
Ahora bien, después de eso las circunstancias y los tiempos
cambiaron con rapidez. En el transcurrir de los acontecimientos, después
de 1948, Truman fue forzado a retracatarse y no buscar la reelección,
porque la guerra de Corea era un desastre; la Unión Soviética
había desarrollado armas nucleares, y lo había logrado por
sí misma, independientemente de cualquier cosa que le robaran a EU. La
Unión Soviética sí consiguió el modelo del arma
nuclear estadounidense; lo consiguió de los británicos, a
través de Canadá. Stalin tenía una alternativa, y dijo:
“Si vamos a usar armas nucleares o a mostrarlas, probémoslas con el
modelo estadounidense; y si fallan, culpémoslos a ellos”, cuando
ellos tenían un modelo ruso que funcionaba muy bien. Y el hecho de que
los soviéticos habían desarrollado este tipo de tecnología
antes que EU, se demostró con las pruebas de la primera
explosión termonuclear de hidrógeno, que era de clase militar en
cuanto a su alta calidad.
Así, estos acontecimientos cambiaron las cosas. A Truman le dijeron:
“¡Hucha, hucha muchacho!” Y parte del aparato anterior de
Roosevelt, el presidente y general Dwight Eisenhower, tomó el liderato de
la presidencia y, es probable, nos ahorró lo que sería una guerra
nuclear en los 1950.
Pero luego el plan continuó, que es lo que tenemos que entender hoy.
El plan continuó a pesar de lo que hizo Eisenhower. Eisenhower
advirtió sobre esto en el momento en que dejó la
presidencia, en su famoso discurso de despedida, donde habló de un
complejo militar industrial controlado por intereses privados.
¡Ésa es la política del Gobierno de Bush!,
ejércitos privados para suplantar a los ejércitos oficiales;
arruinar y destruir los ejércitos regulares de las fuerzas armadas de los
países y remplazarlos con ejércitos privados, como si fuera un
sistema de la SS privada. Ésa es la política del Departamento de
Defensa de Rumsfeld; ésa es la política que se lleva a cabo en
Iraq; ésa es la política que se pretende aplicar contra
Irán; ésa es la política que se pretende para el Sudoeste
de Asia y más allá. Así que el plan continúa, no
obstante la resistencia a eso por parte de fuerzas en torno a
Eisenhower.
Luego vinieron otros acontecimientos. Tuvimos a Macmillan, a Harold
Macmillan, el Primer Ministro del Reino Unido. Se armó un
escándalo para sacarlo del poder. Y una vez fuera, tras un intervalo
indecente, pusieron a Harold Wilson, quien destruyó la economía
británica y sentó el precedente para ayudar a destruir el sistema
que Roosevelt había establecido a nivel mundial.
Entonces, ése es el cuadro: sale Macmillan; empiezan a atacar a De
Gaulle, a quien los nazis trataron de asesinar en varias ocasiones. La
Organización del Ejército Secreto eran los nazis, el sector de
Francia que estaba a favor de Hitler dentro del Ejército
francés, los sinarquistas de Francia que llevaron a cabo las intentonas
de asesinato contra De Gaulle. Lo sacaron de todas maneras, de otro modo, pero
eso fue lo que pasó.
Adenauer, por presión británica, fue forzado a retirarse de
manera prematura, para hacerlo a un lado. Y luego, a mediados de los 1960,
sacaron a [Ludwig] Erhard y establecieron un Gobierno de coalición en
Alemania para permitir que EU, a través de John J. McCloy, pusiera a su
“favorito” como Canciller de Alemania: Willy Brandt. Willy Brandt no
hubiera conseguido empleo alguno, ni para tirar cenizas, si no fuera por John J.
McCloy.
Así que se produjo un proceso de destrucción de las reliquias
de las instituciones sobre las que estaba fundada la civilización
europea, en sus mejores momentos, en su proceso de recuperación del
período de la guerra; fue un proceso de destrucción de la
civilización y sus instituciones.
El Comité sobre el Peligro Actual y el
TNP
En este proceso hay ciertas personas que se engañan creyendo que el
Tratado de No Proliferación es un instrumento adecuado para impedir la
guerra termonuclear. No lo es. Lo que hay que entender es el plan de Bertrand
Russell de emprender ataques nucleares contra la Unión Soviética.
Ese plan no ha desaparecido. Está bien vivo. Nunca se detuvo. Cuando esta
idea de la guerra preventiva de Russell fracasó, optaron por abordarlo de
otra manera, que fue la idea de acelerar la capacidad de proyectiles de largo
alcance que transportaran armas termonucleares. Usaron esto para crear el
Tratado de No Proliferación en respuesta al incidente en Cuba, ¡pero
el plan nunca desapareció!
Ahora bien, hay una organización en EU que sigue saliendo a flote,
que representa esa política: se llama Comité sobre el Peligro
Actual. Ésta apareció por primera vez en los 1940, con Truman.
Luego la escondieron, en el sentido de que Eisenhower dijo:
“Desháganse de eso”. Reapareció de nuevo, en este
contexto.
Luego, en 1976, durante la elección presidencial —yo fui
candidato presidencial en ese entonces—, el Comité sobre el Peligro
Actual se reorganizó en torno a un grupo de la Comisión
Trilateral, que también incluía a Scoop Jackson, un dizque
demócrata (una especie de demócrata de la Edad de Piedra, ahora
fallecido, que probablemente esté más pétreo que nunca). Lo
revivieron de nuevo. Yo había obtenido correspondencia privada entre
estos individuos, de lo que querían hacer. Querían montar un
enfrentamiento nuclear con la Unión Soviética una vez que
Brzezinski estuviera a cargo del Gobierno de Jimmy Carter. Así que yo
advertí de esto en televisión nacional, en particular en un famoso
mensaje de media hora que di en octubre, en el que lo desenmascaré y lo
acabé. ¡Y ellos quisieron asesinarme!
