Economía

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 22

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Estudios estratégicos

Diálogo con LaRouche

 

Tremblay: Lo importante que hay que decir es que el diálogo que el señor LaRouche empezó obviamente ya lleva buen tiempo, y el señor LaRouche respondió a algunas de estas preguntas que se le hicieron llegar por escrito en el último par de días. Sólo quisiera mencionar, de manera muy breve, que este diálogo es a un nivel muy alto. Entre las personas que han enviado preguntas se encuentran parlamentarios, también de Italia, Andrea Ricci, quien preguntó sobre el sistema del Nuevo Bretton Woods. Y ése será el primer tema de las preguntas. También tenemos una pregunta del periodista italiano especializado en economía, [Giorgio] Vitangeli es su nombre, sobre el derrumbe de la burbuja estadounidense de los bienes raíces. Y en parte del diálogo escrito, hay una del profesor Dai Lunzhang, el ex economista en jefe del banco central de China, quien le pregunta al señor LaRouche algo sobre la dirección que sigue el Fondo Monetario Internacional, y si éste representa una institución que hay que cambiar.

Pero quisiera leer una pregunta que me parece es más una declaración, y te pido que comentes al respecto. Es del ex secretario de Estado de la República Argentina, Julio González. Dice lo siguiente:

“Señor LaRouche, en los EU debe establecerse de inmediato un gobierno de coalición para una salvación económica mundial. Ese gobierno debe tener como programa que los gastos de las guerras por petróleo deben cesar y esos recursos deben aplicarse a la circunvalación del planeta con ferrocarriles, según el proyecto genial de Lyndon LaRouche. Esta gigantesca obra pondrá fin a la supremacía británica del mar e impedirá el choque de civilizaciones programado por los británicos para aniquilar las poblaciones del planeta.

“¿Cómo hacerlo? Blas Pascal, el genial filósofo matemático, dijo que la fuerza rige al mundo, pero que la opinión basada en la razón dirige la fuerza. Con el programa de salvación pública mundial de Lyndon LaRouche ha de formarse inmediatamente esa opinión pública mundial.

“Lyndon LaRouche, ¡victoria y futuro!”

LaRouche: Como probablemente saben, en Argentina tienen muy pocas ilusiones de las que son comunes en Europa. No creen que los británicos sean buena gente. Por tanto, tienden a ser más objetivos sobre la situación mundial que muchas otras partes del mundo. Pero esto es verdad.

La crisis avanza en México ahora, por toda Sudamérica, que es sumamente importante, porque Sudamérica está saliendo del fango luego de que se le arrojó ahí de los 1970 en adelante, cada vez más en el transcurso de los 1970. Y tenemos a Lula, quien. . . No voy a juzgarlo, pero su reelección en Brasil es importante, en el sentido de que consolida un proceso de ajuste —no diría que sólo de cooperación, sino de ajuste— entre las naciones de Sudamérica, que tendrá cierto impacto hacia el Norte. Sí quieren desarrollarse, sí tienen ideas prácticas. La función del actual Presidente de Argentina es extremadamente útil a este respecto; ha emprendido iniciativas —en cooperación con otras naciones de Sudamérica, no sólo como Argentina— que de veras son muy benéficas y prometedoras para el futuro.

Pero lo que expresa este caballero es, según noto, de lo más aceptable. Gracias.

Tremblay: ¿Tenemos una pregunta de Washington?

Freeman: Buenos días. Tenemos varias preguntas de instituciones aquí de Washington. Antes de hacerle la primera pregunta a Lyn, nada más quisiera mencionar que hay varios públicos reunidos, además del de Berlín y el de aquí, que participan en la videoconferencia de hoy. Tenemos a cinco universidades en cuatro ciudades de Bolivia; seis universidades en Colombia que están participando, así como tres diferentes organizaciones sindicales; y también una reunión en Argentina.

La labor de Clinton en pos de una ‘nueva arquitectura financiera’

Lyn, la primera pregunta es de una alta funcionaria de la Cámara de Representantes de EU, alguien a quien conoces muy bien. Su pregunta es ésta: “Lyn, durante la crisis económica de 1998 el entonces presidente [Bill] Clinton y el secretario del Tesoro [Robert] Rubin plantearon propuestas que sonaban muy parecidas a las que ahora sugieres, a favor de una ‘nueva arquitectura financiera’. Fue un período muy esperanzador para todos nosotros. ¿Qué estropeó sus planes entonces? Y, ¿cómo vencer las ofensivas renovadas de aquellos que sabotearon un cambio de dirección en el pasado, en lo que era una situación debatiblemente más prometedora?”

LaRouche: Hubo dos problemas ahí. En ese momento yo estaba muy metido —en particular en agosto de 1998—, porque vi que esto se venía, esta crisis de los bonos [del Gobierno ruso] GKO, y habíamos enfrentado una crisis similar en 1997, en la que George Soros fue una especie de figura en esa época. De modo que estábamos listos; yo estaba listo.

En ese momento, en agosto, en una reunión de su propio equipo, el presidente Clinton simplemente llegó a la conclusión de que yo había tenido razón y ellos se habían equivocado en su evaluación de la situación. Y con su secretario del Tesoro, Bob Rubin, trató en ese momento de elaborar una suerte de plan que, en el mes de septiembre, salió a relucir en una reunión que tuvo con el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, una organización privada, pero salió de eso y no le dio seguimiento.

La falta de seguimiento fue. . . Lo que hizo en realidad fue amenazar con azuzar los perros contra el oso y no lo cumplió, y el oso empezó a contraatacarlo. El oso contraatacó con un escándalo y una intentona de juicio político —creo que lo llamamos “hacer el oso”—, un intento de enjuiciar al Presidente. De modo que eso convirtió todo en un desastre, y las fuerzas que el Presidente había movilizando para efectuar una reforma monetaria quedaron neutralizadas por este conjunto de circunstancias, que es lo que suele suceder.

Creo que hoy ese presidente Clinton probablemente tiene una visión retrospectiva más clara de cuáles eran los problemas, de la que tenía entonces. Creo que ahora está más claro sobre esto que entonces. Por desgracia, no es presidente. Como saben, hay muchos problemas que el planeta se hubiera ahorrado si el presidente Bill Clinton hubiera gobernado un tercer período; de ese modo hubiéramos evitado muchos desastres. Los últimos seis años han sido un verdadero desastre.

El presidente Clinton y su secretario del Tesoro Robert Rubin amenazaron con “azuzar los perros contra el oso”, al proponer la adopción de una política parecida a la de LaRouche de una “nueva arquitectura financiera”, cuando la crisis de los bonos rusos GKO en 1998. El juicio contra Clinton paró todo esto. (Foto: Tesoro de EU).

Así que estamos en un momento ahora en el que, como he indicado hoy, o vamos a una reforma que le dé marcha atrás a las decisiones de 1971 y 1972 para restablecer la modalidad de un sistema de Bretton Woods. . . En ese momento, eso no quiere decir que simplemente reinstauraremos el sistema de Bretton Woods, porque entonces, cuando se formó el sistema de Bretton Woods, el dólar estadounidense era la única moneda del mundo, y todas las demás dependían del dólar. Hoy día no somos la única moneda del mundo y, por tanto, tenemos que usar el dólar como un mecanismo que organice y aglutine a otras monedas para establecer un sistema de tipos de cambio fijos mediante el acuerdo de varias naciones. Ése es en esencia el cambio.

De otro modo, es lo mismo: tenemos que someter esto a una reforma por bancarrota, tenemos que declarar en quiebra sistemas bancarios enteros para salvarlos, no para clausurarlos, porque ellos mismos lo harán si nosotros no lo hacemos. Están irremediablemente quebrados. Pero necesitamos la banca en tanto institución. Por tanto, vamos a salvarla como tal, no porque valga la pena o porque sea sólida ni nada por el estilo. ¡Está vuelta un desastre! Está mal administrada; ¡es terrible! Pero la salvaremos, porque la necesitamos. Necesitamos instituciones bancarias privadas, y necesitamos un sistema de banca nacional que las coordine. De ese modo, uno puede reactivar la actividad económica sin pérdidas.

Si pretenden reinventar la banca, pierden. Así que tendremos que salvar el sistema bancario, y tendremos que emprender una reforma general por bancarrota de los sistemas bancarios de varios países, juntos, de manera simultánea, al reunirse los gobernantes y acordar estas cosas. Tenemos que reformar el sistema, tenemos que crear una nueva forma de crédito, crédito gubernamental, porque no habrá crédito privado neto disponible, así que tiene que ser crédito del Estado. Tiene que ser crédito del Estado de largo plazo que los gobiernos asignen a misiones específicas, tanto para la infraestructura pública como para la industria privada, la agricultura y demás. Sobre esa base, puede irnos bien.

Creo que hoy, al ver de 1998 al presente, podríamos tomar eso como un hito, la experiencia del presidente Clinton con la crisis de los bonos GKO en los meses de agosto y septiembre de ese año, un hito para lo que tenemos que hacer.

Pero tenemos que añadir a eso algunos objetivos afirmativos positivos muy específicos en la reorganización del sistema mundial, porque estamos bregando con un sistema mundial. No estamos tratando sólo con una crisis estadounidense o con un acuerdo entre EU y otros Estados en una crisis; tenemos que crear un diseño: un nuevo sistema monetario, financiero y bancario mundial fundado en la experiencia. Tenemos que diseñarlo con rapidez; tenemos que ponernos de acuerdo pronto. Tenemos que llegar a un acuerdo, por ejemplo, con China, con India, con Rusia, con al menos algunas naciones de Europa, y EU y algunas otras naciones. Si logramos esa clase de acuerdo de principio, podemos rescatar este planeta; si no, lo siento señores, no lo salvaremos.

Economía y dignidad humana

Tennenbaum: Me complace presentarles a un invitado especial que llegó esta mañana de Moscú, de Rusia: Yuri Krupnov, quien es un reconocido experto en tecnología y educación. Entre otras cosas, es rector de una academia de energía nuclear para jóvenes. Recién acaba de fundar un nuevo partido político en Rusia, llamado Partido del Desarrollo, y creo que podría hacernos algunos comentarios muy interesantes a la luz de lo que estamos tratando aquí.

Yuri Krupnov: Gracias.

Distinguidas damas y caballeros, me da mucho gusto estar aquí y participar ahora en el diálogo con el destacado economista y pensador de nuestro tiempo, el señor Lyndon LaRouche. Creo que este intercambio y todos nuestros discursos son importantes, primero que nada, porque nuestro entendimiento de la situación del mundo es bastante único. Justo ahora no sólo tenemos la crisis económica y financiera mundial, y creo que la gente de todo el mundo entiende que la crisis existe, y no hay hombre honesto alguno que lo pueda negar. Pero, más importante, que la situación está cambiando ahorita mismo.

Yuri Krupnov, fundador del recién formado Partido del Desarrollo ruso, participa en la videoconferencia, donde instó a acabar con la desindustrialización. “Debemos organizar una coalición. . . mundial o planetaria a favor del desarrollo industrial”, dijo. (Foto: Helene Möller/EIRNS).

Hace diez años, cuando me presentaron al señor LaRouche, pensaba que no teníamos ningún futuro en lo inmediato ni oportunidad alguna de participar en el desarrollo económico, en el desarrollo político y en el del mundo. Pero ahora pienso que tenemos la orientación y las metas principales, tenemos el entendimiento de la situación, y me enorgullece decir que tenemos una Rusia bastante diferente. Hace diez años tuvimos una crisis muy extraña en mi país, que fue organizada por el propio gobierno. Y cuando ahora el señor LaRouche habla del Gobierno de EU, que está en la disposición de destruir a EU, la situación es muy parecida. Sin embargo, al mismo tiempo es diferente, porque conocemos la experiencia de las llamadas “reformas” rusas, de las crisis asiáticas y otras, de los muy extraños últimos cinco años de gobierno en EU.

Y creo que el problema principal ahora, que lo entendemos, es la desindustrialización. La desindustrialización es un proceso también organizado, y entendemos que hay actores que lo organizan, no sólo en algunos países, sino en todo el mundo. Y pienso que la idea principal debe ser cómo parar la desindustrialización y cómo organizar el desarrollo industrial.

