Reportaje especial
Segundo diálogo de LaRouche con
sindicalistas de
Iberoamérica
La
globalización es igual a
fascismo; ¡urge el Nuevo Bretton
Woods!
Lyndon LaRouche, ex precandidato
presidencial del Partido Demócrata de Estados Unidos, y Agustín
Rodríguez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la
Universidad Autónoma de México (STUNAM), sostuvieron un
diálogo público vía internet con dirigentes sindicales de
Argentina, Chile y Perú el pasado 14 de junio. Anteriormente el ingeniero
Rodríguez y LaRouche convocaron a su Primer Diálogo Internacional,
que se llevó a cabo el 9 de noviembre de 2005, en el que también
participaron sindicalistas de los mismos tres países (ver Resumen
ejecutivo de la 1ª quincena de enero de
2006).
En este intercambio del 14 de junio
que se difundió por los sitios www.larouchepub.com/spanish y larouchepac.com —en los que todavía está
disponible la videograbación— participaron Hugo Moyano, secretario
general de la poderosa Confederación General del Trabajo de la
República Argentina (CGT); Yasmir Fariña Morales, vicepresidenta
de la Federación de Asociaciones de Funcionarios de la Universidad de
Chile; Carlos Gallardo, decano del Colegio de Profesores del Perú;
Salvador Fernández, secretario adjunto de la Asociación del
Personal del Organismo de Previsión Social (APOPS), afiliada a la CGT;
Erik de León, del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM); y Ronald
Moncayo, de la larouchista Junta Internacional de Comités Laborales,
quien fue el moderador de la
ciberconferencia.
El encuentro, que se
tituló “La globalización es igual a fascismo; ¡Urge el
Nuevo Bretton Woods!”, no fue un mero ejercicio académico. STUNAM
está organizando en México una rebelión sindical contra el
Gobierno de Felipe Calderón y su pretensión de privatizar las
pensiones y las prestaciones de salud de los empleados públicos, planes
anticonstitucionales que son un primer paso para quitarles todos sus derechos de
los trabajadores en nombre de la “reforma estructural” y la
“globalización”. En un intento por pescar a los sindicalistas
más débiles, en vísperas del Segundo Diálogo
convocado por Rodríguez y LaRouche, el Gobierno de Calderón le
hizo una “oferta” formal a los dirigentes
laborales.
Aunque 60 personas estuvieron en
la sede de la STUNAM para el encuentro, al mismo tiempo tenían lugar
otras cinco reuniones en el edificio para definir la pelea contra
Calderón.
LaRouche y Rodríguez
iniciaron el diálogo y respondieron a preguntas, como se detalla
más adelante. Los otros participantes hablaron sobre la esencia de la
batalla por restablecer en todos los países sistemas de previsión
social regentados por el Estado, que puedan defender el bienestar general. La
mayoría recalcó lo importante de participar en diálogos a
escala continental como éste, que infunden la esperanza de que la miseria
puede vencerse.
Yasmir Fariña Morales,
desde Santiago de Chile, feli-citó a Rodríguez en nombre de la
FENAFUCH, por la gran lucha iniciada por su sindicato en México, y le dio
las gracias a la organización de LaRouche por organizar el encuentro,
“que nos ha permitido salir al mundo y mostrar una realidad que se esconde
desde los propios políticos”. Dijo que la
“precarización del empleo”, que resulta de la
concentración del poder económico con los fondos de pensiones
privatizados (AFP) impuestos en Chile por la dictadura de Augusto Pinochet,
desgraciadamente aún sigue vigente. “Hemos quedado esclavos de un
sistema sin posibilidades de poder mejorarlo, pues el actual proyecto de reforma
previsional solamente está dando carácter legítimo a un
sistema impuesto bajo un gobierno de la dictadura”. Hay una gran
porción de trabajadores chilenos “que, por sus bajos sueldos, no
van a acceder a una pensión digna al momento de
jubilarse”.
Lyndon LaRouche sostuvo un diálogo continental con importantes dirigentes sindicales iberoamericanos el 14 de junio, entre ellos Agustín Rodríguez, secretario general del STUNAM (izq., arriba), quien participó desde México, y Hugo Moyano, secretario general de la CGT (izq., abajo), desde Argentina. “Nos encontramos en uno de los momentos más emocionantes y peligrosos de la historia moderna. El sistema financiero económico mundial inevitablemente desaparecerá de aquí a poco. La pregunta es: ¿con qué lo vamos a remplazar?” (Fotos: EIRNS; CGT).