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El senador Henry “Scoop” Jackson, un demócrata nada más de nombre, recibe una copia del semanario New Solidarity de LaRouche en febrero de 1975. “Scoop” fue una figura decisiva en restaurar el Comité sobre el Peligro Actual. "Querían montar un enfrentamiento nuclear con la Unión Soviética
una vez que Brzezinski estuviera a cargo del Gobierno de Jimmy Carter",
pero LaRouche dejó al descubierto la operación en un discurso por televisión nacional que dio en 1976. (Foto: EIRNS). |
Ahora de nuevo, con el tipo que controla en realidad al Gobierno de Bush,
que es George P. Shultz. . . Es el tipo que puso a Pinochet en el
poder en Chile, el peor totalitario del mundo. ¿Quieren encontrar a alguien
que no cree en la democracia? Hablen con George P. Shultz; él es quien
creó al actual Gobierno de Bush; él fue quien convenció al
pobre de George Bush de que buscara la presidencia; él es el que
diseñó y creó el Gobierno de Bush; él fue el
patrocinador de Condoleezza Rice; él es el que impulsó a Cheney,
lo patrocinó y lo llevó al poder.
Él controla y se encubre hoy tras el Comité sobre el Peligro
Actual, el comité de la guerra.
El peligro de que logre, con sus cómplices, que Cheney vaya a la
base aérea de Offutt para emprender un ataque aéreo preventivo,
sin previo aviso, contra Irán, sigue siendo uno de los grandes peligros
hasta el momento. Este peligro podría llevarnos a un enfrentamiento
nuclear.
De hacerse lo que tienen planeado, lo que están
haciendo. . . Uno se afana en un enfrentamiento nuclear, pero
de una nueva variedad en la que el mundo se despedaza con la guerra
asimétrica de la suerte que vemos ahora en el Sudoeste de Asia, que
está diseminándose por todos lados, y seguirá ocurriendo, a
no ser que lo paremos.
Esto va a continuar, y hay la intención de usar armas nucleares. El
Comité sobre el Peligro Actual significa guerra nuclear, si se
permite que sigan adelante con sus planes.
De modo que la gente hoy tiene que darse cuenta de que no puede decirse que
podemos escondernos tras del Tratado de No Proliferación. Y, de hecho, el
asunto es que al Gobierno de EU no le importa si Irán desarrolla armas
nucleares o no. No les importa. Preferirían que lo
hicieran, porque la intención del Gobierno de EU, es decir, del
Gobierno de Bush, respecto a Irán, no es que estén molestos
con su programa nuclear. ¡No les molesta en lo más
mínimo! ¡Mienten! ¡Lo que les molesta es la existencia del
Gobierno iraní! Su programa no es uno de no proliferación; su
programa es de cambio de régimen. Y el cambio de régimen quiere
decir lo que dijo Bernanke: un imperio mundial.
Pero no está hablando de un Imperio Romano, porque es muy
estúpido y no sabe de lo que habla en realidad. Es un imperio a la
veneciana, que hoy en día, si es que entendemos la historia, es el
modelo, es de veras el modelo liberal angloholandés.
El modelo liberal angloholandés quiere decir sofistería;
quiere decir gobiernos que no tienen principios; sólo tienen la
sofistería. Hacen lo que les da la gana. La razón de esto es:
“Deja que el dinero rija al mundo”. Ésa es la política
de John Locke, la de Bernard Mandeville, la de los británicos en general,
la política de los holandeses. Simplemente vean a la población
holandesa y traten de encontrar a alguien mayor de 70 años en Holanda
vivo. Eso es el liberalismo.
Ésta es la clase de política con la que estamos bregando: la
idea de que los banqueros gobernarán al mundo, o que grupos financieros
deben gobernar al mundo y que los gobiernos no sean más que juguetes de
eso. Eso es lo que tienen en Europa, por ejemplo, en la forma del mentado
sistema de banca central independiente. Y un sistema de banca central
independiente no es una institución del gobierno; es una
institución privada que, debido a que los gobiernos se someten a los
banqueros, el Estado no hace nada que el sistema de banca central independiente
no le permita. Si lo hace, pueden tumbar al gobierno. Y los gobiernos
parlamentarios son muy fáciles de tumbar. Así que si uno tiene un
gobierno parlamentario y está sometido a un sistema de banca central
independiente, su gobierno puede ser derrocado casi de manera
instantánea, cada vez que no se complazca al sistema de banca central
independiente, que son los financieros que lo controlan.
Ésa es la situación de Europa ahora. Éste es el
significado de Maastricht; es un paso hacia el imperialismo, hacia la
destrucción de la soberanía de todo país europeo. Y quieren
hacer lo mismo con EU, y con el resto del mundo también.
Ése es el problema.
Una crisis de desintegración general del
sistema
Ahora bien, para entender esto, lo que quiere decir es que la
política que se introdujo durante el período de Truman por
presión de los liberales angloholandeses contra la política de
Roosevelt inició un cambio en la historia mundial, inició un
ciclo de la historia que viene de marzo de 1945, de la muerte de Franklin
Roosevelt, hasta el presente. Lo que tenemos ahora en el mundo es una crisis
de desintegración general de ese sistema. Y como el sistema se
está desintegrando, los banqueros al nivel más alto, que entienden
esto, están empezando a realizar cambios fundamentales en las formas de
gobierno y otras cosas de inmediato. Porque el viejo sistema se
acabó. Puede ser cuestión de días o semanas para que
todo el sistema financiero del mundo se venga abajo, y no habrá
ninguna parte del mundo que escape a este derrumbe, al derrumbe de EU y
Europa.
