'La crisis más profunda puede ser un don'

A continuación publicamos extractos del discurso que pronunció Lyndon LaRouche, el estadista y precandidato presidencial estadounidense, en un almuerzo de la Asociación Comercial de São Paulo, Brasil el 13 de junio.


Los Estados Unidos emergen en 1945 no sólo como la potencia principal del mundo pero, de hecho, como la única potencia. Después hubo algunos cambios, pero esencialmente esa era la situación. El poderío de los EU estaba arraigado en parte en su propia historia, especialmente en la victoria de Abraham Lincoln, la que definió las características principales de la economía estadounidense moderna. Sufrimos un cambio terrible, que empeoró la situación, con el asesinato del presidente McKinley en 1901. Como todo el mundo que conoce la historia de las Américas sabe, Teddy Roosevelt, Woodrow Wilson y Coolidge fueron un desastre para todas las Américas.

Así que, el gran poder que representaban los EU en 1945 fue producto de cómo respondió Roosevelt a la depresión de 1929-1933. En parte, Roosevelt empezó haciendo cambios fundamentales como, por ejemplo, deshacerse de lo que quedaba del sistema británico de patrón oro, un cambio que abrió paso al establecimiento posterior de un sistema de tipos de cambio fijos, basado en determinar políticamente el precio del oro, mismo que no se empleaba como una base de las monedas, sino como una reserva para saldar el déficit de las cuentas corrientes de las naciones.

Roosevelt y el período de la posguerra

Bajo el sistema creado por Franklin Delano Roosevelt, tuvimos las siguientes etapas: aparte de cambios monetarios drásticos y reformas financieras, el Presidente se concentró en la infraestructura física básica. Eso tuvo dos funciones: primero, como se había propuesto en Alemania, aunque no era algo muy conocido en ese entonces, un tal Dr. Wilhelm Lautenbach le había planteado a una reunión secreta de la Asociación Federico List, que los que proponen pautas de lo que hoy día se conoce como una "política fiscal conservadora", bajo condiciones de bancarrota, de insolvencia, esas personas son idiotas peligrosas. Que lo que el gobierno tiene que hacer es crear crédito, no reducir el empleo sino aumentarlo. Y el lugar adonde se debía orientar el crédito del gobierno para estabilizar la economía y para expandirla, es al área de responsabilidad y competencia del Estado, es decir, la infraestructura económica básica. Esa es el área que puede absorber rápidamente a un gran número de personas desocupadas con una forma de trabajo que será, a final de cuentas, muy beneficioso para toda la nación.

El segundo propósito del programa de obras públicas del presidente Roosevelt era sentar las bases para una recuperación general económica en los sectores agrícola e industrial. Por ejemplo, el programa de electrificación rural, que fue la base sobre la que se logró una explosión de productividad en la agricultura desde esa fecha hasta los 1970.

Pero en 1936 entró un nuevo factor a conformar esta política. Los británicos, que inicialmente pusieron a Adolfo Hitler en el poder en Alemania con la intención de que éste movilizara una guerra contra la Unión Soviética, para luego los británicos y los franceses caer sobre la retaguardia de ese proceso, súbitamente descubrieron que el Estado Mayor alemán había convencido a Hitler que debía atacar a Occidente primero. Así es que los británicos hicieron un par de cosas: despidieron al rey favorable a los nazis, Eduardo VIII, para congraciarse con los estadounidenses, y fueron donde Roosevelt y le dijeron: "¡Socorro!"

Para 1936, Roosevelt ya estaba comprometido a la inevitabilidad de una guerra con Alemania, con todo lo que eso implicaba. De allí que la reconstrucción de los EU de 1936 en adelante se hizo, teniendo la guerra en mente, para crear una base industrial bélica, lo que en ese entonces no existía. Esto se hizo en parte en secreto; algunas de las personas decisivas de la industria se reunieron con Roosevelt y armaron un plan de desarrollo nacional. Y lo que se vio de 1940 en adelante, del 40 al 43, a ese período me refiero, fue la mayor movilización industrial de la historia; 16 millones de nosotros participamos en el servicio militar. Ganamos la guerra no porque fuéramos los mejores soldados; los alemanes eran mucho más eficientes en la conducta de la guerra, su entrenamiento militar era mucho mejor que el nuestro, pero nosotros ganamos la guerra con logística, no matando gente —aunque se libraron algunas batallas terribles—, sino con la capacidad superior, abrumadora, de nuestra logística.