A mi modo de ver, el desarrollo industrial no es un problema de algún país, de cualquier país. El desarrollo industrial es la idea principal que puede unir a la humanidad, y de veras darle la dirección necesaria a nuestras acciones y a nuestros intentos por cambiar el mundo. Ahora mismo en Rusia estamos tratando de organizar la llamada Coalición por el Desarrollo Industrial, y esta coalición no es para llevar adelante acciones políticas, sino, antes que nada, está organizando a favor de la unidad de los industriales, y del hombre con la lógica y mentalidad industriales. El señor LaRouche dijo con claridad que muchos hoy no encuentran obvia la idea de que cada hombre debiera trabajar. Y debiera ser obvio, y debemos apoyar a cada hombre, a cada industrial, a cada hombre con una mentalidad industrial que intenta ubicar sus ideas y su mentalidad como una norma, como una cosa normal, una norma para todas las personas en el país y para toda la humanidad.

Me parece que no sólo debemos organizar una coalición en Rusia, sino una mundial o planetaria a favor del desarrollo industrial y, primero que nada, debe organizarse, supongo, aquí en Berlín.

Jonathan Tennenbaum me ha hablado muchas veces de la situación en Berlín, que hace 20 o 100 años fue el centro industrial, uno muy prominente, pero ahora sólo tiene 5% de su capacidad industrial. A mi parecer, éste es un gran ejemplo de lo que no debe hacerse bajo ninguna circunstancia. Debemos organizar nuestra coalición con la idea de cambiar la situación de Rusia, primero que nada, y de Berlín y de cualquier centro industrial, o de la ciudad o país que cuente con capacidades industriales o que quisiera tenerlas.

Pienso que la idea principal. . . Y me dio mucho gusto escuchar a Lyndon LaRouche hoy, cuando habló de la dignidad del hombre como una idea primordial de la industria. Todos conocemos la expresión: “Es la economía, estúpido”. Estamos hablando de economía, y el señor LaRouche también es un economista notable, sin lugar a dudas, pero, como yo lo veo, aquí no estamos hablando de economía. Primero que nada, estamos hablando del destino del hombre y de su dignidad como el objetivo principal de cualquier medida política en cualquier país.

De manera que debemos hablar de una economía bastante distinta; debemos distinguir entre diferentes economías. Bueno, vemos una economía de casino; ésta no se parece a una economía de desarrollo, a la economía de isótopos que el señor Tennenbaum sugirió. Y me parece que ahora debiéramos formular esta misión y esta idea de que la dignidad del hombre es el propósito de cualquier economía. Y sólo una economía tal debe llamarse economía.

Creo que la idea del desarrollo —y el señor LaRouche dijo hoy incluso el desarrollo mundial o del universo o de toda la humanidad— es algo que debe instrumentarse en una comunidad como ésta. Porque, en conclusión, debo decir que me enorgullece mucho estar aquí y escuchar a Lyndon LaRouche, quien unió a gente de todo el mundo, pero gente especial que sólo quiere hacer cosas que puedan desarrollar al mundo. Y esta comunidad avanzada es un logro por sí misma, y debe hacer progresar al mundo. Creo que es una misión y, en Rusia, haré todo lo que pueda, no sólo por desarrollar a Rusia, sino porque participe en el desarrollo mundial.

Gracias.

Tennenbaum: Añadiría dos preguntas breves de Rusia, si quisiera comentar: tenemos una pregunta del profesor Eduard Afanasiev, que es director del Departamento de Economía de la Universidad Ortodoxa Rusa de Moscú, pregunta que también hizo en su clase.

Así que la primera pregunta es: “¿Qué piensa Lyndon LaRouche de los economistas que ganan el premio Nobel?

La segunda pregunta es: “¿Cuál considera el señor LaRouche que debiera y puede ser la función del cristianismo en resolver la crisis económica mundial y de civilización hoy día?

Bueno, meteré otra pregunta. Ésta es de Alexander Nagorny, quien está en la junta editorial de un semanario de Moscú llamado Zavtra; es muy conocido en Rusia. Simplemente pregunta: “Señor LaRouche, ¿cómo ve a Rusia en general y su función como posible centro geopolítico y geoeconómico, y el futuro de la moneda rusa?”

LaRouche: Bueno, no pienso mucho en los economistas que ganan el premio Nobel. No conozco a ninguno que sea competente. En general, se han ganado sus premios por el fracaso; o sea, han ganado el premio luego de que su teoría ha fracasado de manera catastrófica. Así que es una especie de logro negativo; es como recibir una pensión: “No sirves para nada; aquí está tu pensión. Vete y ya no nos molestes más”.

Una norma ecuménica de estadismo

El cristianismo tiene una función muy específica. Primero que nada, que al bregar con la humanidad tenemos que reconocer que no podemos embutirle a la fuerza la religión como política económica o de otra clase a nadie. Pero no es necesario.

Tenemos dos documentos grandiosos de la Europa moderna que atañen a esta cuestión. El primero fue el del cardenal Nicolás de Cusa, quien fue el fundador de la ciencia moderna; de hecho, la resucitó de la tumba en la que la escondieron varios imperios que lo precedieron; y entonces, en el tratado de Westfalia. Una de las cosas que escribió Cusa, por supuesto, fue su De pace fidei, que fue la primera declaración ecuménica; esto en el marco del conflicto entre el cristianismo y el islam, en el marco del Imperio Otomano. En ese entonces, presentó De pace fidei como una doctrina ecuménica. La doctrina ecuménica de Cusa surgió luego en el tratado de Westfalia del cardenal [Julio] Mazarino, su sucesor, como la gran política de la que emergió la civilización en la Europa moderna, de las entrañas de más de un siglo, un siglo y medio de las guerras religiosas que inició Tomás de Torquemada y que concluyeron con el tratado de Westfalia de 1648.

Éstas dos son, creo, las lecciones para la política a escala mundial.

Abordamos dos esferas culturales: la cultura europea, en la que el cristianismo es una parte decisiva, la parte dominante, al menos del lado cultural; pero también hablamos de culturas asiáticas, que en general no son cristianas. Y, por consiguiente, en este caso tienes que recurrir a la norma ecuménica del estadismo, más que a una norma religioso específica. Y lo que haces es tomar un credo religioso como el cristianismo, por ejemplo, las epístolas de Pablo y el Evangelio de Juan, que son lo más pertinente desde la perspectiva de la visión cristiana de la humanidad entera —las doctrinas ecuménicas también—, y uno tiene que encontrar el interés común.

Ahora bien, el interés común —ésta es una cuestión importante, seré tan breve como sea posible— es la diferencia entre el hombre y la bestia. La diferencia no es sólo una distinción, como la etiqueta de una marca, que es como a menudo se le trata. La distinción es que el hombre puede pensar. El hombre piensa, en el sentido de descubrir principios universales del universo. El hombre no descubre meros valores. El hombre descubre valores universales, como en un descubrimiento científico; o digamos que el descubrimiento de Juan Sebastián Bach del contrapunto bien temperado no es en realidad una novedad introducida a la experiencia moderna. Realmente es el descubrimiento de un principio universal, ¡de un principio del universo! Y eso puede demostrarse; no lo haré aquí, pero eso puede demostrarse.

Por tanto, la capacidad del hombre de descubrir o redescubrir principios del universo, y de aplicarlos a problemas o retos que enfrenta, es esencial.

En el cristianismo y, para este propósito, la característica del cristianismo, no sólo es la misión de Cristo, sino también la de sus seguidores, en particular Juan y Pablo, de cuya comprensión, la asimilación del nivel más alto de la civilización de entonces, que había sido la cultura griega clásica, de la destilación del nivel cultural más alto que había existido antes, el cristianismo adopta, a través de instrumentos tales como Pablo y Juan, un entendimiento de la distinción entre el hombre y la bestia, y de la universalidad del hombre como distinto de la bestia.

Lo que tenemos que lograr ahora al bregar con toda la humanidad, es que estamos tratando culturas diferentes, no sólo idiomas diferentes, no sólo el valor de diccionario del idioma, sino las connotaciones del uso del lenguaje, los hábitos de un pueblo en el uso del idioma, los valores de esa forma de lenguaje en la experiencia del pueblo. Y es por ese medio que un pueblo puede trabajar junto en el dominio de las ideas, a diferencia de las palabras y los objetos.

Por tanto, si quieres tener una sociedad fundada en la voluntad y participación del pueblo, es esencial que respetes su idioma, su cultura lingüística, porque su cultura lingüística es la depositaria de su comunicación sobre toda clase de valores, entre ellos los más profundos.

Cuando trabajas con el factor del cristianismo, sus valores, sólo puedes hacerlo desde la perspectiva de abordar qué cultura representas y de transmitir los valores en los términos de la otra cultura a la que te diriges. De modo que el enfoque ha de ser uno ecuménico. Significa un enfoque ecuménico en el caso del cristianismo, de ir al nivel más profundo del cristianismo, a su concepción, como es típico de la obra de Juan y Pablo en tanto apóstoles, y partir de allí, como fue de hecho el caso de Cusa y del tratado de Westfalia. El tratado de Westfalia se fundamenta en Corintios I:13, el concepto del ágape, el concepto griego del ágape.

Ese valor es universal; es parte del cristianismo, pero también es universal. Y hay maneras en que, digamos, un buen misionero o un político astuto puede comunicar ideas universales de su propio idioma a través de la cultura lingüística de otro pueblo. Y así es como debemos abordar esto. En ese sentido, como lo señala nuestro amigo de Rusia, el cristianismo tiene una función significativa en el estadismo: esta función, para el cristiano. Estamos tratando de llegar a la mente, a los valores, como puedan experimentarse en la cultura lingüística de otro pueblo y en una religión diferente: es ecumenismo.

La misión estratégica única de Rusia

Ahora bien, sobre la función de Rusia misma: Rusia tiene algunas cualidades específicas muy interesantes, entre ellas una que es ejemplar. Tuvieron a un ruso famoso, quien alguna vez fuera príncipe y luego zar, conocido como Pedro el Grande. Él fue a Alemania en dos ocasiones, en particular a un lugar: la famosa academia en las montañas contiguas a Sajonia. Y saliendo de ahí, una vez como príncipe y otra como zar, estableció academias de geología en San Petersburgo y en Moscú. Una de ellas tiene hoy la tradición del Instituto del Museo Vernadsky en Moscú.

El zar Pedro el Grande estableció academias de geología en San Petersburgo y en Moscú. (Foto: Biblioteca del Congreso de EU).

Los logros de Rusia en la ciencia física, en especial en las ramas de la geología, sobresalen en el mundo. No sólo sobresalen en el mundo, sino que Rusia representa un territorio, tanto desarrollado como subdesarrollado, que los rusos saben cómo tratar, porque tienen este avance particular en la geología: es cómo tomamos este enorme terreno que contiene toda clase de recursos minerales sin explotar, al igual que en explotación, con una China hambrienta, un Asia hambrienta al sur que necesita la explotación de materias primas. Rusia tiene la capacidad, la capacidad científica, alojada en la Academia de Ciencias rusa —que también evolucionó de ser la Academia de Ciencias soviética y la Academia de Ciencias ucraniana—, de bregar con la comprensión de cómo tenemos que administrar en estas regiones la explotación de materias primas que el resto del planeta necesita, en especial la población de Asia.

Por tanto, Rusia posee una cualidad muy específica que es parte del carácter ruso y se expresa en especial en ciertos aspectos de las Academias de Ciencias en Rusia, como una tradición. Ellos piensan en esto mejor que nadie en este planeta en general, y por eso sobresalen.

También tienen, como es típico de esto, la obra de Mendeléiev; representativo de ello es la obra de Vernadsky. Y las ideas de Mendeléiev, aunque las dejó inacabadas, y las de Vernadsky, que tampoco las completó, ejemplifican las cosas que son específicamente rusas en Rusia, en lo cultural, que tienen un valor específico para el resto del mundo. Aparte de esto, Rusia también es una cultura eurasiática por la historia de su desarrollo. Tiene elementos de la cultura asiática, así como de la europea. Así que Rusia es una cultura eurasiática.

Ahora bien, ¿qué pretendemos? Estamos tratando de unir a toda Eurasia en los próximos 50 años, en un plan de desarrollo en cooperación. Y el valor particular de Rusia es ser el eje eurasiático que una la función de Europa en Eurasia con la de Asia. Esto es típico de la relación de Rusia con India y con China. Y ha llegado el momento en que el mundo tiene que reconocer que Berlín —que es una de las razones por la que estoy aquí hoy—, como lo más granado de Europa Occidental y Central, es el lazo con Moscú y otros lugares de Rusia. Y Moscú y otros lugares como ése en Rusia son el vínculo de Europa con India y China, y otras partes de Asia, y con la explotación de los recursos naturales de Asia —en el Asia rusa y otros lugares—, que es necesaria para toda Eurasia.