Consideren nomás la secuencia: ahora mismo el detonador probable del
derrumbe es la burbuja de las inversiones en bienes raíces
británicas y estadounidenses con repercusiones en Europa, que las vemos
ahora en Alemania, en especial en el período reciente, con las
liquidaciones de activos de los fondos especulativos, el Heuschrecken. Si
esto se viene abajo, esta inflación —organizada por Londres, por el
Banco de Inglaterra, sus círculos, y el sistema de la Reserva Federal de
Alan Greenspan— depende en su totalidad de la inversión
hiperinflada de los bienes raíces. Esta burbuja está a punto de
venirse abajo. Una vez que la burbuja de los bienes raíces se venga
abajo, todo el sistema lo hará. Estamos en un momento en que podemos
decir que el mes de septiembre quizás sea el momento para una
desintegración total de reacción en cadena del sistema. Esto
implica, ya, al sistema trasatlántico, pero también quiere decir
Asia, India, China. Porque estos países, en Asia, dependen ahora del
mercado que representa la avalancha de dinero fácil que fluye desde
Japón hacia las operaciones del mercado de dinero en Europa y las
Américas.
Por tanto, si este sistema se viene abajo, entonces, en consecuencia, las
exportaciones de China se vienen abajo, las exportaciones de India se desploman
de conformidad. ¡No hay soluciones asiáticas! Algunos afirman
que si Europa y EU se derrumban, eso quiere decir que Eurasia prosperará.
¡No! ¿Cuanta gente pobre hay en Asia? ¿Qué
porcentaje de la población de India y otros países
asiáticos es pobre, en extremo pobre? ¿Cuántos pobres hay en
China? Puede que existan millonarios y multimillonarios en estos países,
pero también hay una gran cantidad de pobres; y la gente pobre es mucho
más importante que la rica, porque ellos son la mayor parte de la
población. Si hay una reacción en cadena, una crisis social en
estos países, se irán también al pozo junto con Europa y
EU.
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El intercambio de LaRouche con quien pronto sería el presidente Ronald Reagan (aquí en un debate como candidatos en Cóncord, Nueva Hampshire, en 1980), llevó a este último a adoptar su propuesta de la IDE en marzo de 1983; más tarde, LaRouche pronosticó atinadamente la caída de la Unión Soviética y la reunificación de Alemania en un discurso histórico que dio en octubre de 1988 en el hotel Kempinski de Berlín. (Fotos: Stuart Lewis y Dean Andromidas/EIRNS). |
Por consiguiente, ése es el problema que enfrentamos. El problema
que enfrentamos es que, a no ser que se tomen medidas que sean factibles,
racionalmente factibles, para impedir este crac mediante un cambio
fundamental e inmediato del sistema económico y
monetario–financiero internacional, no queda mucha esperanza para la vida
en este planeta por algún tiempo en el futuro.
Esto, como dije, es a manera de introducción.
Ahora déjenme volver la atención a algo que ocurrió a
mediados de este transcurso, por así decirlo, desde el fallecimiento de
Roosevelt hasta el momento actual de la crisis, del ciclo completo. Regresemos,
primero que nada, a febrero–marzo de 1983, y luego a octubre de 1988, y
consideremos ese período. Para entender eso, por ejemplo, veamos lo que
pasó entonces, el 12 de octubre de 1988, en el hotel Kempinski Bristol.
Ustedes lo verán en pantalla. [Lo que sigue es la trascripción de
algunos extractos del discurso de 1988.]
El pronóstico de LaRouche de 1988
“El propósito de estar aquí en Berlín, como ha
dicho Volker, es para que conste en actas en esta ubicación
geográfica y política, una declaración formal, una
declaración breve sobre la política de EU, un cambio en la
política de EU sobre la perspectiva de la reunificación de
Alemania. Esta declaración, entre sus otros efectos, será parte
integral de un programa a escala nacional de media hora que se
transmitirá en EU antes de las próximas elecciones, y que
tendrá algún impacto en ellas.
“También debo aclarar, antes de leer la declaración,
que soy un economista en la tradición de gente como Leibniz, Alexander
Hamilton de EU y Federico List de Alemania, por supuesto. Mis principios
políticos son los mismos de Leibniz, List, Hamilton y, claro, por ende,
son congruentes con la política de Federico Schiller y Guillermo de
Humboldt. Y, como los fundadores de mi república, debo decir que tengo
una fe incólume en el principio de las repúblicas de los Estados
nacionales absolutamente soberanos. Por consiguiente, me opongo y trataré
de impedir con todos los medios a mi alcance el intento de destruir las
soberanías de los Estados nacionales independientes por medios tales como
Europa 1992 y cualquier otra cosa que pudiera socavar la soberanía de
cualquier nación.
“Sin embargo, al igual que Schiller, creo que cualquier persona que
aspire a ser un alma bella debe ser al mismo tiempo un verdadero patriota de su
propia nación, pero también un ciudadano del mundo. Por estos
motivos, en los últimos 15 años me he vuelto un especialista en
los asuntos exteriores de mi país. Como consecuencia de este trabajo, he
logrado una influencia creciente y significativa en algunos medios en torno a mi
propio gobierno sobre el tema de la política exterior y la estrategia de
EU. Mi papel durante 1982 y 1983, al colaborar con el Consejo de Seguridad
Nacional para darle forma a la adopción de la política que
después se conoció como la Iniciativa de Defensa
Estratégica (IDE), es un ejemplo de esto.