Murió Roosevelt, y los enemigos de Roosevelt empezaron a destruir lo que él había construido. Y la gente que odiaba a Roosevelt tomó las riendas del gobierno de los EU. Estamos hablando de intereses financieros, los que antes habían respaldado a Woodrow Wilson, a Teddy Roosevelt y a Calvin Coolidge. Sin embargo, ganamos la guerra. Muchos de nosotros habíamos peleado en esa guerra y respetábamos la tradición tras de nuestra victoria.

Así es que el sistema monetario que el mundo recibió a fines de la guerra contenía la mayoría de los rasgos, en términos de política monetaria, que el presidente Roosevelt había prescrito.

Hay un mito que se difunde mucho en las universidades pero que no es cierto: que John Maynard Keynes fue quien diseñó el sistema financiero de la posguerra. Eso es absolutamente falso. No hay ningún aspecto keynesiano en el diseño de Roosevelt para el FMI de la posguerra. Y les digo, a modo de paréntesis, que el intento de usar el keynesianismo o neokeynesianismo en estos momentos para lograr una recuperación económica general, sería un fracaso rotundo.

Se destruye la industria a partir de 1966

Los métodos del Sistema Americano de economía política, los métodos empleados por Roosevelt, de la misma manera que los usó Lincoln antes que él, como los había prescrito, diseñado, el secretario del Tesoro Alexander Hamilton, estos son los métodos por los cuales se han logrado todos los éxitos de los EU.

Ahora, debido a la guerra, por la experiencia de la recuperación bajo Roosevelt, el mundo se benefició, en buena medida por las reformas de Roosevelt. Teníamos un sistema monetario que funcionaba; funcionó para las Américas, funcionó para Europa Occidental bajo el plan de Monet. Una vez empezó la guerra en Corea, también funcionó para Japón.

Pero en 1961, el presidente Eisenhower pasó al retiro. Eisenhower era una persona que creía en la tradición militar americana, que es una tradición de defensa estratégica conocida para nosotros a través de personajes como el general Douglas MacCarthur y el general Eisenhower, especialmente. Eisenhower no toleraba ciertos cambios que los agentes de Wall Street estaban tratando de introducir. Al salir de la Presidencia, él los acuso de constituir un "complejo militar-industrial". Eso es desorientador, honesto, pero desorientador, por lo que no dijo Eisenhower.

La política que se desarrolló dentro de la institución militar, y en otras instituciones en torno a la monarquía británica y en torno a Wall Street en los EU, fue una de usar las lecciones de las Waffen-SS para crear un ejército profesional, de la manera en que los británicos habían usado la fuerza naval en siglos anteriores, pero añadiendo el poderío aéreo como una nueva dimensión de la función que tenía el poder naval, para crear un imperio de habla inglesa en el transcurso de una generación o dos. Y los cambios en las fuerzas armadas estadounidenses tendían a moverse en esa dirección. Y una vez que salió del gobierno Eisenhower, un hombre con el poder de la Presidencia que entendía la implicación de esta política militar, una vez que él estaba fuera, se desató la visión contraria. Tuvimos Bahía Cochinos, tuvimos el asesinato de Matei en Italia, la crisis de 1962 de los proyectiles en Cuba, el primer intento de asesina a Charles de Gaulle, sacaron a MacMillan del poder en Inglaterra, y tuvimos el proceso que culminó con EU metiéndose de lleno a una guerra en Indochina 1964.

Lo que tuvo un papel decisivo en todo esto fue el asesinato del presidente Kennedy. De 1966 en adelante, esta política ha estado desatada dentro de los EU. Empezamos a eliminar nuestra capacidad de desarrollo industrial. [El inicio del sistema de tipos de cambio flotantes en] 1971 fue una catástrofe global como ustedes saben bien acá: es decir, el nuevo sistema monetario. Peor que el gobierno de Nixon fue el gobierno de Jimmy Carter. Pero recuerden, nunca tuvimos un gobierno de Nixon, tuvimos un gobierno de Kissinger. No tuvimos un gobierno de Carter, era un gobierno de Brzezinski. Ambos, Kissinger y Brzezinski, representan la misma política: el utopismo que Eisenhower había denunciado como el "complejo militar-industrial".