“Rusia posee una cualidad muy específica que es parte del carácter ruso y se expresa en especial en ciertos aspectos de las Academias de Ciencias en Rusia, como una tradición. Ellos piensan en esto mejor que nadie en este planeta en general, y por eso sobresalen”. De izq. a der.: Dmitri Ivánovich Mendeléiev y Vladimir I. Vernadsky. (Foto de Vernadsky: www.tstu.ru).

Así que Rusia tiene una misión primordial muy bien definida, desde la perspectiva del interés de las naciones con las que colinda. Gracias.

¿Qué esconde la crisis de Darfur?

Tremblay: Debbie, ¿tienes alguna pregunta de Washington?

Freeman: Lyn, esta pregunta fue enviada por una institución política. Refleja toda una serie de preguntas sobre el mismo tema con las que nos han bombardeado en los últimos días. La pregunta dice:

“Señor LaRouche, usted tiene un largo historial como franco defensor de los derechos humanos, en especial en el sector en vías de desarrollo. En una presentación reciente en Washington, D.C., el ex presidente Clinton abordó la trágica situación actual en Darfur y, en esa reunión, externó su apoyo a una intervención agresiva encabezada por EU para remediarla. Nos sorprendió mucho en ese momento que su vocera nos informara que usted enérgicamente disentía. Dados sus antecedentes, suponemos que usted no acepta la presente actitud del Gobierno de Bashir, y como este asunto seguirá intensificándose como un factor estratégico de peso en los próximos días, realmente nos gustaría que explicara su opinión sobre la situación, tanto en términos de sus causas como también de su solución”.

LaRouche: Lo primero es que la causa del problema es EU. El problema de Sudán lo causó EU. En este caso, esto se remonta al tiempo en que el padre del presidente actual, quien quisiera romper el parentesco, era Vicepresidente de EU. Y él, junto con su esposa, visitó la capital de Sudán, donde hizo algunas cosas desagradables. Pero también estuvo implicado, como vicepresidente, en lo que vino a conocerse como el escándalo Irán–contra. Fue clave en organizar lo que hoy llamamos al–Qáeda, junto con los británicos, porque consiguieron a gente muy motivada en lo religioso dentro del mundo árabe, en especial en Arabia Saudita; y reclutaron de las redes de la Hermandad Musulmana, que eran religiosos, gente muy entusiasta con esta idea que llamamos al–Qáeda, que fue lo que EU organizó entonces a instancias de Brzezinski y compañía antes, que continuaron el vicepresidente Bush, Jimmy Goldsmith de Inglaterra y demás, como lo que se llamó la guerra de Afganistán de los 1980.

En ese período EU, en la persona del vicepresidente Bush y otros en ese entonces, tenía andando esta gran guerra allí, y usaba a gente del mundo árabe, en especial a árabes religiosos, particularmente con nexos sauditas y demás, para librar esta guerra en Afganistán, que seguimos viviendo al presente por lo que hicieron entonces. Fue una guerra en la zona más vulnerable de la Unión Soviética, que en cierto sentido era una mala idea. Estábamos mejor parados que ellos para bregar con esto, que la Unión Soviética. De modo que, en este proceso, eso fue lo que pasó.

Lyndon LaRouche habla en una conferencia en Jartum, la capital de Sudán, sobre “La paz mediante el desarrollo a lo largo del valle del Nilo, en el marco de un nuevo orden económico mundial más justo”, en enero de 2001. (Foto: EIRNS).

Cuando el presidente Clinton terminaba su mandato. . . Y creo que su Gobierno tenía una comprensión muy pobre de África, en la práctica. Y creo tener una comprensión mucho mejor de los problemas de África, aunque no soy perfecto en la materia. Aunque pienso que sus ideas han mejorado mucho y que la gente de su Gobierno no le sirvió muy bien, en particular en la cuestión de África, como en el caso de Uganda y demás, creo que muchos en su Gobierno le sirvieron muy mal, en el Departamento de Estado entonces, y eso es parte del problema.

Pero, yo estuve físicamente en Sudán a fines de enero de 2001, y me topé con un hormiguero. Estaba ahí para trabajar en el asunto del agua; había estado ahí varias veces antes, y estaba muy al tanto de los problemas del país y de la complejidad de los mismos. Lo de Darfur refleja eso, pero también otra cosa específica. Si uno quiere abordar esa cuestión, tiene que hacerlo con honestidad.

Ante todo, el objetivo de alguna gente. . . Y hay que reconocer que la clave de toda la región, desde el llamado lago Victoria (que yo creo que es un nombre que debe cambiarse a uno respetable) hasta el mar Mediterráneo, es que la rige un acuerdo sobre el agua del que Egipto es parte, sobre la medición del agua del Nilo. El objetivo, el objetivo de los imperialistas era destruir a Egipto. ¿Cómo? Si uno rompe el acuerdo de aguas del Nilo, separando partes y creando microestados en esta región, lo que ocurrirá es que Egipto estallará, y todo el mundo árabe estallará.

Así que, ver esas cosas por separado, como asuntos aislados de interés humano, es un error, porque es sofistería; es ignorar el problema. Ahora bien, como dije, estuve ahí en enero de 2001 y encontré un hormiguero. Los árabes venían de Arabia Saudita, del príncipe Bandar y demás, y le decían a la gente de Sudán que tenía un amigo en Bush, en George W. Bush y su Gobierno. Yo les dije que no. Les dije que George W. Bush estaba aquí para destruir a su país. Él no es su amigo. Pero ellos me respondieron que no, que el Gobierno de Clinton había creado un desastre, que Bush mejoraría la situación. Yo les dije, él los va a destruir. Y sucedió; los han destruido.

Esta crisis es producto de lo que ha hecho el Gobierno de Bush y de la ignorancia del Gobierno de Clinton sobre lo que es África. El propio Gobierno de Clinton armó un lío con su política hacia Sudán. No fue la causa del problema, pero creó un desastre total por su falta de entendimiento, por los asesores malos que tuvo sobre los asuntos de esta región. Y como he dicho, creo que el ex Presidente hoy reconocería que sus asesores le dieron muy malos consejos sobre este asunto. Y este desastre lo creó Bush. Así que, ¿por qué no limpiamos el Gobierno de Bush y así podemos resolver lo de Darfur?

Sí, éste es un problema, pero es un problema que amañaron. ¿Quieres atender este asunto? ¿Quieres resolverlo? No podrás resolverlo, no con esos métodos. Pensarás que tus intenciones son excelentes, pero no va a funcionar. No entiendes la región, y tienes que entenderla, y no sólo de informes de inteligencia: tienes que entender a la gente, tienes que entender su historia. Tienes que entender a Egipto. Tienes que ver lo que alguna gente pensaba de Museveni. ¿Quieres entender el problema de Darfur? ¡Fíjate en Museveni, y fíjate en la actitud del Gobierno de Clinton respecto a Museveni! Ahí fue cuando se cometieron errores. No puedes estar tan apegado a la idea de hacer un acto humanitario, que en el curso de hacer un acto con una intención supuestamente humanitaria contribuyas a un nuevo desastre. Ése es el problema.

Darfur Occidental: una mujer desplazada busca refugio de la lluvia en al–Junaynah. “El problema de Sudán lo causó EU”, y se remonta al vicepresidente George Bush padre y la operación Irán–contra, dijo LaRouche. (Claire McEvoy/IRIN).

La gente debe escucharme y hablar más conmigo sobre estas cosas, y entonces no cometería esos errores.

Tremblay: Mi amiga y colega de Francia Elodie Viennot, tomará el micrófono.

Viennot: Buenas tardes. Hablo aquí en particular a nombre de la campaña presidencial de Jacques Cheminade, quien nos acompaña con una pequeña delegación del Movimiento de Juventudes Larouchistas, pues estamos en campaña aquí. Estamos muy contentos de estar aquí en un momento absolutamente decisivo, como es obvio, también para Francia. Y tengo una pregunta de, en particular, alcaldes de villas y poblados pequeños del país, que son quienes hacen posible que el señor Cheminade sea candidato oficial en la elección presidencial de abril del próximo año. Y, en general, están muy molestos con el curso que nuestra civilización ha tomado, con lo que ha estado haciendo Francia y Europa en general, y muy desalentados en términos de lo que pueden hacer en realidad. Y, en general, la pregunta es la siguiente: como dirigentes locales y regionales, ¿qué podemos esperar de las campañas del señor LaRouche y del señor Cheminade? Y, más allá de apoyar la candidatura del señor Cheminade, ¿qué podemos hacer desde nuestra posición de base por su movimiento?

¡Movilicen a los jóvenes!

LaRouche: Bueno, hay que hacer varias cosas. Primero que nada, como en todo, tenemos una generación de entre los 18 y los 30 que no está dañada del modo que lo están las dos generaciones más viejas, la sándwich y la del 68, como se les llama en EU, y también aquí. La generación del 68, aparte de unos cuantos individuos excelentes que son valiosos, ha representado un desastre para la humanidad en su intervención en la política. Vean, por ejemplo, los 1980 y los 1970: en los 1980 tuvimos cosas que yo estaba haciendo y cosas relacionadas conmigo. Por ejemplo, organizamos a fuerzas importantes de países de todo el mundo, como Francia, Italia, Alemania, etc., en proyectos importantes, proyectos estratégicos en los que estaba participando. Éstos implicaron un intento de asegurar que no chocáramos con la Unión Soviética en ese entonces. Pero había gente empeñada en ello. Cuando pasamos a los 1990, fines de los 1990 y todos los 1990, entramos a una zona de desastre, porque lo que pasó es que la generación que aún encabezaba gobiernos en Europa y EU, la generación que empezó a morirse a fines de los 1980, fue remplazada por la del 68, y la orientación ha sido un desastre absoluto.

Vean, por ejemplo, el caso de EU. El sesentiochero era típico, en especial el del 20% de mayores ingresos familiares, de la inmoralidad más crasa jamás inventada. Fue la reescenificación de Sodoma y Gomorra, los sesentiocheros. No fueron una generación heroica. Puede que hayan combatido algunas cosas que eran malas, pero crearon cosas peores que las que combatieron. Se convirtieron en depravados sexuales. Se les conocía por su depravación sexual y otras cosas; por sus hábitos, sus hábitos de entretenimiento, sus hábitos recreativos en general. Vino otra generación, que tenía una educación muy pobre, llamada sándwich. Tendían a convertirse en fanáticos religiosos, en reacción contra la inmoralidad absoluta de su generación mayor, la del 68. Verán, cuando se trata de política en EU o en Europa, te topas con este problema de que la generación del 68, o sea, el 20% de los de mayores ingresos familiares que ahora en general están en funciones entre los 50 y 65 años de edad, generalmente no tienen remedio, no tienen remedio en lo moral ni en lo intelectual para bregar con ninguna situación de crisis.

Estos jóvenes, fotografiados en la plaza Harvard Square en 1987, son hoy la “generación sándwich”. “Tendían a convertirse en fanáticos religiosos, en reacción contra la inmoralidad absoluta de su generación mayor, la del 68”.(Foto: Philip Ulanowsky).

Tenemos una generación sándwich con una educación muy pobre, que se crió con una orientación posindustrial y ambientista, tiene muy poco contacto con la realidad, desde un punto de vista práctico. Tenemos a una generación más joven, de adultos jóvenes que tienen de 18 a 30 años más o menos; alguna gente está destruida, pero encuentras ahí un receptáculo de gente que, en las condiciones apropiadas, puede educarse y proporcionarle liderato a la sociedad futura. No tienen dinero, porque no lo hay por ningún lado; tienen un nivel de vida muy pobre; provienen más que nada de familias desintegradas. Como saben, es muy difícil saber quiénes eran tu padre y tu madre en esa generación, porque sus hábitos maritales eran tales y cuales. Esa clase de problemas.

Por tanto, hoy lo clave en lo que hay que concentrarse es: ¿puede uno echar a andar una operación eficaz? ¿Puede uno movilizar a gente del grupo de adultos jóvenes de entre 18 y 30 años? Si puedes movilizar a esa generación o a parte significativa de ella, entonces puedes consolidar un núcleo de liderato que, como los movimientos de juventudes del pasado en toda la historia europea, cada cambio importante en la cultura, la política, la historia de Europa, ha venido de una generación de ese grupo de 18 a 25, de 18 a 30 años. Son adultos, piensan como adultos, tienen una orientación adulta, pero están abiertos al cambio. Es la iniciativa; vean la Revolución Americana.

La Revolución Americana, a excepción de un viejo porfiado como yo, Benjamín Franklin, fue en gran medida de gente de esta generación, esa generación joven, de adultos jóvenes. Ellos crearon una revolución que estremeció al mundo: la Revolución Americana en su época. Lo mismo ocurría en otras partes. Y cuando el liderato de los jóvenes era malo, la revolución o el progreso fracasaban.