“Aunque los detalles son confidenciales, puedo asegurarles que hoy
hablo en momentos en que mi influencia sobre la toma de decisiones en parte de
las instituciones estadounidenses es más grande que nunca en estos
momentos. Por tanto, puedo asegurarles que la declaración que voy a
leerles, sobre el tema de la propuesta y las perspectivas de la
reunificación de Alemania, es una propuesta que será estudiada con
mucha seriedad entre los círculos institucionales pertinentes de mi
país.
“Ahora la declaración misma.
“En condiciones adecuadas, muchos estarán de acuerdo hoy en
que ha llegado el momento de que se den los primeros pasos hacia la
reunificación de Alemania, con la perspectiva obvia de que Berlín
pueda reanudar su papel como la capital de la nación”.
La IDE vs. el derrumbe
económico
El trasfondo es el siguiente: como dije antes, en 1976 conseguimos este
documento del Comité sobre el Peligro Actual, que planteaba una amenaza,
una amenaza nuclear a la entonces Unión Soviética, como una
artimaña, una finta, una maniobra política. Eso, debido a mi
reacción a ello —que sí cambió parte de la
política del Gobierno de Carter, porque nosotros lo destapamos, no
pudieron llevarlo a cabo—. Quisieron deshacerse de mí, pero yo
empecé a trabajar en una organización que habíamos fundado
en ese período, la Fundación de Energía de Fusión,
que representaba a algunos de los principales científicos de EU y otros
países. Por tanto, teníamos una capacidad científica que
nos permitió definir las alternativas al uso de andanadas de proyectiles
balísticos como método para controlar los asuntos
mundiales.
Esto llegó a ser parte de mi campaña presidencial para la
designación del candidato del Partido Demócrata en 1980. En ese
proceso, me reuní personalmente con Ronald Reagan, entonces candidato, y
luego tuve otro acercamiento con él, ya como presidente. Y tuve una
cierta relación con la gente de Reagan en esa época. Tuvimos una
entrada con un funcionario del Gobierno soviético en la ONU, quien dijo
que su gobierno estaba interesado en averiguar si habría otras opciones
para discutir con el nuevo presidente. Así que yo envié un mensaje
a la gente pertinente en las instituciones de la presidencia, y les dije que un
funcionario soviético nos había abierto esa puerta y recomendaba
que el Gobierno de EU adoptara la alternativa de deliberar, lo cual sería
del interés de ambas partes.
Así que el Gobierno de EU, a través del Consejo de Seguridad
Nacional, aceptó la idea de que yo fuera el interlocutor de estas
negociaciones confidenciales con el Gobierno soviético, mismas que
sostuve entre febrero de 1982 y febrero de 1983. En estas conversaciones, yo
planteé la situación y propuse que los Gobiernos soviético
y de EU, junto con otros, tenían la capacidad de desarrollar un nuevo
sistema que, con su acuerdo, podría impedir el uso de un ataque nuclear
como táctica exitosa para cambiar la política mundial. En ese
tiempo, en este proyecto estaban oficiales de alto rango destacados en Alemania,
Francia, Italia y EU, y otras personas pertinentes vinculadas a mí en ese
período. Todo parecía ir bien, hasta que Andrópov fue
ratificado como el nuevo Secretario General de la Unión Soviética.
Tuvimos nuestra última conversación con el representante
soviético en Washington, y me dijo que su gobierno, con Andrópov,
rechazaría la oferta. Yo le expuse exactamente cuál sería
el ofrecimiento, lo que yo pensaba, y le dije lo siguiente: “Si el
Presidente de EU acepta mi propuesta —y le expliqué lo que
sería la oferta, en mi opinión—, y si él se la
presenta al Gobierno soviético; y si el Gobierno soviético luego
insistiera en rechazarla, el Gobierno soviético se derrumbará en
cuestión de cinco años”.
Y sí se vino abajo como en cinco años.
Así que yo soy bastante bueno en esta clase de cosas, de
pronósticos, y esto es muy pertinente para la situación que
estamos discutiendo aquí hoy. Esto fue parte del ciclo. Esto fue un
momento que demostró que uno puede cambiar el ciclo. Uno puede cambiar el
ciclo mediante acuerdos entre los gobiernos, en particular el concierto poderoso
de gobiernos que, si acuerda cambiar la política, puede cambiar el ciclo.
El problema es que desde que se introdujo esa política, a la muerte de
Franklin Roosevelt en abril de 1945, ¡el mundo ha estado funcionando
conforme a ella!
Se han dado cambios en muchas cosas, pero el plan ha seguido igual, la
política estratégica. Eso nos ha llevado al momento en que
todo el sistema mundial, en este momento, está al borde de un desplome
de reacción en cadena. No estamos hablando de un crac financiero ni
de una depresión, sino de la desintegración de la economía
mundial. Porque el problema hoy es que, a consecuencia de varias cosas —y
voy señalar cuáles son los problemas—, entre fines de los
1980 y hoy la gente diez años mayor que yo en general ya ha muerto o se
volvió inactiva. En Europa y EU, las han remplazado en los cargos de
conducción con gente que proviene del estrato social del 20% de mayores
ingresos en sus poblaciones respectivas.