Desde Lima, el profesor
Carlos Gallardo informó que los maestros organizados en el SUTEP
realizaban un paro de 24 horas, mientras que los docentes de las universidades
públicas de Perú llevan a cabo una huelga indefinida. “Hay
miles de niños que aún no inician sus procesos educativos; y no es
que no haya dinero, porque estamos, incluso, pagando la deuda externa por
adelantado. Hay dinero, pero no hay voluntad política”, dijo
Gallardo. “Nuestra lucha por desafiliarnos de la AFP nos hace recordar lo
que están diciendo los compañeros mexicanos, argentinos y chilenos
en esta conferencia internacional”, añadió. “Nuestros
problemas son comunes y nuestras alternativas tienen que ser conjuntas, como lo
manifiestan Lyndon, Agustín y
Yasmir”.
Hugo Moyano, el secretario
general de la CGT, quien habló por teléfono desde Mar del Plata,
Argentina, llevó un mensaje de optimismo. En Argentina han logrado que
casi un millón de trabajadores estén recuperando la posibilidad de
recurrir al Estado para su jubilación, dijo. Moyano también
exteriorizó que compartía “totalmente” lo que
había dicho LaRouche sobre los británicos y
Pinochet.
El asunto central que motiva a los
que participaron en el encuentro lo resumió Erik de León, al
responder a una pregunta que llegó desde Alemania, de que si no era
exagerado decir que la globalización es igual a fascismo. De León
dijo que el LYM topa con la misma duda cuando organiza “en las
universidades, en las calles, en las propias discusiones con los sindicalistas o
con los congresistas. Sí tienen esa idea también aquí en
México” de que “fascismo” es un mero calificativo. El
error, dijo, viene de asociar el concepto de fascismo con una persona, Hitler,
digamos. Pero el fascismo es “una estructura de pensamiento que viene de
un respaldo filosófico” específico, que en México
cobra expresión en el gobernante Partido Acción Nacional y sus
líneas hacia Europa. El mismo fenómeno lo vimos con
Napoleón en Francia; es un sistema que tiene raíces
históricas, y que mata a la gente, incluso quitándoles el pan de
la boca.
Rodríguez
añadió que el sistema de la globalización conduce al
“exterminio de la parte más débil, de los sectores
más débiles; y ahí es donde encontramos ese símil
entre lo que es el fascismo y lo que es la
globalización”.
El dirigente
sindical mexicano concluyó con una invitación para realizar un
tercer encuentro internacional.
Moncayo: Muy buenos
días a todos los auditorios que nos están viendo alrededor del
planeta. Estamos el día de hoy reunidos nuevamente para entablar un
segundo diálogo entre el economista y político estadounidense
Lyndon LaRouche y uno de los líderes laborales más importantes de
México, el ingeniero Agustín Rodríguez, que es el
secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional
Autónoma de México (STUNAM). Desde la Ciudad de México,
desde el auditorio de la Casa del Pueblo, que así se ha denominado este
auditorio, les enviamos un saludo a todas las personas en las instituciones que
están en sintonía con
nosotros.
Déjenme anunciar cómo
va a ser el programa de este mediodía. En primer lugar vamos a tener la
participación del señor Lyndon LaRouche. Después de la
participación de él, vamos a tener la intervención de
Agustín Rodríguez, que está por llegar al auditorio en unos
minutos más. Y, posteriormente, tendremos la participación
también de nuestra invitada especial para esta mañana, que es la
doctora Yasmir Fariña, desde la ciudad de Santiago de Chile. Algunos
otros auditorios también estarán presentes, en particular desde la
Confederación General de Trabajadores (CGT) de Argentina, así como
otros líderes argentinos y, probablemente, algunos otros auditorios
adicionales que tenemos en la ciudad de Lima, Perú, y también en
otras partes del continente que iremos anunciando en la medida que transcurra
este evento.