Así que la clave aquí es la organización, y todo político serio, todo dirigente político serio y otros tienen que reconocer que la movilización y desarrollo del grupo de entre 18 y 30 años, como una fuerza de liderato que inspire al resto de la población a tomar y dar las decisiones y los pasos necesarios, es el futuro de la humanidad. Ninguna otra cosa funcionará. Ninguna otra cosa funcionará. Todo lo demás fracasará sin ese factor.

Yo trabajo con esta generación joven, y los he visto hacer cosas que la generación vieja ni siquiera soñaría con lograr.

La nueva generación, los organizadores del Movimiento de Juventudes Larouchistas en Harvard Square en abril de 2005: “Tenemos a una generación más joven, de adultos jóvenes que tienen de 18 a 30 años más o menos; alguna gente está destruida, pero encuentras ahí un receptáculo de gente que, en las condiciones apropiadas, puede educarse y proporcionarle liderato a la sociedad futura”. (Foto: Robert Detloff/EIRNS).

El Sistema Americano vs. el británico

Tremblay: Lyn, el siguiente segmento de preguntas es básicamente sobre la situación en EU, como te podrás imaginar. De nuevo, este proceso de diálogo ha sido continuo, de modo que has respondido a algunas por escrito. Hay una pregunta del coronel Eberhart Möschel aquí en Alemania, que está perplejo por la situación en EU. Nos han llegado muchas preguntas de diferentes ciudadanos aquí, que preguntan qué está pasando con los derechos civiles en EU y por qué simplemente se acepta que los destruyan ahí. Hemos tenido preguntas sobre la política en cuanto a Irán, etc. Lo que quisiera hacer, muy brevemente, es leer sólo una oración de la pregunta del profesor Lokesh Chandra, un historiador eminente y ex miembro del Parlamento indio, que pregunta: “¿Cómo ve la política agresiva del actual Gobierno estadounidense de enajenar a grandes sectores de la población mundial? ¿Qué opina de esto?

LaRouche: Hay que remontarse al final de la Segunda Guerra Mundial, remontarse al momento de la muerte de Franklin Roosevelt y el ascenso de su enemigo, Harry Truman, a la presidencia. La de Roosevelt, desde el comienzo de su gobierno, fue una política de conflicto con Churchill cuando se intentó la cooperación entre éste y Roosevelt. Churchill, por malos motivos, dio el buen paso de ayudar a romper con el hecho de que la mayor parte de la monarquía británica estaba organizada en apoyo a Hitler y, salvo por algunos cuantos como Churchill, a quienes Roosevelt se las ingenió para que no respaldaran a Hitler. . . Recuerden que la cúpula de la banca francesa, de la que es típica Lazard Frères, Worms y demás, y Deterding en los Países bajos, eran nazis. Eso es lo que eran. Tal vez no hayan sido miembros del partido nazi, pero apoyaban a Schacht, y Schacht era un nazi. Schacht fue un nazi redomado. Él organizó el partido nazi, en tanto fuerza, para el jefe del Banco de Inglaterra. Y los británicos aplicaron de nuevo sus intenciones de usar a Hitler, en un principio, para que Alemania entrara en guerra con la Unión Soviética, y entonces hacer que Gran Bretaña y Francia le cayeran por la retaguardia a Alemania, mientras ésta estaba muy atareada con la ocupación del territorio de la Unión Soviética. Ése era el plan original en apoyo de Mussolini, de Franco más tarde, de Hitler; todo venía de las redes liberales angloholandesas y francosinarquistas de la Europa continental. Ellos son los culpables. Por supuesto, cuando terminó la guerra se limpiaron las cosas. Pero, para 1948, todos los fascistas franceses estaban fuera de la cárcel y de vuelta en sus antiguos empleos en las finanzas. Ésa es la realidad.

Pero, en el proceso, el roce entre Roosevelt y Churchill a todo lo largo de este período de la guerra fue, como dijo Franklin Roosevelt, “Wiiinston, cuando esta guerra se termine, ¡no habrá un Imperio Británico! Vamos a liberar a estos pueblos. Vamos a ayudarlos a desarrollarse”, en referencia a África y otras regiones colonizadas. La política de EU durante el período de la guerra era la liberación de todos los territorios coloniales, para que devinieran en Estados soberanos independientes y se desarrollaran con el auxilio de una maquinaria de guerra estadounidense que se convertiría para la producción de bienes, de bienes de capital en particular, para ayudarlos a desarrollarse.

El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill se reúnen en Casablanca en enero de 1943. Estos dirigentes discrepaban acerca de la forma que cobraría el mundo de la posguerra, pero Roosevelt tuvo éxito en evitar que Churchill apoyara a Hitler. (Foto: Archivos Nacionales de EU).

“¿Por qué alguien como George Shultz [izq.]. . . —este totalitario siempre amante del mal— quiere aferrarse a un idiota, a un idiota congénito como George W. Bush [der.] en la presidencia de EU en un período de crisis?. . . La combinación de Bush y Cheney se impuso para que EU se autodestruyera y para allanarle el camino a la globalización, al desacreditar y destruir a EU”. (Fotos: www.llnl.gov y Kenneth Lambert/AP/Pristina, Misión de EU).

El día que Roosevelt murió, Truman, que era un patiño de Winston Churchill y compañía, le dio marcha atrás a la orientación. Se había liberado a Vietnam, se había liberado a Indochina con el apoyo de EU, y Ho Chi Minh fue un aliado de EU en la liberación de Indochina de la ocupación francesa. Se echó a patadas a los Países Bajos con una revuelta que EU apoyó, con Roosevelt. Y así sucesivamente.

Todo el esfuerzo de liberar al imperio colonial de los británicos, los franceses, los holandeses, se canceló. El acuerdo de paz pactado con Hirohito se suspendió. ¿Por qué? Para que Truman pudiera arrojar dos bombas atómicas innecesarias sobre Hiroshima y Nagasaki, a fin de indicarle al mundo que la política estadounidense era la británica, de emplear armas nucleares como un arma de intimidación a arrojarse contra la Unión Soviética, de modo que ésta se rindiera para unirse al gobierno mundial, a la eliminación del Estado nacional soberano. Ésa era la situación. Y el problema hoy es que la lucha sigue siendo ésa, excepto que perdimos en EU. La facción británica en EU tomó control. La gente cree que EU es el problema. No es el problema. Hay un grupo en EU que está ligado a la facción liberal angloholandesa de Europa, la facción imperial, la responsable de la globalización. Ése es el problema.

Y lo que le pasa a EU es que, para tener la globalización, tienes que deshacerte de EU. Lo que pasa con George W. Bush y el perro de Lynne Cheney, el “Presidente del Vicio”, es que en seis años EU se ha desacreditado como nunca en la historia. El mundo odia a EU, lo desprecia, y dice que el planeta estaría mejor si desapareciera. Si quieres destruir un imperio, para destruirlo desde afuera, primero lo destruyes desde dentro. Si piensan en el 7 de noviembre del 2000, piensen, ¿cómo ha cambiado la opinión del mundo entero sobre EU desde que Clinton dejó el cargo, hasta el presente? Está destruyéndose a EU en el Oriente Medio. ¿Por quién? ¡Por EU! Está destruyéndose al Ejército estadounidense en Afganistán, en Iraq. Se está destruyendo la credibilidad de EU en toda la región. Ahora van a destruir a Turquía —que es uno de los siguientes blancos— usando a Kurdistán, el problema kurdo, para dividir a Turquía. ¿Qué creen que resultará de eso? El inminente bombardeo nuclear de Irán sigue sobre el tapete. El desmembramiento de China está en los planes. Las guerras contra Rusia están sobre el tapete. Todo pareciera venir de EU. La Revolución Naranja es en realidad la “Revolución Limón”, ¿eh? Así es como está destruyéndose a EU. Está destruyéndosele como a todos los imperios. Si puedes destruirlos desde adentro, entonces fácilmente puedes destruirlos desde afuera. Ésa es la realidad.

Freeman: Cuando mencioné el público que está siguiendo esta videoconferencia en Iberoamérica, se me pasó señalar —y quiero hacerlo del modo más enfático— que cinco universidades importantes de Perú tienen reuniones donde están siguiendo esta transmisión, y entre ellas está la Universidad Nacional Agraria de Lima, adonde quisiéramos mandar un saludo especial al profesor De la Vega y al nuevo grupo del LYM allí. Ésta, creo, es la sexta videoconferencia de LaRouche que se presenta en ese lugar.

En términos de preguntas adicionales desde EU, pensé que estábamos haciendo una y una. No parece que esté haciéndose así. Tenemos muchas preguntas de instituciones aquí, así que tendremos que ver cómo le hacemos. Me saltaré una petición de Berlín y haré la siguiente pregunta, que fue enviada por el profesor Jorge Hirsch de la Universidad de California en San Diego, pero señalaría que también tenemos varias preguntas desde el Congreso y otras. El doctor Hirsch dice:

“Señor LaRouche, como el Gobierno de Bush ha cambiado de manera radical la política estadounidense sobre las armas nucleares, para facilitar su uso sin consultar al Congreso ni al pueblo estadounidense; y explícitamente ha confirmado que un ataque nuclear de EU contra Irán es una opción sobre el tapete —y eso se afirmó de modo explícito en la conferencia de prensa que dio George Bush el 18 de abril—; y que la decisión de emprender un ataque nuclear le corresponde exclusivamente al presidente Bush, quisiera preguntarle: ¿qué cree que pueda hacer la comunidad internacional para ayudar a excluir la posibilidad real de que EU use armas nucleares contra Irán, lo cual tendría consecuencias catastróficas para este país, para EU y para el mundo? Por ejemplo, ¿cree usted que ayudaría que nuestros aliados europeos le exigieran al presidente Bush que elimine la opción nuclear contra Irán como condición para seguir apoyando nuestro esfuerzo diplomático conjunto en cuanto al programa nuclear iraní? O, ¿cree que ayudaría si Rusia y China le pidieran a EU que haga el firme compromiso público incondicional de no usar armas nucleares contra Irán, puesto que es un Estado sin armas nucleares, a cambio de apoyar sanciones en su contra si no suspende el enriquecimiento [de uranio]?”

LaRouche: Bueno, el problema es que si vas a librar una guerra y persigues una política global de librar guerras, como lo han hecho EU y Gran Bretaña hasta ahora con la alianza de Blair y Bush, entonces usarás toda arma posible. Y tratar de conseguir una prohibición de las armas nucleares en esas condiciones es una pérdida de tiempo. Lo que tienes que hacer es ir a la raíz del problema. Hay dos raíces. Primero que nada, está la raíz de la guerra, y la raíz de la guerra en este caso se llama “cambio de régimen”. Si no te gusta lo que hace una nación, derroca su gobierno, o si no. . . Y ése no es en realidad el propósito, pero es lo que dice el idiota (me refiero al Presidente, con quien soy amable al llamarlo idiota; podría llamársele otra cosa mucho más apropiada).

El problema es que tenemos que eliminar el factor de la guerra. Ahora bien, no podemos eliminarlo mientras tengamos un Gobierno de Bush y Cheney. No hay forma de llegar a un acuerdo; así que, ¿para qué proponer un acuerdo con un idiota que no lo aceptará bajo ninguna circunstancia? Ellos se tirarán a la guerra. Miren, ¿qué es Bush? Tienen que entender esto con claridad. A veces la gente no piensa de manera estratégica, no piensa a escala global. Bush es un imbécil, un imbécil enfermo mental, un imbécil moral así como intelectual. Entonces, ¿por qué alguien como George Shultz agarraría a un idiota, a una persona trastornada de moralidad inferior como George W. Bush hijo, y le dice, “Tú vas a ser el Presidente de EU”? Y a todo el Gobierno de Bush lo urdió el mismo George Shultz que organizó el ascenso de Pinochet al poder en Chile, quien también nos regaló la operación Cóndor en el Cono Sur de Sudamérica en los 1970, quien cometió uno de los peores genocidios de corte nazi, usando a nazis veteranos para dirigirlo. Y esto se hizo con George Shultz; entonces, ¿por qué él —este totalitario siempre amante del mal— quiere aferrarse a un idiota, a un idiota congénito como George W. Bush en la Presidencia de EU en un período de crisis?