O sea, la gente que nació entre 1946 y 1957 —por ejemplo,
durante la recesión estadounidense de 1957—, a la que le lavaron el
cerebro en general, como una política de lo que se llamaba el Congreso a
Favor de la Libertad Cultural; el lavado de cerebro de una generación
entera, desde su infancia hasta este período, resultó en el mismo
tipo de efecto visto en la Grecia antigua, en la antigua Atenas, cuando la secta
de Delfos incorporó el condicionamiento a través de la
educación de la juventud ateniense y demás culturas griegas. De
modo que Atenas cometió un crimen contra la humanidad en la isla de
Melos, un genocidio contra la isla de Melos, y toda la cultura griega se vino
abajo a consecuencia de la continuación de dicha política, que
desembocó en lo que se conoció como la guerra del Peloponeso. Y
Grecia jamás se recuperó, hasta la fecha, de esa política
de Atenas.
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“Antes de que se inventaran los sesentiocheros, la gente solía pensar que lo que hacía con su vida iba a hacerse realidad en sus hijos y sus nietos. Lo que es bello para mí, es el hecho de que mi vida podía mejorar las cosas para la generación venidera”. La heroína de los derechos civiles Amelia Boynton Robinson, una nonagenaria, estudia el globo terráqueo con un joven amigo. (Foto: Richard Welsh/EIRNS). |
Los sesentiocheros lavados de cerebro
De manera similar, las mismas fuerzas tras el Gobierno de Truman
introdujeron la misma política, conocida como Congreso a Favor de la
Libertad Cultural, que tuvo mucho peso especialmente en Francia, en Alemania,
por medio de los remanentes del movimiento existencialista, y en EU. Tuvimos un
lavado cerebral de sofistería, la versión moderna de la
sofistería de la Grecia clásica en estos países. Y tienen
el problema de que ahora hay gente de una perversidad igual de inmoral que la de
los nazis. Pero los nazis tenían acceso a un conjunto de recursos, de
administradores que eran competentes en lo técnico. Los nazis eran un
peligro, porque en lo tecnológico eran muy competentes; los alemanes eran
tecnológicamente competentes, los más competentes de Europa.
Cuando se toma lo más apto de una población, de una
economía, en lo tecnológico, se tiene una maquinaria que, si se
orienta a lo perverso, es muy poderosa y muy eficaz en hacer el mal. De hecho,
sin la alianza de EU con José Stalin ¡no hubiéramos derrotado
a los nazis!
Fíjense ahora: hoy en Alemania y otros países
europeos, al igual que en EU, a la generación que se retiró o
murió hace unos 10 o 15 años, que era competente, la ha desplazado
una generación de la que es típico Ben Bernanke, ¡una
generación de gente de una incompetencia peligrosa! Son perfectamente
capaces, en ciertas circunstancias, de usar armas para controlar el mundo; pero
no podrían sostenerlo, no podrían mantenerlo en lo
económico.
Y ése es nuestro problema: que tenemos esta sofistería. Ellos
dicen: “Bueno, lo que le importa a la gente es la opinión
pública”. Tenemos la enajenación del 80% de la
población de abajo por parte del 20% de arriba. La política
estadounidense la decide en lo principal el estrato del 20% de mayores ingresos;
¡y ya va para el del 3% de ingresos más altos! Y eso es lo que
estamos tratando de romper dentro del Partido Demócrata; es exactamente
eso, que el Partido Demócrata regrese a la orientación de
Roosevelt y regrese al pueblo, a la gente común, para inspirarla y
elevarla. Regresar a las regiones pobres del mundo, donde la población es
pobre, y ganársela para darle una vida que debiera ser accesible para
ellos, una mejor forma de vida. No fundar la política en la
opinión pública, sino en hacer el bien para la
mayoría de la población, hacer el bien para las
próximas generaciones de pueblos enteros.
Y es aquí donde radica el problema.
Hay incapacidad; la incapacidad dice que, “si tengo dinero, no me
importa”. Hay padres de familia que andan entre los 50 y 65 años,
que a veces tienen hijos, y uno a veces se pregunta cómo le hicieron,
porque no parecen importarles mucho. Los consideran más como una
molestia, un problema que tienen que controlar. Y ese problema es lo que impera
en la sociedad.
El otro aspecto de esto, que va de la mano, es que la economía no
está basada en el dinero; ésa es la gran ilusión. El dinero
es un instrumento necesario para organizar el circulante en la sociedad. Pero,
como se demostró con Roosevelt, con un sistema de regulación el
dinero no tiene ningún valor intrínseco. La esencia del
liberalismo británico, del liberalismo angloholandés en Europa, es
que el dinero sí tiene un valor intrínseco. La base de su valor es
algo así como el juego de azar, del modo que lo describen Mandeville y
otros de esa inclinación. Hay sistemas que dicen que uno tiene que
someter la política económica a que cumpla los requisitos de la
circulación del dinero. En tanto que Roosevelt hizo exactamente lo
contrario: establecimos un sistema de regulación, en términos de
prioridades, en términos del sistema fiscal, etc., que mantuvo la
economía en equilibrio.
Inversión en la infraestructura a gran
escala
Miren, lo decisivo que tenemos que hacer ahora mismo, es que tenemos un
mundo que está en un estado de colapso, de desplome físico y
económico; la infraestructura en Europa se viene abajo; la
infraestructura de EU está derrumbándose. Ya no podemos mantener a
la población actual en las condiciones peresentes con estos sistemas.
Tenemos que cambiar. Tiene que haber inversiones a gran escala en la
gestión de aguas; grandes inversiones en el sistema de transporte, en
lugar de tener todos esos automóviles que embotellan el tráfico.