Quiero mencionar que dentro de
México hay otros auditorios también donde se están
concentrando líderes políticos, académicos en algunas
universidades y en algunos centros del propio sindicato de la universidad, para
participar en este debate, en este diálogo que hemos titulado
“Globalismo es igual a fascismo”; y se hace un llamado para crear un
nuevo orden monetario y financiero internacional, tal cual Lyndon LaRouche lo ha
venido planteando.
Estamos muy contentos que
el señor LaRouche viene de un viaje exitosísimo para la humanidad,
al conformar una nueva geometría política mundial. Él viene
de un viaje a Rusia, donde estuvo invitado por la Academia de Ciencias, y
también desde Italia, donde participó en el Senado en una
comisión especial, para dar testimonio de la urgencia de crear este nuevo
orden ante el embate completamente loco del liderato actual de los Estados
Unidos, particularmente de toda esta camarilla de Dick Cheney, George Bush y
todos los sicarios que a nivel internacional trabajan por destruir las
naciones.
Quisiera anunciar también
que participará en este diálogo el representante de Lyndon
LaRouche para Iberoamérica, el economista Dennis Small. Contamos en estos
momentos en el auditorio con la presencia de algunos representantes laborales de
la Universidad Nacional Autónoma de México, así como, por
supuesto, con los re-presentantes y los miembros del Movimiento de Juventudes
Larouchistas (LYM).
Señor LaRouche,
muy buenos días desde la Ciudad de México, y esperamos escucharlo
atentamente. Adelante, por
favor.
[volver] LaRouche:
¡Sí podemos hacerle frente a los problemas!
Lyndon LaRouche: Muchas gracias. Como dijo Ronald, acabo de regresar de un viaje muy importante.
Estuve en Rusia para participar en una discusión muy importante, en
ocasión del cumpleaños de un prestante economista
—cumplía 80 años—, una visita en la que también
sostuve entrevistas de cierta importancia en la televisión y otras partes
en Moscú.[1] Luego
siguió una visita de tres días a Italia, donde presenté
testimonio ante la Comisión de Defensa del Senado de Italia sobre algunos
de estos asuntos, y también sostuve varios intercambios igual de
importantes.[2]
’La única oportunidad real que
tenemos’
Su importancia es ésta:
nos encontramos en uno de los momentos más emocionantes y peligrosos de
la historia moderna. El sistema financiero económico mundial
inevitablemente desaparecerá de aquí a poco. La pregunta es:
¿con qué lo vamos a remplazar? Ésa es la interrogante. El
sistema monetario internacional en su forma actual está en la quiebra sin
remedio; no puede reformarse. Hay que remplazarlo. Lo que hay que hacer, en
esencia, es crear un nuevo sistema monetario, y lo que propongo es lo siguiente:
que si Estados Unidos —y esto no es imposible— le propusiera a
Rusia, a China y a India copatrocinar la formación de un nuevo orden
monetario–financiero internacional, podría
hacerse.
El problema es que la mayoría
de las naciones, tales como las de Europa Central y Occidental, y de otras
partes del mundo, no pueden actuar de manera independiente, tomar la iniciativa.
Sin embargo, si EU y Rusia, que son dos de las naciones más grandes del
mundo desarrollado, o antes desarrollado, se combinan con China e India, que son
las dos naciones asiáticas que representan la porción más
grande de la población mundial, entonces se tiene una combinación
que puede darle protección a las naciones de Sudamérica, por
ejemplo, y de Europa y demás, para que actúen en conjunto.
Ésa es la única oportunidad real que
tenemos.
Henry Kissinger departe con el finado dictador chileno Augusto Pinochet. LaRouche describe cómo este par está implicado en el superescándalo de BAE, que demuestra la ofensiva británica por hacerse del dominio imperial mundial.
No es imposible que pueda inducirse
a EU a hacer eso, aun en las condiciones actuales. Al presente tenemos a Dick
Cheney, por supuesto, en una posición muy vulnerable. Ha ocurrido un
suceso reciente desde que regresé de Europa, que es el llamado
escándalo de la firma BAE, en el que está implicado alguien que
algunos de ustedes conocen: Pinochet, quien ya partió, pero sus reliquias
quedan. Pinochet estaba metido en este escándalo, y él, por
supuesto, era un fascista. Fue patrocinado por ciertas personas de EU y
también de Londres, y en sus últimos años se volvió
prácticamente un agente británico abierto. Pero también
George Shultz en California, que fue uno de los que patrocinó el golpe de
Pinochet junto con Félix Rohatyn, un banquero con proclividades fascistas
que fue el banquero clave en esta operación. Y, por supuesto, Henry
Kissinger funcionó en apoyo a esto en su papel de secretario de
Estado.