El próximo cambio decisivo fue la caída de la Unión Soviética. En ese momento, los círculos angloamericanos que compartían esta orientación que he descrito, decidieron que ellos podrían organizar a corto plazo un nuevo imperio mundial al estilo romano pero de habla inglesa, sin Estados nacionales. Durante este período, después de 1971, hubo un cambio radical en la actitud de los EU respecto a las naciones de las Américas, en particular, e igual respecto al África, África al sur del Sahara. Kissinger dijo esto de forma muy clara en 1974. Dijo, en efecto, y no él nada más, otros también lo han dicho:

"Los intereses fundamentales de los EU son los siguientes: en el Hemisferio Sur hay recursos naturales inmensos. Si nosotros permitimos que las poblaciones de África y de Centro y Sudamérica crezcan, esa gente se desarrollará en lo tecnológico, y usará los recursos naturales que tiene en su propio territorio. Y cuando lleguemos a robar esos recursos, ya no estarán ahí".

La política económica imperial

Este fue el Memorándum de Seguridad Nacional No. 200. Esta es la misma política que había descrito el gobierno saliente de Carter como Futuro Global y Global 2000. Esta es la política del Club de Roma. Esta es la política del World Wildlife Fund. Esta es una política que no se preocupa de la naturaleza. Esta gente, como la conozco yo, no tiene nada de natural. Ellos son contra natura e inhumanos.

Entonces, con este tipo de política se llega a un momento en que un gran imperio se autodestruye. Es a través de las capacidades productivas del trabajo, y el aumento de esas capacidades productivas, que se mantiene a una economía. Si uno destruye las capacidades productivas de una nación, esa nación no puede vivir.

Ahora hemos llegado a un momento en que tenemos un presidente que no es, digamos, el más inteligente que hayamos tenido. Le han recomendado ahora que lance una guerra mundial contra un enemigo que en buena medida es imaginario, a matar a cualquiera que podría estar a favor de este enemigo imaginario. Contrario a las recomendaciones de todos los generales, quiere librar una guerra contra Iraq.

Lo que tenemos, entonces, es lo siguiente: hay intereses angloamericanos, anglófonos, que incluyen a ciertas fuerzas en Australia, que han tomado la decisión de establecer un imperio al estilo romano anglófono, haciendo caso omiso al hecho de que Roma estableció su imperio en su momento de poderío máximo. Estos estúpidos están tratando de establecer un imperio cuando están en el punto más bajo de su poderío.

Ahora, observen la gráfica que está en la pantalla. Como resultado de esto, lo que hemos tenido es una degradación en la productividad física de la fuerza de trabajo per cápita y por kilómetro cuadrado. Nos estamos desplomando precipitosamente.

Lo que también hicimos fue que le bombeamos al sistema, aumentamos, la cantidad de agregados financieros dentro del sistema. Esto lo hicimos en buena medida aumentando los agregados monetarios dentro del sistema. En el año 2000 ocurrió un acontecimiento muy interesante: ¡1923, Alemania!

Alemania había venido financiando la deuda de reparaciones de guerra que tenía que pagar, emitiendo dinero. Esto había sido inflacionario, pero ocurrió bajo condiciones de depresión económica a nivel mundial, por lo que no hubo un aumento precipitoso de la inflación en Alemania, hasta junio o julio de 1923. Pero en junio y julio de ese año hubo una explosión causada por algo muy sencillo; la gráfica de ese entonces es muy parecida a lo que vemos aquí. Lo que pasó en ese entonces, y lo que ocurrió en los EU en el 2000, fue que la cantidad de agregados monetarios que había que generar para refinanciar las obligaciones financieras existentes, era más grande que las mismas obligaciones financieras que se refinanciaron. Cada vez que esto ocurre en una economía se desata un proceso hiperinflacionario.

Bajo tales circunstancias solamente hay una solución. Los gobiernos tienen que actuar para someter al sistema a un proceso de reorganización por bancarrota. Y si no se hace, se tienen los peores resultados imaginables.

Ahora, analicemos la situación de Brasil desde esa óptica. Brasil, como todas las naciones de este planeta, incluyendo Japón, es víctima de un dictado angloamericano para tratar de perpetuar ese sistema quebrado. Si continuamos por esa vía habrá una explosión. Esto puede ocurrir probablemente en los próximos 2 o 3 meses. Lo que está pasando en Argentina es una alerta; eso puede ocurrir en Japón de manera explosiva, porque Japón ha sido usado para generar una parte grande de los agregados monetarios de los que depende la economía y el dólar estadounidense.