Obviamente, ese renacuajo es un instrumento; no es realmente una figura política. La combinación de Bush y Cheney se impuso para que EU se autodestruyera y para allanarle el camino a la globalización, al desacreditar y destruir a EU. Porque, mientras tengamos un instinto patriota de salvar a EU en tanto nación soberana, en tanto república soberana, no habrá globalización en este planeta. Si destruyes a EU, ¡Europa no tiene las agallas! Europa Occidental y Central es pusilánime. No hablen de qué va a hacer; le faltan agallas para hacer cualquier cosa de veras potente. No tiene dirigentes que lo hagan. A los dirigentes que pudo haber desarrollado los quebraron. Los europeos de mi generación pudieron haber hecho algo, pero están muertos o casi muertos. Así que no están aquí para salvar a la civilización. Tenemos dirigentes secundarios débiles, que carecen de las agallas o el entendimiento para hacer esta clase de cosas.

Por tanto, no hay más que un remedio. Consta de dos partes. Número uno, deshacerse del Gobierno de Bush y Cheney. No pierdan su tiempo tratando de mejorar lo que no puede mejorarse. No traten de mejorar el veneno dándole mejor sabor. ¡Desháganse de él! Que EU enjuicie de inmediato a este par de payasos. ¡Sáquenlos! No hemos tenido un doble juicio político de presidente y vicepresidente. Tengamos uno; ¡ya va siendo hora!

Verán, el problema aquí es la forma errada de pensar sobre la guerra. ¿Para qué tenemos que ir a la guerra? Yo no puedo concebir ningún caso en el que quisiéramos ir a la guerra en este planeta. Puedo pensar en casos en los que quizás querríamos emprender una acción militar defensiva, que sería un acto de guerra. No me gusta la idea de la Tormenta del Desierto, pero sabemos que al menos George Bush padre no estaba tan loco como George Bush hijo. Al padre de George Bush se le aconsejó, y él aceptó el consejo, que después de derrotar a Saddam Hussein en esa conflagración llamada Tormenta del Desierto, no tratara de ocupar el país, ¡a sabiendas de que hacerlo acarrearía una revuelta interna que llevaría a la guerra asimétrica! Y EU acaba de pasar por una guerra asimétrica en Vietnam, habían visto a los rusos pasar por una en Afganistán, ¡y para entonces todo el mundo entendía que uno no empieza una guerra asimétrica! Pero, ¡Bush lo hizo! ¿Por qué? Para destruir a EU. ¿Pretendía Bush destruir a EU? ¡Quién sabe qué era lo que pretendía! ¿Qué importa? ¡Uno no le pregunta a la víbora de cascabel por qué es venenosa! El asunto es que la gente que está asustada no ve la posibilidad de hacer lo que se necesita.

El planteamiento de Westfalia

Lo que necesitamos hacer es regresar a la idea del planteamiento de Westfalia en la política. Tenemos que reunir a las naciones, aun a las que se portan mal, haciendo algo bueno por ellas. Vean, como Corea del Norte: Norcorea no es un lugar agradable para vivir, pero patearla no ayuda. La desesperas y la maleas. La matas de hambre; ¡no la ayudas! Lo que haces es ofrecer algo, como en cierto sentido estaba haciéndolo el Gobierno de Clinton. Le ofreces la oportunidad de la integración, del desarrollo económico, para alimentar a su pueblo y construir industrias. Te acercas a tu “enemigo”, en cierto sentido tu adversario, ¡y lo conviertes en tu aliado! ¿Cómo? Haciendo algo bueno por él. Porque si haces algo bueno por la nación, su gobierno tarde o temprano debe responder al hecho de que a la gente le gusta lo que haces por ella. No quiere pelear contigo.

Un soldado herido es evacuado de Tal Afar en mayo de 2006. El 80% de los estadounidenses de abajo, incluso los evangélicos, tienen hijos que prestan o que prestaron servicio en Iraq: “No tienen atención médica. . . porque [a esas familias] el gobierno no las protege, no las apoya. Son condiciones económicas intolerables. El 80% de menores ingresos en EU tiene toda la razón en odiar al Gobierno de Bush”. (Foto: sargento Aaron Allmon/Fuerza Aérea de EU).

Lo que necesitamos es una política hacia África. Tienes que tener una orientación. Nuestra política debe ser preocuparnos por los pueblos de otros países y hacer lo que podamos por beneficiarlos. Y una vez que entienden que trabajan con nosotros para su beneficio, ¡podemos hablarles! Podemos aplicar la diplomacia. Tenemos que estar listos, en algunos casos, para defendernos si a una de estas naciones le da un ataque de locura y decide atacar a la gente; pero nos comportaremos como lo hizo EU en la Tormenta del Desierto. Una vez resuelto el conflicto, ¡cesan los disparos! y empieza la reconstrucción. Así que quizás tengas que usar la fuerza militar para defender las instituciones de una agresión, pero no la usas para cambiar un régimen, ni para tratar de imponer uno, ni para crear un enemigo al provocarlo a fin de crear un pretexto para atacarlo. No se preocupen por cómo apaciguar estas guerras; ¡no las libren! ¡No las busquen!

Tengan una buena defensa, que es lo que EU ha destruido. EU no tiene una buena defensa militar. Estamos como Israel, que es totalmente impotente. Israel acaba de perder una guerra en el Líbano, por su propia estupidez y necedad, lo que hizo con su ataque aéreo. Eso era todo lo que tenía en realidad, y convirtió todo en un desastre. Israel está al borde de su destrucción, por su propia mano, por este tipo de guerra.

Ésta es la clase de problemas que enfrentamos. Tenemos que apartarnos de esta idea de una orientación conflictiva, hacia la del enfoque de Westfalia, de pactar tratados con otras naciones. Y también tengamos una defensa si la necesitamos, pero no la usemos sino para extinguir el fuego. Y no vayamos más allá que apagar el incendio. Hagamos amigos, no enemigos.

¿Qué debe hacer un Congreso demócrata?

Freeman: Esta pregunta la envió Jake Schechter, un consultor político aquí en Washington. Él tiene que ver con 50 contiendas clave de los demócratas en todo el país, y su especialidad es la formulación de políticas para las campañas, pero también en el período poselectoral. Dice:

“Señor LaRouche, como están las cosas ahora, una semana antes de esta elección federal tan importante (del 7 de noviembre), tenemos una oportunidad inmejorable de tomar control de ambas cámaras. Aunque sí quiero decir que nadie debe confiarse, a mi parecer aún no hemos sentido la furia de[l estratega político de la Casa Blanca Karl] Rove y su saco de trucos sucios, y podemos estar seguros que la desatará, tarde o temprano. Pero, para fines de esta deliberación, supongamos que los demócratas rompen con su perfil y que, de hecho, ganamos ambas cámaras. ¿Cuáles son sus instrucciones para los presidentes de la Cámara de Representantes y del Senado, en términos de lo que piensa que debieran establecer como programa para los primeros 60 días del nuevo Congreso?”

LaRouche: Bueno, como él muy bien sabe, tenemos que resolver dos problemas particulares. Número uno, sí tenemos que unir a los demócratas, pero que eso no nos impida hacer lo que tenemos que hacer. Tiene que haber conversaciones muy serias al interior de nuestras propias filas, en vez de darle a alguien poder de veto, en términos de vetar cosas que deben hacerse. No puede usarse la incompetencia como una forma de componenda. “No vamos a hacer nada que ofenda a alguno de nuestros propios grupos; por tanto, tomaremos una decisión incompetente”. ¡Estamos ahora en una crisis en la que la civilización está por desintegrarse! No hay lugar a componendas corruptas, aun entre nuestras propias filas. Hay ciertas cosas con las que no se puede transar. Lo que haces es entregar todo lo que no es importante, y canjearlo para hacer lo que es importante. Las componendas corruptas no son buenas. Entregar cosas que te son valiosas, pero menos importantes que lo principal, implica concentrarse en las cosas principales. Pueda que sacrifiques algunas cosas que consideras importantes, pero no son decisivas. Porque, de hecho, tienes que lograr cierta consolidación.

El 80% de la población anda alzada

El problema es que el Partido Demócrata se ha orientado al 20% de mayores ingresos familiares, ¡y al dinero del 3% de hasta arriba! Lo que pasa es que, en esencia, al 80% de abajo se le ha ignorado o tratado como fracasados o, a lo más, tolerado. Ahora hemos entrado a un período en el que el 80% de abajo se ha alzado. Uno ve esto reflejado. . . No es el hecho de que se practique y encubra la sodomía en la Cámara de Representantes o cosas como esa; eso no es lo que causó la revuelta, eso fue el detonador. La población quería una pretexto para romper con el Gobierno de Bush, y el hecho de que a un miembro de la Cámara de Representantes, [Mark] Foley, lo sorprendieran con los pantalones abajo, fue un buen pretexto para que los evangélicos rompieran con el Partido [Republicano]; porque ya lo habían hecho.

¿Quiénes son este 80% de abajo, que incluye a los evangélicos? Es gente con hijos, con chicos cumpliendo servicio en Iraq o que regresaron de ahí y no tienen atención médica, o familias a las que se destruyó al mandarlas a la guerra en Iraq, porque el gobierno no las protege, no las apoya. Son condiciones económicas intolerables. El 80% de menores ingresos en EU tiene toda la razón en odiar al Gobierno de Bush. Sólo los han mantenido factores ideológicos como el conservadurismo, el fundamentalismo y demás. Entonces, lo que sucede es que la gente por lo general reacciona —y ustedes lo saben—, no son asuntos concientes y políticos. Pueda que conozcan los problemas, pero su comportamiento político de algún modo no parece registrarlos. Pero, ¡entonces vemos que reaccionan! Reaccionan a una cuestión secundaria o terciaria, que significa algo para ellos que nunca se atreverían a expresar yendo directamente a denunciar de manera política al partido, es decir, al Partido Republicano.

Así que ahora tenemos una revuelta de personas que están sufriendo: ancianos, personas mayores de 50 años, o de 40, que en general tienen problemas de salud que no pueden atender, que su seguro no los cubre. Pueblos enteros están desapareciendo, regiones enteras del país se están desintegrando, las condiciones de vida del 80% de abajo del pueblo estadounidense que está en la miseria y la desesperación. Está afectando al 20% de arriba, con la crisis de la vivienda. Habremos de sufrir una crisis de vivienda, un desplome de los precios, una crisis hipotecaria. Estamos perdiéndolo todo. Sufren. ¿Acaso este sufrimiento no se canaliza de algún modo? Claro que sí.

Ahora bien, el error del Partido Demócrata es que se orienta al 20% de mayores ingresos en busca de apoyo político, y al 3% para el apoyo financiero. Así que, ¿de dónde sacan el dinero para financiar sus campañas y cómo hacen que el 20% de mayores ingresos familiares vote por la planilla demócrata? He ahí la cuestión. Ése es el problema.

¿Por qué no vemos ahora lo que el año pasado ellos desatendieron por completo, la crisis automotriz? Vean ahora el efecto de esto: partes enteras de EU están destruidas. EU ya no tiene una industria automotriz. Tiene un sector automotriz, pero es japonés, francés, etc., pero no estadounidense. No tenemos la estructura de una industria automotriz controlada por fuerzas e intereses estadounidenses. Y las industrias automotriz y aeroespacial son las entrañas de una sociedad industrial moderna. ¿No controlas las entrañas de tu propia sociedad industrial moderna? ¿No dominas tu capacidad de máquinas–herramienta? ¿Dependes de la buena fe de gobiernos extranjeros? No. Y ése es el error. Lo que tenemos que hacer es corregirlo. Miren, en febrero de 2005, y en marzo de manera más acentuada, hice hincapié en que tendrían que actuar de inmediato para salvar a la industria automotriz estadounidense, como parte de un programa para rescatar a la economía de EU. “Nooooo, no lo vamos a hacer. Le besaremos el trasero a Félix Rohatyn y otros estafadores. Siiií, tendremos infraestructura. Dejaremos que Félix Rohatyn la financie”. ¡Un fascista? ¿El tipo que financió el ascenso de Pinochet al poder en Chile? ¿Eh? Ahí radica el problema.

El problema de la generación del 68 y de la dirigencia del Partido Demócrata es el oportunismo, pero hay un mejor nombre para eso: sofistería. Tenemos que dejar la sofistería. Tenemos que percatarnos de que estamos en crisis, en una encrucijada de la historia. Estamos a punto de perder la nación entera. Perder el tiempo tratando de negociar las cosas en el sentido habitual ya no tiene sentido.

Tenemos que pensar como Franklin Delano Roosevelt. Si no puedes hacerlo, ¡cierra el pico!