Debe haber inversiones en la salubridad; inversiones para desarrollar el
territorio, plantar más árboles y demás cosas por el
estilo.
Como 50% de cualquier economía bien organizada, una economía
moderna, tiene que destinarse a sectores que no sean ni trabajos de oficina, en
un sentido, ni poco calificados, sino cosas que sean inversiones en la
infraestructura económica básica, que son inversiones que tienen
un promedio de vida física de entre 25 y 50 años, y son posibles
por el patrocinio del gobierno en la creación del capital que se ha de
prestar para invertirse en estos proyectos y también en inversiones
privadas que sean contribuciones a la sociedad, y luego, al regularlas y
protegerlas con garantías de precios por medio de niveles de precios
justos, no de libre cambio. Si va a invertirse en una empresa, no la llevas a la
quiebra bajando los precios tanto que no pueda con su propia inversión.
¡Se regula! Uno regula los gravámenes. Uno regula los precios, como
lo hicimos con Roosevelt.
Nosotros produjimos, desde el momento en que Roosevelt asumió el
cargo y al final de la guerra, ¡la maquinaria económica más
grande del mundo jamás vista! Nosotros no derrotamos a los nazis porque
fuéramos mejores soldados. No. Derrotamos a los nazis porque
teníamos toneladas de materias primas, en tanto que ellos, apenas
cientos de libras. Contribuimos a la capacidad soviética para destruir al
Wehrmacht con materias primas; con tanques y muchas otras cosas, como
aviones, la capacidad de fabricar aviones, la capacidad de construir tanques;
logística.
Por tanto, puede decirse que 50% del ingreso nacional debe considerarse
para la reinversión y el mantenimiento de la infraestructura
económica básica. Nada de libre mercado.
En la iniciativa privada uno busca el ingenio. Uno quiere el producto del
productor ingenioso, creativo y útil. Uno quiere dar oportunidades. No se
quieren demasiadas industrias grandes. Uno quiere lo que se llama industrias
medianas, no de accionistas, en las que el propósito de la
inversión no es el de producir ganancia para el accionista. El
propósito de la inversión es permitirle a un empresario levantar
una empresa que sea útil a la sociedad, y cuya razón de existir no
sea simplemente hacer montones de dinero, sino que sea un éxito, el
éxito para las generaciones venideras de una industria que sea
útil para la sociedad.
Lo clave en esto es que la gente no entiende qué es el valor. El
valor no es monetario. El valor monetario pertenece a un sistema esclavista o a
una forma degenerada de sociedad. La fuente de la riqueza no es la
especulación ni la competencia de precios. La fuente de la riqueza es
fundamentalmente la ciencia. La fuente de la riqueza es el dominio de los
principios de la naturaleza por parte de la mente individual, que ningún
animal puede descubrir; es la aplicación de estos descubrimientos de
principios para aumentar el poder del hombre, per cápita y por
kilómetro cuadrado, sobre el territorio de la sociedad.
Lo mismo es cierto en la cultura, la cultura clásica, que es el modo
de desarrollar las relaciones de la gente con otros, que les permita cooperar y
ser más productivos, que les permita pensar como solían hacerlo
(incluso en las culturas más pobres, la gente acostumbraba pensar). Antes
de que se inventaran los sesentiocheros, la gente solía pensar que lo que
hacía con su vida iba a hacerse realidad en sus hijos y sus
nietos. Lo que es bello para mí, es el hecho de que mi vida
podía mejorar las cosas para la generación venidera, y que yo
pueda vivir de ese modo, en que tengo el sentido de participación en la
inmortalidad, lo cual se logra de maneras parecidas con el arte
clásico.
El desarrollo de una cultura bella
El desarrollo de una cultura bella, de un pueblo bello, no bello porque
tenga tatuajes o porque usen cacharros en la cara o cosas así, sino
bellos porque sudan y trabajan y se sacrifican para asegurarse de que la
siguiente generación sea mejor, más capaz que su
generación. Y ellos van a ver que sus nietos son mejores, en
términos de oportunidades y capacidades, que cualquier otro que conozcan.
Ellos dicen: “Mi vida no es en vano. Mi vida significa
algo”.
Pero vivimos en una cultura corrupta. ¿En qué sentido? Corrupta
como la de Zeus, el Zeus olímpico, como lo describe el Prometeo
encadenado de Esquilo. Vivimos en una cultura que dice: “Sé
práctico. ¡No me hables de teoría, no me hables sobre
cultura! Yo quiero tener lo mío ahora. Yo quiero tener
satisfacción sexual. Yo quiero entretenimiento. Yo quiero algunas drogas
para arreglarme la cabeza, para que no me moleste, que no interfiera con mi
placer”. ¿Hmm?
Hemos arribado a una sociedad que trata a la gente como animales:
“No pienses. No descubras. No seas creativo. No pienses en la
inmortalidad. No pienses en las generaciones futuras. Sólo piensa en como
irla pasando, ¡y a gozar!” ¿Hmm? ¡Esto es lo que le hemos
hecho a la gente! ¡Ésta es nuestra cultura!
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Miembros del Movimiento de Juventudes Larouchistas participan en una escuela de cuadros en California. “Tenemos que crear una generación que tenga un componente sobresaliente de gente que sea el cimiento del desarrollo futuro de la ciencia. . . ciencia, como una forma de pensar sobre lo que uno va a realizar, lo que uno va a lograr”. (Foto: Alexandra Phillips/EIRNS).
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Pero si no progresamos, si no hacemos avances científicos y
tecnológicos, ¡entonces las generaciones venideras serán
peores que nosotros! Lo cual es la tendencia actual. Si no desarrollamos la
cultura, la siguiente generación será más bruta que
nosotros, y eso no es inmortalidad.