Si se desploma el mercado del yen japonés, y algunos idiotas en los EU están tratando de causar su desplome, el dólar será el que sigue. Porque en buena medida, la estabilidad del dólar depende, de forma marginal pero decisiva, de la enorme contribución de Japón con su política de préstamos interbancarios a cero interés.

Ahora, brevemente para concluir. ¿Qué significa todo esto? Esto quiere decir que tenemos que pensar en cierto sentido:

Número 1: requerimos una reforma monetaria y financiera global. El mejor ejemplo que tenemos a mano es el sistema de 1945 a 1964, no como un modelo perfecto, pero sí como un modelo político. Bajo este concepto, por lo tanto, se requiere una reorganización financiera en los diferentes países. Se requiere una conferencia internacional urgente entre las principales naciones, usando los poderes de emergencia implícitos de los gobiernos, para negociar de inmediato una reorganización por bancarrota del sistema financiero mundial.

También tenemos que tomar ciertos pasos específicos en cada país, y a través de tratados, para reactivar la economía mundial. Esto significa que tenemos que tener un sistema proteccionista, porque lo que no entiende mucha gente es la importancia de los ciclos del capital. Los ciclos del capital normalmente se extienden a unos 25 años para la inversión en infraestructura básica; de 3 a 7 años para un programa agropecuario, hasta para un granjero solo; y para una compañía industrial, una línea, un producto, puede ser de 7 a 15 años.

Por lo tanto, tenemos que generar una tremenda cantidad de inversión de capital. ¿Cómo logramos eso? Tenemos que crear el sistema crediticio, pero tiene que ser un sistema de crédito seguro. No se puede tener préstamos y comercio internacional a tasas de interés que superen el 1 o 2 por ciento. Por lo tanto, se requieren tasas de cambio fijas, y probablemente deberíamos usar un sistema de reservas de oro.

Luego, hay que hacer ciertos cambios en cada nación. El caso de Brasil es obvio; Brasil tiene un potencial absolutamente enorme. Hay dos áreas: primero, el área de la economía interna, la infraestructura, que es primaria. Las necesidades energéticas son abrumadoras. Hay que controlar y desarrollar los recursos energéticos propios. Se necesita un programa de recuperación y desarrollo económico impulsado por la ciencia. Y Brasil ya tiene esto en ciertas áreas como, por ejemplo, el área de la ciencia de la salud pública, lo que es decisivo, por ejemplo, para África. Luego, tienen que tener un sistema de educación que pueda desarrollarse para producir los cuadros para esta expansión.

También necesitan recalcar el espíritu de emprendimiento empresarial. Ningún contador, trabajando como contadador, puede lograr que una economía crezca. El crecimiento viene de principios físicos, viene del intelecto y el ingenio del empresario. Esto lo vemos en Italia y en otras partes. El fracaso de las corporaciones principales revela lo que siempre sabíamos, que la economía exitosa siempre se basa en esta calidad empresarial; estos son los innovadores.

Entonces, tenemos que movernos en todas estas direcciones, tanto dentro de cada nación, como también en cooperación entre las naciones. Obviamente, aunque los países y las economías afuera de las Américas son muy importantes, tenemos que alguna manera que inducir, provocar, un cambio en la política de los EU hacia las Américas; una situación como era anterior a 1982, anterior a 1971 y, probablemente, a los niveles anteriores a 1965, también.

Los EU tienen el poder político. Si somos socios de las naciones de las Américas, y si nos ponemos de acuerdo para que un programa como éste funcione; y se nos ha dado la oportunidad de hacerlo en la peor forma, la más terrible forma. Cuando la gente se vuelve gorda y ociosa, puede intervenir una crisis para forzarla a ser nuevamente humana.

Si hay la conducción, si están presentes las ideas, si se hace un esfuerzo para reclutar a la población para apoyar esa política, podemos ser exitosos. Por lo tanto, como en la historia del pasado, como en el caso de los EU de 1929 al 33, la crisis más profunda puede ser el don más grande para acabar con esta podredumbre y regresar a nuestros cabales, y asumir el liderato y conducir a la gente a nuevos éxitos.

Para octubre a más tardar revienta

En el período de discusión, en respuesta a una pregunta de un empresario brasileño, LaRouche dijo lo siguiente, entre otras cosas.

[...]Veamos tres casos diferentes: Argentina, Brasil y los EU. Cada una de estas naciones tiene el mismo problema aunque con características específicas diferentes. Argentina está en la etapa más explosiva. Si las políticas del Fondo Monetario para Argentina se llevan a cabo tal y como se están presentando ahora, si se aceptan, la nación de Argentina se va a desintegrar casi instantáneamente porque esas condiciones del FMI no permiten que Argentina exista como nación. El resultado va a ser caos.