Preguntas de Eurasia

Tremblay: Tenemos una serie de preguntas sobre los problemas de la interacción entre naciones en Eurasia. La primera es de Chandrajit Yadav, ex ministro de Industria del Gobierno indio, desde Nueva Delhi. Dice:

“Estimado señor LaRouche, estoy de acuerdo con su evaluación de que la economía mundial experimenta una grave crisis. Un tercio de los jóvenes del mundo está desempleado. Ha llegado la hora de una alternativa, la idea del Puente Terrestre Eurasiático de LaRouche debe realizarse lo antes posible. Pero, hay un problema con eso, porque los gobiernos de las tres naciones eurasiáticas que deberían ser las que más participan —China, India y Rusia— no están aportando el liderato necesario para el Puente Terrestre. Creo que, con las debilidades de estos tres gobiernos, necesitamos un movimiento popular que apoye el Puente Terrestre Eurasiático”. Pide tu comentario.

Debo mencionar que el profesor Dai Lunzhang, ex economista en jefe del Banco Central de China, y sus colegas, tocaron un par de asuntos que hacen al caso. Abordan el problema de las rivalidades entre China e India. También el problema de cómo lidiar con la relación sinojaponesa, y con ésa relación respecto a la política estadounidense en cuanto a Japón. A eso añadiría en particular una pregunta del ex primer ministro de Eslovaquia y también ex ministro de Justicia, Jan Carnogursky, quien identifica la debilidad de la Unión Europea como socia en esto y dice que nos amenaza una posible caída del euro. ¿Significaría esto un desplome de la Unión Europea? ¿Qué pasará con la Unión Europea?

Quizás un último elemento en esto lo aporte Jagdish Kapur, un connotado intelectual indio y copresidente del foro Diálogo de Civilizaciones de Nueva Delhi, quien habla del fracaso de la política mundial, incluso la de EU, con respecto al uso de la energía nuclear con propósitos de desarrollo.

¿Comentarios?

LaRouche: El problema aquí es que estos países —China, India y Rusia— todavía no entienden la situación mundial. Ése es el problema. No tienen un sentido de cuál es el verdadero asunto. Ven cosas que conocen, pero en un marco que no corresponde a la realidad, a la realidad que nos embiste.

Chandrajit Yadav, ex ministro de Industria de India. “Necesitamos un movimiento popular que apoye el Puente Terrestre Eurasiático”, le dijo a LaRouche en la reciente videoconferencia del 31 de octubre. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS).

Por ejemplo, China todavía no entiende —ha mejorado, pero todavía no entiende— las implicaciones que tiene para ella un desplome del dólar. Saben que están “en contra”, pero no entienden que esta política como tal, esta política estadounidense, significa una situación imposible para China. India no entiende que esto significa una situación imposible para ella. Y, por supuesto, el negocio sinojaponés que menciona nuestro amigo del Banco de China, es algo que ya he abordado en otro sentido.

El problema es que, acuérdense, la reforma en Japón ocurrió por influencia de EU contra los británicos y los holandeses. Así que Japón seguiría siendo una nación asiática completamente atrasada, sin industria digna de mención, de no ser por la intervención de EU en los 1860 y 1870. Pero después la monarquía británica se ganó al mismo Emperador japonés que aceptó el consejo de EU de industrializar a Japón, al decirle: “Usted es un monarca, usted es el Emperador de Japón. Nosotros somos el Emperador de Inglaterra. Nosotros los emperadores tenemos que estar unidos. . . ¡en contra de EU!” Los británicos querían deshacerse de la influencia de EU en China, así que lo que hicieron fue orquestar, con el príncipe Eduardo Alberto, en 1894–1895, la primera guerra sinojaponesa, la agresión de Japón contra China. A eso le siguió la ocupación de Corea, de nuevo una adquisición imperial, que fue seguida por la guerra ruso–japonesa, que fue una trama de la monarquía británica de pe a pa. El príncipe Eduardo Alberto tramó esto; lo hizo en preparación a la Primera Guerra Mundial en Europa. Entonces vino Nicolás II, el tonto, el Zar de Rusia, quien era sobrino del Rey de Inglaterra, y pactó un tratado con los británicos y los franceses, el tratado Sykes–Picot, sobre la partición de Irán. Estaba hasta el cuello en el negocio, y le costó la vida. Perdió a Prusia.

Ésa es la suerte de cosas que ocurrían en este período, y la gente no entendía que la política imperial que la monarquía británica le embutió a Japón, en contra de su amigo EU, fue lo que provocó el incidente de Pearl Harbor que organizaron primero los británicos en los 1920, y luego éstos cambiaron de bando. Esta política tiene sus reverberaciones hoy, y el conflicto actual entre China y Japón refleja la influencia británica continua en dividir a las naciones de Asia oriental unas contra las otras para sojuzgarlas.

Y la influencia británica en India es el mismo problema. Yo estuve allí. Técnicamente estuve bajo el mando de Mountbatten, cuando presté servicio militar en el teatro de China, Birmania e India. Mountbatten era el comandante, yo estaba a su servicio, y estaba por armar una revolución en su contra. Pero bueno, ésa es otra historia. Sin embargo, tenemos el mismo problema hoy. Por consiguiente, no entender ni remontarse en la historia al menos 100 años, de preferencia 200 o 300 años, para entender la actualidad. . . Tienes que hacerlo; no sólo tratar de abordar los problemas cotidianos inmediatos. No los entenderás.

Lo que necesitas hacer en un caso como éste es elevarte por encima del problema, a un nivel superior, definir cuál es el verdadero interés de la humanidad, y proponer una medida que pueda no tener nada que ver con la manera en que están definidas las cosas, sino que cambie el tema por completo. Digamos: “No debatamos eso, no tengamos esa riña familiar; hablemos de lo que queremos hacer que es positivo”. Y ésa es la mejor manera de resolver estos problemas.

¡La Unión Europea es un ataúd!

Ahora bien, sobre el problema de la Unión Europea: ¡olvídense! Es un ataúd. ¿Quieren pasarse la vida ahí? La Unión Europea se creó para destruir a la Europa continental, a cada nación de la Europa continental, y ha sido muy eficiente en ello. Ahí está Alemania, con un desempleo tremendo, con déficit industrial, y las potencias de ocupación, principalmente Mitterrand y Thatcher, le impusieron una Unión Europea a la Europea continental, y luego ellas mismas no se integraron; porque es un barco negrero. Los británicos organizan el barco negrero, suben a los europeos, pero ellos no se suben. Se sientan afuera para divertirse con el espectáculo. De modo que aquí tenemos a Alemania, que técnicamente podría. . . Salvo por la Unión Europea y el BCE [Banco Central Europeo], y el euro, que es el nombre de una píldora de veneno. Se sientan ahí, en el gran desempleo, la decadencia de la industria, la pérdida de todo lo que Alemania era capaz de hacer, maniatada porque no puede generar crédito del Estado para crear empleos en las industrias necesarias para equilibrar de nuevo el marco o su equivalente. No hay suficiente empleo productivo.

Como el propio Berlín: a la ciudad no se le permite que sea capaz de mantenerse ella misma con su propio ingreso. Está en un estado permanente de insolvencia, cuando la solución sería obvia. El gobierno tiene que construir la industria otra vez. Tenemos una relación excelente con China, India y demás, sobre la relación de Alemania a nombre de Europa con esta parte del mundo: Eurasia. Bueno, ¿por qué no simplemente hacemos lo que tenemos que hacer? Aquí está el centro ferroviario, Berlín, el acceso al este. Tenemos mercados tremendos hacia el este; ¿por qué no tenemos industrias aquí donde está la gente? Construyamos las industrias, exportemos al este. Podemos poner a la gente a trabajar, podemos equilibrar el presupuesto de Berlín. Alemania podría hacer dinero de nuevo. Podemos acabar con los empleos de a euro y toda esta locura. La gente puede tener un futuro. El Gobierno alemán podría hacerlo, simplemente con una aplicación inteligente de crédito del Estado. Pero, ¡no puede! ¿Por qué? Por el chaleco de la Unión Europea, que es una nueva forma del ataúd de la “doncella de hierro”. Así que en realidad no debiera preocuparnos eso en lo absoluto.

En cuanto a la energía nuclear, miren, el problema es en realidad muy simple: la gente se ha comido el cuento de la “revolución verde” y la globalización, en India como en todas partes. Muy bien. El problema es ése, y también en otras partes del mundo: no quieren pelear por el asunto de la energía nuclear, que todos en India saben que la necesitan. De todos los países, India necesita la aplicación general inmediata de la energía nuclear, con capacidades de 100 a 900 MW. La necesitan por la naturaleza del país. ¡La necesitan! La sola cuestión del agua exige energía atómica. Tienes que regar plantas nucleares por todo el país, sólo para enfrentar estos problemas. ¡Es la única solución para India! Pero otras personas no son realistas; son sesentiocheros. No piensan en comer, sino en cómo se sienten cuando comen, que es lo que les importa.

Enjuicien a Bush y Cheney

Freeman: Antes de hacer una pregunta desde Washington, sí recibimos un mensaje de Peter Ruffino, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago. Dice:

“Señor LaRouche, gracias por sus comentarios sobre el juicio político contra Bush y Cheney. Como estoy seguro usted sabe, la dirigente de la minoría de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien espera convertirse en la presidenta de la Cámara en enero, ha dicho en repetidas ocasiones que si los demócratas toman el control de la Cámara, quiere que quede claro que el juicio político contra este gobierno no se considerará. Yo le escribí una carta pidiéndole que se retracte de esa promesa, en la que señalo una serie de delitos punibles ya documentados de este gobierno, aun antes de que el Congreso lleve adelante cualquier investigación sustancial. Hasta el día de hoy, más de 150 expertos en Derecho constitucional han firmado esta carta. Sólo quería aprovechar la oportunidad de esta videoconferencia para invitar a cualquier profesor de Derecho de EU que esté escuchando esta transmisión, a que se sume a este esfuerzo”.

La presidenta de la facción demócrata en la Cámara de Representantes de EU, Nancy Pelosi, quien espera convertirse en presidenta de la cámara después del 1 de enero de 2007, ha prometido que los demócratas no procurarán enjuiciar a Bush y Cheney. Pero un grupo de profesores de Derecho estadounidenses ha emprendido una campaña en la que le piden retirar su promesa debido a la gran cantidad de delitos punibles documentados. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS).

No sé si él quiere que dé a conocer su correo electrónico o no, pero si hay escuchas que quieran una copia de la carta y participar, quizás lo mejor es que respondan a la dirección electrónica de LaRouche PAC y nosotros le haremos llegar su nombre e información al doctor Ruffino, y él puede ponerse en contacto con ustedes.

‘Normas laborales básicas’ e infraestructura

La siguiente pregunta que tenemos la envió un miembro importante del equipo profesional de un representante demócrata prestante. Y, de nuevo, ellos tienen la tarea de formular la política para el período inmediato. La pregunta es:

“Señor LaRouche, usted ha hablado y escrito bastante sobre cómo salvar el sector manufacturero estadounidense para fines de la infraestructura y la defensa nacional. En ese sentido, EU produciría cosas que compraría para sus propios propósitos. Pero, ¿qué hay de salvar un sector manufacturero que todavía le vende al resto del mundo? ¿Cómo pueden las manufacturas estadounidenses recuperar su competitividad en el mercado mundial actual? ¿Qué tan importantes son las normas laborales básicas para este proyecto? Y, si las cree importantes, ¿cómo sugiere que hagamos obligatorias dichas normas laborales básicas en todo el mundo? Esta pregunta también podría aplicarse a las manufacturas alemanas o francesas, o en realidad al sector manufacturero de cualquier nación altamente industrializada que compita con otros países que simplemente no respetan los derechos fundamentales de los trabajadores”.

LaRouche: Tenemos que meterle colmillo al asunto. El error es suponer que echaremos mano del empleo manufacturero como tal para la exportación. Eso sería un error. No es equivocado exportar bienes manufacturados, ésa no es la falla. El asunto es que la gente tiene que entender la composición del proceso productivo y cómo funciona una economía en tanto tal. El problema de EU, lo que tiende a disparar el costo de la producción, es la falta de infraestructura económica básica. EU desperdicia muchísimo dinero construyendo carreteras. Quizás hayan visto nuestras superautopistas; se llaman estacionamientos, a las horas pico son estacionamientos. Vemos el congestionamiento de la población en movimiento alrededor de unos cuantos centros urbanos que tienen superautopistas que sirven de estacionamiento a las horas pico; y las horas pico son seis o siete al día. Algo está mal aquí; hemos tomado la dirección equivocada.