Por ende, el valor económico, ante todo, viene del valor
económico físico. La capacidad de brindar un mejor nivel de vida
físico a los miembros de la sociedad, per cápita y por
kilómetro cuadrado; eso es un valor. Esto se logra en lo fundamental
mediante el progreso científico y tecnológico. Pero el progreso
científico y tecnológico no funciona a menos que haya progreso
cultural. Y, por tanto, la sociedad depende de estas consideraciones; de que la
forma en que se transmiten las ideas en una sociedad se fundamente en la
cultura. Y la forma en que uno se desarrolla, es que uno mejora la cultura. Las
culturas están ligadas a los idiomas. La cultura —porque involucra
la comunicación— significa que uno tiene que usar el medio del
lenguaje como lo hicieron todos los períodos clásicos del idioma.
Uno no emplea simplemente palabras con significados literales, como si fueran
piezas que uno usa para jugar, sino que las palabras están colmadas de
ironía, plenas de contradicciones, plenas de ingenio sobre qué tan
disparatada fue tu idea, qué tan irrelevante es para la
realidad.
Y, mediante el gran drama clásico, mediante el trabajo musical, uno
se da cuenta de que una nota no se canta; no existe tal cosa como una nota fija.
Es una función irónica de la coma pitagórica, en el
contrapunto. Lo que uno ve en la partitura no es lo que uno debe escuchar, sino
algo mejor que resulta de la interacción y la dinámica de
ello.
Lo otro es esto: que este tipo de modo de pensar mecanicista sobre el
hombre, que hoy domina en la sociedad y permite que ocurra mucho de lo perverso,
se denomina opinión mecanicista de Descartes. Se piensa en la gente como
pequeños guijarros, se piensa en los objetos como guijarros; llevamos la
estadística de detalles, guijarros que no significan nada.
Los sistemas reales son los que llamamos dinámicos. Por ejemplo, los
sistemas vivos, ¿en qué se diferencian de los sistemas inertes? En
la dinámica. Los mismos elementos que reaccionan en los sistemas vivos
existen en los inertes, pero reaccionan de manera diferente. Pero, ¿por
qué? Debido a la dinámica, como señalara Vernadsky. La
sociedad no es una colección de individuos “haciendo esto”,
que interactúan todo el tiempo. La sociedad es la
interacción de la gente, la interacción de procesos. Por
tanto, uno tiene que pensar de forma dinámica.
Piensa dinámicamente; el reduccionismo no
funciona
Vean la economía de todos los peritos en estadística.
¿Qué hacen ellos? Siguen los métodos estadísticos. Los
métodos estadísticos son métodos reduccionistas
cartesianos; no funcionan. Todos los economistas, en el sentido del
pronóstico económico, todos los que conozco, son unos ineptos,
porque piensan en términos estadísticos. Se les
enseña a pensar en términos estadísticos. Son
incompetentes.
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El Movimiento de Derechos Civiles Solidaridad (BüSo) pugna por la reindustrialización de Berlín en la campaña por la elección municipal del 17 de septiembre. Berlín está perdiendo su industria gracias al régimen de Maastricht de la Unión Europea y, por tanto, no puede generar el ingreso suficiente para mantener a su población. (Foto: James Rea/EIRNS).
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Uno tiene que pensar en términos de la dinámica.
¿Cómo puede uno mejorar el proceso total de la sociedad, el proceso
de cooperación en la sociedad, en la producción, en el trabajo?
Ésas son las cuestiones, y ésa es mi especialidad, esta
cuestión de la dinámica. Y lo que estamos haciendo ahora, por
ejemplo —y simplemente para terminar, porque sé que queremos tener
más deliberación y tengo mucho más que decir, pero no se
puede embutir todo en una sola ocasión—, nos estamos dirigiendo a
jóvenes entre los 18 y los 30 años, y los ponemos en un programa
educativo que se fundamenta en la dinámica. En la ciencia física,
empiezan con el estudio ancestral de la esférica, que en realidad
es otro nombre para la astrofísica, transmitida como método de los
egipcios a los griegos. Ésta es la obra de los pitagóricos, la
obra de Platón y cosas parecidas. La tradición de la Academia de
Platón, con gente como Eratóstenes en Egipto y demás.
Empezamos con eso. Luego los pasamos realmente a la física riemanniana. Y
la totalidad de la ciencia física moderna se ubica en esencia en el
método de Kepler, cuando este proceso que él inició en la
ciencia sistemática avanzó gracias a Riemann, de la
dinámica riemanniana.
Sabemos que hemos perdido la generación científica,
principalmente mi generación y otros más viejos; ya fallecieron.
La generación a la que se educa ahora en las escuelas y universidades, en
general es una inepta en la ciencia. No es su culpa, sino que se les ha educado
de manera incompetente. Se les ha educado bajando el nivel, al modo de los
sesentiocheros, a una cultura posindustrial que ya no entiende la ciencia
física.
Así que tenemos que ver a los que andan entre los 18 y 30
años, si pensamos en el futuro y en los planes. Tenemos que asegurarnos
de que se les eduque y se desarrollen para pensar en términos de la
dinámica, en esos términos. Tenemos que crear una
generación que tenga un componente sobresaliente de gente que sea el
cimiento del desarrollo futuro de la ciencia. Ciencia, no como algo
contemplativo; ciencia, como una forma de pensar sobre lo que uno va a realizar,
lo que uno va a lograr.