Ahora, tomemos el caso de Brasil. Una persona astuta respecto a Brasil ha pronosticado grandes problemas para el primer trimestre del año 2003. Es decir, el problema de la deuda nacional, la capacidad de pagar la deuda y el problema de la dolarización de esa deuda.

Ahora, los EU están en una condición similar, aunque es diferente. Nosotros estamos por hundirnos. Tenemos una serie de burbujas especulativas internas; por ejemplo, la burbuja de bienes raíces. El sistema financiero de los EU es el fraude financiero más grande del planeta en este momento. Lo único que está sosteniendo a Washington ahorita es un fraude gigantesco. ¿Yo estoy hablando de fraudes tan extremos que harían sonrojar a un criminal! Enron solamente es la punta del témpano. Entre los varios peligros en los EU el peor es la burbuja de bienes raíces, más bien conocida como "la burbuja de las hipotecas".

Si EU no recibe cada mes más o menos tres billones de dólares de fuentes como los japoneses —de la máquina de imprimir dinero de Japón—, y si los japoneses dejan de imprimir ese dinero, el dólar se desploma de una vez.

La condición de Europa es muy parecida. Alemania está en la misma condición. Italia un poco más estable por diferentes razones.

Así que tenemos una situación tal que de aquí al otoño —septiembre, fines de septiembre, principios de octubre—, estaremos entrando a una fase imposible y no se puede calcular lo que va a pasar más allá de esa fase.

Esta es la razón del problema militar. ¿Por qué se está tratando de desatar una guerra en Iraq? No hay buena razón para una guerra en Iraq, y EU tampoco tiene la capacidad de llevar adelante semejante guerra. Ya se perdió la guerra en Afganistán y ahora quieren lanzar una guerra contra Iraq. Desde cualquier criterio militar, lo de Afganistán es una derrota. Fueron por el hijo del diablo y terminaron con el diablo mismo.

Bajo estas condiciones, los desesperados de los EU creen que solamente a través de la guerra podrán controlar la situación política dentro de los EU y en otras naciones también.

Así es que, obviamente, en mi condición, en mi situación yo hago ciertas cosas. Como quizás sepan, no todo mundo en los EU es un idiota, solamente parece que fuera así...

Y por lo tanto, cuando yo hablo fuera de mi país digo cosas que nadie más tiene las agallas de decir. No porque sea un tonto, aunque sí es peligroso. Pero, en cierto sentido, se me eligió para decirlo. Es como a un soldado que le encomiendan una misión, y uno la cumple.

Entonces, el hecho de que yo esté aquí en Brasil; Brasil es la nación clave de toda Sudamérica, en términos estratégicos, es muy importante que yo diga aquí en Brasil lo mismo que estoy diciendo en otras naciones para que la gente en Brasil sepa lo que yo estoy diciendo para que pueda reaccionar a lo que yo digo.

La manera en que ustedes reaccionen a lo que yo digo es muy importante para cierta gente en Washington y en otros lados. Estamos envueltos, participamos en una verdadera conspiración. No el cuadro que a veces presentan, pero una verdadera conspiración. Es decir, discutimos la situación de manera abierta, discutimos las ideas, consideramos las posibilidades de coincidir sobre ciertas ideas, evaluamos los intereses, y tratamos de llegar a un punto de coincidencia en el que estemos todos de acuerdo. Entonces, yo estoy participando en un proceso para tratar de impulsar esto a nivel internacional...

Ningún país puede actuar de manera totalmente independiente en estas cosas, ni aun los EU. Tenemos que hablar sobre qué es lo que vamos a hacer respecto a la situación.

El peligro ahora es que no estamos discutiendo lo que tenemosque hacer. La gente está tratando de discutir qué hacer para queno se desplome el sistema, cómo trabajar dentro del barco que sehunde. En vez de decir: "El barco está hundiendose, vamos abajarnos y montarnos en un barco nuevo".Para mí, ése es el gran peligro. No estamos hablando de lasalternativas de forma adecuada...

Para octubre a más tardar revienta: LaRouche
A continuación, reproducimos el diálogo que sostuvo LaRouche con los participantes en el almuerzo de la Asociación Comercial de São Paulo, Brasil, el 13 de junio.