¿Qué hicimos? Destruimos la infraestructura. El modo que tienen que ver la economía de EU —y la gente tiene que repensarlo— es no escuchando a los contadores. Los contadores no entienden de economía; por eso son contadores, reprobaron Economía. El problema aquí es que, para tener una industria productiva, tienes que contar con una economía productiva. Uno mide la productividad por kilómetro cuadrado y per cápita. La mides para tu territorio promedio total. Desarrollas la agricultura privada, a los agricultores, los verdaderos agricultores. No destruyes la vegetación a fin de abaratar la agricultura para la producción de cereales a gran escala. No haces todas las cosas estúpidas que destruyen Estados enteros, sectores enteros de los Estados, al desindustrializarlos, al arruinar la agricultura, destruir la educación, y luego dejar ciertas extensiones grandes y considerar su promedio como si estuvieras cocinando un caldo gigantesco, a diferencia de una economía. Donde la perdimos, la perdimos; no tenemos generación eléctrica, hemos perdido sectores enteros del país en términos de generación eléctrica. Ya no sale agua potable de la llave; o compras agua embotellada o te enfermas, tú decides. No tenemos escuelas ni servicios de salud; no tenemos la infraestructura que apoya a una población altamente productiva con los medios de producción que la infraestructura proporciona.

Tren magnetolevitado (maglev) en Alemania. Un alto funcionario demócrata del Congreso le preguntó a LaRouche: “¿Cómo pueden las manufacturas estadounidenses recuperar su competitividad en el mercado mundial actual? ¿Qué tan importantes son las normas laborales básicas para este proyecto?” (Foto: Transrapid).

Cómo funciona una economía productiva

Por tanto, el modo en que construyes una economía es como fueron bien construidas en el pasado, en los sistemas europeos. Desarrollas una economía al desarrollar a la gente; educación, salubridad, servicios médicos. Desarrollas las comunidades de una manera organizada. Pones el acento en las empresas privadas, no en los grandes emporios. No proscribes los emporios, pero no quieres consolidar conglomerados. Lo que quieres es al empresario, quieres la típica firma empresarial alemana.

Por ejemplo, tomemos el caso del MBB en Alemania, al que conocí hace unos años. El MBB era el centro aeroespacial de la industria alemana. Estaba muy altamente desarrollado; 10.000 personas trabajaban en el diseño de ingeniería. La industria la destruyó Reuter de Daimler–Benz. Ésta no sólo era una firma que tenía a 10.000 personas en esa categoría de empleo, sino que mantenía relación con pequeños talleres por toda Alemania, donde encontrabas a un físico con dos personas, una firma con 25 personas, que eran subcontratistas, que representaban el repertorio de firmas tales como MBB. Y los de MBB que querían hacer un producto, sabían que podían llamar a fulano o mengano para que los ayudara a resolver cualquier problema particular que tuvieran. Por tanto, la firma privada, la pequeña firma privada con pocos accionistas, la Mittelstand, es la parte esencial de cualquier economía bien organizada. Y Alemania era el pilar de esta clase de proceso en los buenos tiempos. Esto se perdió, o se está perdiendo. Queda un poco de eso en Baviera y otros cuantos lugares, pero en general ya no existe. ¡Es una locura!

¿Qué significa esto? Significa que hay comunidades con características diversificadas, con industrias diferentes en la misma región, con una gran dependencia de cosas como la Mittelstand para estas industrias, unas cuantas compañías más grandes que combinan el trabajo de muchas firmas de la Mittelstand con el proceso de fabricar los componentes que integran el producto final. Y tenemos un sistema nervioso, en el que puedes acudir a una firma, digamos a una decisiva: “Queremos hacer esto”. “Bueno, veamos, tenemos a esta firma, tenemos a esta Mittelstand, ésta de aquí. Podemos arreglarlo”. Eso es lo que Alemania solía ser capaz de hacer. Ése era el producto de alta calidad. Eso es lo que EU solía ser capaz de hacer, al depender de estas firmas pequeñas, con 5, 100, 200 personas, que se especializaban en tecnología. Y las empresas grandes que querían fabricar un automóvil, un avión y demás podían confiar en estas firmas para que hicieran las pruebas y el trabajo de diseño, y obtenías un producto. Eso es lo que quieres.

Ahora no tenemos esa estructura. Si queremos erigir una industria competitiva en el mercado mundial, EU podría hacerlo; pero lo que tendría que hacer es empezar por construir infraestructura, que es en lo que hice hincapié el año pasado. Dije: Atiendan el sector automotriz; no dejen que lo clausuren, no lo cierren. Déjenlo en paz; manténgalo ahí. Conviertan la parte de la industria automotriz que no van a usar para fabricar automóviles, conviértanla para la infraestructura. Podemos construir esclusas y presas, toda clase de cosas necesarias para la infraestructura, y reconstruirnos una economía. Usemos esta industria automotriz, con su capacidad de máquinas–herramienta; usemos las mismas plantas en los mismos lugares. Así es como funciona. Como Lockport, Nueva York; tienen una planta allí, Delphi. La planta ha fabricado toda clase de cosas: aeronaves; puede fabricar componentes para sistemas hidráulicos, de canales. Está en el [río] San Lorenzo, en los Grandes Lagos; está conectado al río Ohio. Uno puede transportar su producto por los mismos ríos en los que se usará para esa clase de producción. La industria aeroespacial solía contar con el mismo tipo de capacidad.

Entonces, lo que tenemos que hacer es fortalecer el potencial productivo per cápita y por kilómetro cuadrado de EU. No se preocupen por ser competitivos en esta o aquella región. No dejen que los contadores los cuenteen sobre esto. Recurran a sus ingenieros, a los científicos, no a los contadores, y calculen físicamente, per cápita, por kilómetro cuadrado, cuánta productividad y competitividad representa eso en términos de tecnología. Constrúyanlo. Si lo hacen y dejan correr el ingenio del empresario. . . No al gran emporio dirigido por un contador de papel maché, sino a un hombre verdadero, un ser humano verdadero que sabe de producción. Denle libertad con su empresa, déjenlo que pelee por su mercado, ayúdenlo, y aumentarán la productividad de EU como lo hicimos con Roosevelt, en condiciones comparables. Ésa es la manera de hacerlo. Es la manera de hacerlo aquí. Alemania es el ejemplo comparable ideal de lo que podemos hacer en EU. Sólo hagamos lo mismo.

Eso es lo que tenemos que hacer. Usen mi programa, del modo que lo dije. Aún tenemos algunas de las plantas; todavía tenemos el personal al que se dejó desempleado, las comunidades que se clausuraron por la estupidez del Congreso al permitir que esto ocurriera. Pongamos a esta gente a trabajar, creemos una corporación del gobierno, creemos el financiamiento de una corporación gubernamental. Aprovechemos estas cosas que han estado ociosas; pongámoslas bajo la protección del gobierno. ¡Echémoslas a andar de nuevo! Impulsémoslas hasta que devengan en operaciones autosuficientes!

¿Qué deben hacer los gobiernos del mundo?

Tremblay: Tenemos una pregunta del público aquí. Es del señor Jihad Yakan, un empresario de Berlín originario de Siria. Él hará su pregunta en alemán y yo la traduciré: “Señor LaRouche, mencionaba usted que la política de George W. Bush está destruyendo a EU. ¿Qué le aconseja al Canciller de Alemania? A este respecto, ¿qué le aconseja a los Gobiernos tanto de Siria como de Irán que quieren preservar la paz?”

LaRouche: Bueno, es algo en lo cual estoy trabajando: deshacernos del Gobierno de Bush, porque si no lo hacemos, nada funcionará; EU será destruido. Lo que quiero decir es que, si siguen tomando veneno, morirán. Si EU sigue tomando el veneno del Gobierno de Bush, morirá, morirá muy pronto. Estamos entrando en una crisis. Recuerden, lo dije al comienzo de la reunión de hoy, dije que ya nos encontramos, desde mediados de septiembre, en una fase de decadencia de la economía estadounidense, lo cual significa que la economía de EU y la del mundo están por sufrir un derrumbe de reacción en cadena. Un derrumbe que en potencia asemeja lo que pasó en Europa cuando la Casa de Bardi quebró a mediados del siglo 14, cuando entró a una edad oscura. Estamos en esa clase de situación. Tenemos una economía fundada en gerentes que en gran medida son unos completos ineptos, gobiernos que son incompetentes en materia económica. O sea, han perdido la suerte de aptitud que tenían los gobiernos, digamos, en los 1980 y 1970. Han perdido esa competencia; no saben cómo administrar nada, excepto para echarlo abajo. Cada decisión que toman por lo general está equivocada.

Lo que tenemos que hacer son dos cosas: tenemos que contar con una orientación hacia la misión propia, de que vamos a regresar y convertirnos en lo que deberíamos ser, y de que vamos a deshacernos de los gobiernos que se rehúsen a emprender esa clase de reforma. Y podremos hacerlo, porque todo está viniéndose abajo, como pasará muy pronto, en cada gobierno importante de Europa. Verán que los gobiernos en Europa se desintegrarán de manera repentina al instante que esta ola de derrumbe golpee, y verán desintegrarse a gobiernos que consideran sólidos.

Un período revolucionario

Por tanto, tienen que ver la situación desde un ángulo totalmente nuevo, a sabiendas —como dije al principio hoy— de que estamos en una época en que las cosas cambiarán de forma muy repentina, muy pronto. No confíen en nada que consideren un hábito o tradición establecidos en su región; probablemente fallará. Estamos viviendo un período revolucionario, de una crisis que rebasa la imaginación; no han visto nada como esto en el último siglo. Probablemente lo más cercano a lo que está por suceder hoy, a lo que está por pasar a gran escala, sea lo ocurrido en 1923 en Alemania.

Por ello, lo que tenemos que hacer, en este sentido, es tomar la decisión de hacerlo: vamos a cambiar al Gobierno de EU. Vamos a tener una política positiva en las relaciones entre naciones, procuraremos el desarrollo económico en términos de la industria y cosas relacionadas, y de la infraestructura; fundaremos las relaciones en la intención de encontrar modos de aprovechar el deseo de cooperar en la esfera económica, siempre que sea posible; negociaremos como solíamos hacerlo, para pactar proyectos que se concreten a través de agencias financieras, tales como nuevos bancos organizados de una forma renovada —bancos con un nuevo comienzo—, para financiar contratos con la ayuda de acuerdos de gobierno a gobierno, tratados que abarquen ciertos proyectos entre ciertas naciones. Y así lo vamos a hacer.

Abordas el caso de Iraq y de Irán; no hay problema. Iraq es un problema porque está destruyéndose, desintegrándose al país. Es muy difícil reconstruir un país al que está desintegrándose, pero si reconstruyes sus alrededores. . . Por ejemplo, si usas a Siria, que está al lado de Iraq, o a Irán, que también lo está, si ambos funcionan de manera saludable, si se reconstruye el Líbano, si metes en cintura la crisis palestina y empiezas a darles alguna oportunidad a los palestinos, alguna esperanza de cierto alivio, entonces tienes un ambiente en el que puedes plantear acuerdos para patrocinar el desarrollo económico. En esas condiciones, sí, sí funcionará. Las oportunidades en Irán son tremendas; tal no vez no tremendas a cierta escala, sino en relación a la región. Tiene 70 millones de habitantes, algunos de ellos con un alto grado de tecnología y cultura. Podemos hacer muchas cosas ahí. Es una buena oportunidad, pero tienes que conseguir un acuerdo entre gobiernos que proporcione la protección que le permita prosperar. La necesidad de mercados, de trabajos, de la economía está allí; todos los incentivos están allí en potencia, pero los gobiernos tienen que consentir y, para ello, tenemos que deshacernos del Gobierno de Bush.

Tremblay: Debbie, puedes hacer una pregunta más. Ésta será la última desde Washington, entonces.

Freeman: Lyn, todavía tenemos varias preguntas de instituciones que te haremos llegar, y tal vez puedas responderlas por escrito. Entre ellas están preguntas de aquí de Washington, pero también hay varias de algunos dirigentes sindicales importantes de Argentina, y un par tanto de África como de otras naciones de Iberoamérica.

Una evaluación de Bill Clinton

Pero lo que quisiera hacer es presentar la última pregunta aquí de los Jóvenes Demócratas, de una escuela de Misurí. Unos 25 de ellos se reunieron para escuchar la videoconferencia, y Bobby Stiewell te envía esta pregunta. Dice:

El ex presidente Bill Clinton visita Sri Lanka para inspeccionar las tareas de reconstrucción tras el tsunami. “La parte valiosa de Bill Clinton es que es sumamente inteligente, cosa que ninguno de sus rivales —de sus rivales cercanos— es en realidad. Y es capaz de cambiar su política en razón de su inteligencia”, a diferencia de la mayoría de los políticos, que son como juguetes de cuerda. (Foto: Eskinder Debebe/ONU).