Hemos llegado al grado que los sistemas estadísticos mecanicistas
que son populares y se enseñan hoy día —como ese pobre
idiota Bernanke, que no sabe otra cosa—, esos sistemas no funcionan. Si te
adaptas a ellos, eres un tonto, te suicidas culturalmente. Debe crearse, como en
el caso de Berlín aquí. . . Berlín es
emblemático de este problema —en gran medida debido a
Maastricht—, pero Berlín no es capaz de generar suficiente ingreso
como para mantener a su población actual, debido a que carece de
industria. Está perdiendo su industria, y sin industria no se puede
crecer. ¡Ni siquiera puede seguir existiendo! ¡Eso está fuera
de debate! El problema sólo es debatible desde la perspectiva de la gente
que odia a Alemania, que quiere acabar la industria, o de gente tonta que no
quiere trabajar, que no quiere producir nada. Pero es un hecho que la palanca
que uno tiene cuando realiza trabajo creativo, como funciona en una industria
moderna tecnológicamente progresista, ¡crea más riqueza de la
que se requiere para emplear a la gente que la produce! Creas un nivel de vida
más alto en el empleo de la gente que produce, que en cualquier otra
cosa.
La peor economía es una de servicios, una economía de
servicios no calificada, una condenada por su propia voluntad.
¡Pero ésta no es una característica de Alemania, de
Berlín o de cualquier otro lugar! Es una característica de Europa
y EU, que fueron lavados del cerebro por el Congreso a Favor de la Libertad
Cultural, los sesentiocheros a los que se les lavó el cerebro para creer
en: “¡Quítate la ropa, bota el cerebro y vete a
divertir!” ¡No creen en producir! No existe la satisfacción de
los logros, no existe la satisfacción intelectual. ¡Sólo
quieren entretenimiento! Porque todo lo que hacen es de por sí aburrido.
Sólo les emociona si no lo hicieron ayer. ¡Ya no les da placer y
satisfacción la capacidad de entender lo que es una idea real! La
alegría de trabajar porque a uno le guste trabajar. No se trabaja
porque uno necesita el dinero. Sí, uno necesita dinero para vivir,
¡pero trabaja porque le gusta! Uno tiene una sensación de que
eso es importante, de que está haciendo algo importante por la humanidad.
Uno puede caminar con orgullo por la calle como una persona que está
haciendo algo por la humanidad y que no le avergüenza la vida,
vivir.
Y le hemos hecho eso a toda una generación, a la generación
que nació entre 1945 y 1957. En general, la destruimos, en especial a
aquéllos a los que se les dijo que serían parte de la clase
más alta, que iban a ser más listos yendo a las universidades (no
iban a saber nada, pero serían muy listos); que iban a estar al frente, a
ser importantes, con un ingreso mayor que el del resto de la población;
que mirarían con desprecio al resto de la gente como fracasados,
al 80% de menores ingresos, que es hoy la situación en Europa y
EU.
‘Dejen de ser simios’
Lo que tenemos que hacer es simplemente reconocer esta clase de hechos, de
que nos encontramos en una cultura que tiene características
dinámicas y hay ciertas personas en ella que han organizado para que esta
sociedad funcione en torno a ciertas ideas, ciertos sistemas de
organización que han causado este ciclo, desde la muerte de Roosevelt
hasta el presente, este derrumbe general de la civilización en todo el
mundo. Y nunca nos liberaremos de este desastre, a menos que nos levantemos y
digamos: “Dejen de ser simios”. ¿Hmm? Pónganse de pie y
digan: “Vamos a cambiar al sistema mundial ahora mismo”. Lo
podemos hacer; porque cuando la gente se da cuenta, como ha ocurrido
antes —todas las grandes revoluciones han hecho esto—, de que no
puede seguir por el rumbo que lleva, que no existe la posibilidad de vivir
con este sistema en los próximos diez años ni cinco años,
¡ni siquiera dos!, ¡entonces saben que tienen que cambiar! Y
ése es el momento en que ocurren las revoluciones.
Ahora bien, las buenas revoluciones no son las sangrientas. Las buenas
revoluciones se basan en las ideas y en el valor de éstas. Y el problema
que tenemos ahora, el problema más grande que veo, es que tenemos gente
que no carece de inteligencia, sino de valor. No se atreve a dar la cara para
ejercer la clase de liderato que se requiere, a “quemar las naves”,
por así decirlo, ni chocar con la autoridad que está deteniendo
a la sociedad. Y decirle a la autoridad que la está deteniendo:
“¡Eres un obstáculo! ¡O cambias o te quitas de
ahí!”
Éste es el momento en que haces revoluciones industriales,
revoluciones culturales, los grandes avances. Eso fue lo que ocurrió en
Alemania con Moisés Mendelssohn y Gotthold Lessing, quienes inspiraron a
una Alemania que iba camino al desastre, al igual que el resto de Europa con el
liberalismo, y causaron una erupción en Alemania: los clásicos
alemanes, que rejuvenecieron otras partes del mundo, incluso a a EU, aun a
Francia y otros lugares.
Una revolución de ideas, como la representa la obra de Gauss, la
obra de Leibniz, la de otros; la obra de Beethoven, la de Mozart. Esta clase de
revoluciones tiene que ocurrir, y prosperar y cambiar a la sociedad para que
deje de hacer lo que se considera convencional: encontrar a los
líderes que sean valientes, que tomarán la palabra, porque lo que
dicen es la verdad y lo saben, no porque busquen aprobación con lo que
digan.
Y es ahí donde nos encontramos hoy día.
Yo podría decir mucho más, pero creo que eso es
suficiente.
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