“Gracias por llamarnos a buscar justicia haciendo todo lo que podamos por preservar la vida de los que nos rodean. Tú instas a la justicia y el amor, y te refieres al apóstol Pablo en Corintios I:13. Ahora bien, es claro que Bill Clinton es un sesentiochero, y sí disfrutó de mucho placer polémico mientras fue presidente —y creo que lo enjuiciaron por mentir bajo juramento—; pero, tú dijiste que hubiera sido útil si hubiera gobernado un tercer período. ¿Cuál de sus políticas específicas hubieras querido ver que continuara y evolucionara si, de hecho, hubiera tenido un tercer período de gobierno? Creo que es importante desde la perspectiva del período político inmediato”.

LaRouche: En este caso, creo que lo importante es el hombre y no la política. La parte valiosa de Bill Clinton es que es sumamente inteligente, cosa que ninguno de sus rivales —de sus rivales cercanos— es en realidad. Y es capaz de cambiar su política en razón de su inteligencia. Verán, la mayoría de los políticos son como juguetes de cuerda. Hacen las cosas para las que los construyeron, así quieras que las hagan o no. El político valioso es un estadista; no como político, sino como estadista. Un estadista es la persona que parte de la perspectiva de un concepto de preocuparse por el país, así como de la humanidad, y que no sólo responde a lo que ve, sino a lo que prevé; que se concentra en conseguir asesores, especialistas que lo ayudarán a prever lo que viene, a ver las alternativas para enfrentar cada uno de los problemas que esté considerando. No funciona como un político, sino como un líder, una persona que está avizorando el futuro y que sabe cómo hacerlo, una persona que sabe cómo cambiar, que sabe cómo desarrollarse y responder a situaciones tanto como sea posible antes de que ocurran.

Bill mostró, a lo largo de su Presidencia y de lo que he visto de él desde que era presidente, que sigue creciendo, como muy pocos políticos estadounidenses de importancia. Pueda que mejoren un poco, pero no crecen. Bill ha estado creciendo y, por tanto, de haber gobernado un tercer período, estoy seguro de que hubiera crecido aun más de lo que lo ha hecho como ex presidente. Pero me ha mostrado un crecimiento fuera del cargo. Sí tiene un rasgo de oportunismo manifiesto (que él explicaría de otro modo, y entiendo eso), pero bajo el oportunismo hay un hombre que se preocupa y que quiere encontrar las respuestas verdaderas; que, en el corto plazo, tratará de abrirse paso políticamente en una situación, al recabar apoyo siendo oportunista, como un sesentiochero, en pocas palabras. Pero es honesto en ello; después de todo es un sesentiochero. Pero al mismo tiempo, debajo de eso, es un hombre que puede pensar, que tiene un sentido de la historia, que tiene cierto sentido de una perspectiva histórica respecto a lo que hace o decide, con lo que está comprometido, sea que lo diga en público o no, pero que está maquinando en su mente tras bambalinas. Con todos los defectos que pueda encontrarle, tiene esa cualidad de estadista, y muy pocos de su generación la tienen en realidad. Así que, veo a Bill —con todos sus defectos—, y digo: “Mmmh”. Pero eso está de más; quieren criticar a Bill, miren quién le hace la competencia en su posición y buscarán de nuevo a Bill.

Las ‘órdenes de marcha’ para el LYM

Tremblay: Tenemos muchas, muchas preguntas más, pero por desgracia no tenemos el tiempo hoy para hacérselas directamente al señor LaRouche. Pero, por supuesto, se las haremos llegar por escrito. Para la última pregunta, Portia, del Movimiento de Juventudes Larouchistas aquí en Berlín, tiene algo que quiere preguntarle a Lyn.

Portia Tarumbwa, miembro prestante del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) en Alemania, le preguntó a LaRouche cómo los jóvenes pueden aprender a pensar como él. LaRouche respondió esbozando el programa que diseñó para desarrollar el LYM, sobre la base de recrear los descubrimientos científicos de los grandes pensadores. (Foto: Helene Möller/EIRNS).

Portia Tarumbwa: Hola, Lyn. Estamos divirtiéndonos aquí esta noche. De hecho, de forma paralela a esta reunión, intervenimos contra algunos mamones del DLC [Consejo de Liderato Demócrata] que querían sabotear la conferencia de esta noche. Pero, de hecho, creo que en general nos estamos divirtiendo mucho en Berlín, en el último período, caldeándolo para una revolución. Mi pregunta, a nombre del Movimiento de Juventudes Larouchistas y también de los jóvenes reunidos alrededor del mundo, es: con el gran peligro, y la gran promesa del período de la historia en el que nos encontramos, digo, básicamente pide a gritos lo que propones. Me he dado cuenta de la necesidad de que toda una generación, la mía, piense más y más como tú. Dominar tus descubrimientos y sus implicaciones sobre el pasado, pero, lo que es más importante, sobre el futuro. Y tenemos muy pocos ejemplos a seguir hoy día. Así que, ¿podrías darnos algunos señalamientos o, más bien, órdenes de marcha?

LaRouche: Sí; tenemos un proyecto que he iniciado en EU. Lo hice porque vi que el programa educativo del movimiento de juventudes, aunque fue útil en cuanto a adentrarnos en algo de esto de la esférica, por ejemplo, y otras cuantas cosas, fue muy útil, pero no estaba aportando la suerte de impulso y continuidad que se requería. Así que, dije, vamos a descartar esto. Emprenderemos otro programa.

De modo que escogí tres cuestiones de fase en gran medida de Kepler. Primero que nada, reproducir el descubrimiento de la gravitación de Kepler; no aprender a “repitan después de mí”, sino a reproducir el acto, pasar por la experiencia mental de Kepler. Porque Kepler escribe lo que está pasando por su mente; no lo altera. Así, al estudiar la obra de Kepler, puedes ver cómo funcionaba su mente en etapas sucesivas del desarrollo de una idea. Es muy inusual; pocos escritores, pocos científicos lo han hecho. Segundo, Kepler es en realidad el fundador de la ciencia moderna. El diseño de la fundación de la ciencia moderna lo hizo Nicolás de Cusa; Leonardo da Vinci hizo aportes —y unos muy importantes—, pero fue Kepler quien primero abordó la cuestión y presagió un enfoque universal para la ciencia y la ciencia moderna. Toda la ciencia moderna venturosa viene de Kepler. Si revives a Kepler, y en particular dos de sus descubrimientos, y un tercero realizado por Gauss: primero, el descubrimiento del principio de la gravitación, que ninguna persona anglófona conoció jamás, hasta hace poco; segundo, el de la organización del sistema solar. Ahora bien, es más que eso, porque el descubrimiento del sistema solar es el del hecho de que el universo no es entrópico. Es decir, que el sistema astronómico no es un sistema fijo, porque el Sol estaba solo en su rincón del universo, solito. No había nada allí; giraba con rapidez, lo hacía en busca de algo. No pudo encontrar nada, así que hizo algo. Arrojó algo de plasma mientras giraba rápidamente. Este plasma cobró la forma de un plano de plasma, pareciéndose mucho a la imagen de Saturno, con todas sus lunas y anillos. Este material se desprendió, y en él empezamos a ver que ocurre la fusión; a partir del número limitado de elementos que encuentras en el Sol, afuera hay más que éste crea cuando su radiación impacta este plasma. Y entonces, hace algunos años decidí que esto debía polarizarse, porque no puedes conseguir la tabla de los 92 elementos sin polarización; entonces funcionaría. De modo que aquí tenemos un plasma polarizado que arroja este material; este material se desprende por destilación a las órbitas planetarias, una tras otra. Tienen ciertas características en común. Nunca pierden su conexión con el Sol; incluso cuerpos extraviados que entran al sistema planetario quedan atrapados en el mismo por el Sol. Y esto tiene un ordenamiento. Ahora bien, tenemos la fusión termonuclear, que es lo que el Sol ya estaba haciendo, así que es un principio universal. No es algo que pasó y luego se dio; estaba allí desde el principio.

Una escuela de cuadros del LYM en la capital estadounidense explora las leyes de Kepler del movimiento planetario. “Nuestras mentes son creativas. Estamos hechos a imagen de la Creación, somos la personificación de la Creación, y nuestro deber es desarrollarla. No hacer lo mismo, sino algo diferente, avanzar, dar el siguiente paso. Ése es nuestro destino, para eso existimos. . . [para] construir un futuro mejor”. (Foto: Adam Sturman/EIRNS).

El universo no es una creación fija; es una creación en evolución. El mundo es antientrópico. El universo es antientrópico, ¡es creativo! Y nuestras mentes son creativas. Estamos hechos a imagen de la Creación, somos la personificación de la Creación, y nuestro deber es desarrollarla. No hacer lo mismo, sino algo diferente, avanzar, dar el siguiente paso. Ése es nuestro destino, para eso existimos, y en eso tenemos que convertirla, a nuestra moralidad. Nunca tratamos de perfeccionarnos para quedarnos sentados en el mismo rincón. Nunca nos permitimos hacer exactamente lo que nuestros padres y abuelos antes que nosotros. Tenemos que hacer algo nuevo, algo mejor. No desperdiciar lo que lograron, sino construir sobre eso, construir un futuro mejor. Y en Kepler eso es lo que tienes, en la forma que aborda el descubrimiento de la gravitación; así es como eso te lleva a algún lado.

Pero entonces, en la forma en que se desprendió la organización del sistema planetario creado por el Sol, a su alrededor, tenemos un tercer caso. No por Kepler, sino por su efecto. Kepler, al observar la armonía del sistema, vio que faltaba un planeta en el mismo. Un planeta perdido en un lugar de disonancia. Así que, entonces, cuando Gauss vio cierto fenómeno —41 observaciones de algo; era todo lo que tenía—, a partir de 41 observaciones descubrió la órbita del primer asteroide, Ceres, que tenía las características propias del sistema armónico kepleriano. Una vez que vio eso, supo que éste era un asteroide, no sólo un simple pedazo de basura errante. Eso te muestra la importancia de entender la relación de estas características de principios físicos universales, y cómo son derivados y cómo se aplican a la realidad.

Entonces pasas a la etapa final más allá de eso; llegas a la obra de Riemann, Bernhard Riemann. Y, como decía, él dijo que la ciencia moderna empieza con Kepler, quien es válido, y continúa a través de Riemann, quien completa el ciclo de la definición de lo que es la ciencia moderna.

De manera que yo tengo a estos jóvenes trabajando en estas sucesiones. Empiezan con la gravitación de Kepler; llegan a la organización del sistema solar, a Kepler, a percatarse de las implicaciones del descubrimiento de Kepler, hasta los asteroides de Gauss; luego van más allá de Gauss, para darse cuenta de sus implicaciones; y entonces llegan a Riemann, a la hipergeometría riemanniana, una hipergeometría física, no una formal. Ahora saben todo lo esencial sobre la totalidad de la ciencia moderna. Pueden pensar como la ciencia moderna. No sólo saben unas cuantas cosas, no son un tipo que puede balbucear y dice: “Yo sé esto, yo sé lo otro”. Ahora tienen un sentido de cómo funciona el universo, y de cómo funciona el hombre en el universo.

Necesitamos una generación de jóvenes que piense así. No es que todos con esa edad vayan a pensar así de inmediato, pero en la sociedad necesitamos un núcleo de jóvenes que, en su búsqueda de una educación que no puede conseguir, aun si pudiera costeársela en la universidad, necesita una educación. Necesitamos una población educada. Ya no podemos pagar lo que cuestan las universidades, muchos no. Pero no podemos arrojar a la gente al arroyo porque no puede pagar una educación en una universidad donde no podrá encontrarla, no importa cuánto pague por ella. Por tanto, tenemos que educarlos, de modo que lo hacemos de una forma económica. Agarramos un programa básico, identificamos los logros medulares más grandes de la ciencia europea, y decimos: “Ustedes saben esto; conocen desde Kepler hasta Riemann, lo conocen. Y de ahí despegan a la próxima etapa, por sí mismos”.

Tremblay: Por desgracia, hemos llegado al fin de esta reunión, pero lo bueno para nosotros es que Lyn nos ha dado mucho qué hacer, así que estaremos muy ocupados en las próximas semanas. Y habrá otra videoconferencia el 16 de noviembre, desde Washington, D.C., y sé que todos la estarán viendo, y probablemente habrá miles de personas más, debido al resultado de las elecciones estadounidenses dentro de una semana y, por ende, por lo que el señor LaRouche tendrá que decir sobre el futuro de la humanidad en razón de estos resultados electorales. Así que, con esto, quisiera dar por terminada esta reunión y, por supuesto, agradecerle mucho a Lyn. Y esperamos verlo aquí de nuevo en Berlín tan pronto como sea posible.