Ésta es la naturaleza de la
situación.
Lo que pasa es lo
siguiente: BAE en esencia representa una institución imperial
británica que ha cobrado más y más poder en distintas
partes del mundo, y ha tratado de obtener un creciente control sobre EU mismo.
Lo que ha pasado ahora es que al príncipe Bandar de Arabia Saudita, que
ha sido por mucho tiempo un agente de estos círculos, se le ha
desenmascarado como parte de esta operación. Tenemos ahora una crisis en
marcha de implicaciones incalculables a escala planetaria. Ésta no es una
crisis de finanzas, no es un escándalo financiero como tal, no es un
escándalo en el sentido ordinario. Es una crisis para ver quién va
a dominar el mundo. ¿Será un grupo de naciones? ¿O será
el nuevo Imperio Británico que emerge, o que reemerge, porque nunca
desapareció, que toma control de EU y establece su dominio mundial
mediante la globalización? Por ejemplo, por medio de BAE, que es una
manera de asumir el control de las capacidades militares del mundo, con una
organización imperial británica, una organización casi
privada, pero imperial de todas maneras. En Sudamérica hemos visto
recientemente acontecimientos interesantes y positivos. En parte por la
iniciativa de lo que ha pasado en Argentina, que fue decisiva en esto, se han
juntado los países de Sudamérica en lo que no es un bloque
consolidado, pero sí una opción muy prometedora, y forma parte de
la solución.
Por tanto, lo que tenemos
que hacer es lo siguiente: el actual sistema monetario–financiero
internacional está en quiebra; no hay manera de que pueda reformarse por
cuenta propia y sobrevivir. Cualquier intento de mantener este sistema significa
una desintegración total en una nueva Era de Tinieblas, parecida a la de
la Europa del siglo 14, con el desplome de algunos de los bancos lombardos de
entonces. Eso fue lo que pasó.
Por
tanto, la solución es establecer un nuevo sistema
monetario–financiero internacional. Eso puede hacerse basándose en
las cláusulas especiales de la Constitución estadounidense.
Recuerden que el sistema estadounidense no es un sistema monetarista. Más
bien es un sistema de crédito fundado en la autoridad constitucional que
tiene el Gobierno de EU para emitir y controlar su propia moneda. En otras
partes del mundo el sistema financiero nacional lo ha controlado en gran medida
el sistema liberal angloholandés, a través de redes de bancos
privados llamados bancos centrales que, de hecho, ordenan y controlan
gobiernos.
Entonces, hay un sistema
financiero económico imperial mundial centrado, en general, en el Imperio
Británico desde febrero de 1763. En contra de esto, el único
sistema de alguna importancia que sobrevive hoy, en tanto alternativa, es el que
dispone las cláusulas constitucionales de EU, que establecen al
dólar como un mecanismo de crédito del Gobierno de EU. Es decir,
en nuestro sistema, cuando funciona, lo que no siempre ha sido el caso,
obviamente, generamos crédito a través de un voto del Congreso,
especialmente de la Cámara de Representantes. El Presidente de EU luego
actúa fundado en la autoridad de esta ley federal para emitir moneda como
crédito de EU mismo.
Ahora bien, la
función principal de este crédito no es nada más imprimir
dinero; es crear fondos de capital para inversiones de capital a largo plazo, en
especial en el sector público, pero con efectos secundarios para el
sector privado. En el sector público, sobre todo en grandes obras de
infraestructura para los estados y para el Gobierno federal. Este crédito
en general se emite por un período de 25 a 50 años en la
economía moderna.
Tenemos un sistema
monetario–financiero internacional que no funciona. Pero, si
EU afirma su Constitución y hace acuerdos con las tres otras naciones
patrocinadoras principales, y con otras naciones, entonces podemos crear de
inmediato un nuevo sistema monetario internacional, y someter al actual a
una reorganización por bancarrota para mantener la continuidad de las
funciones esenciales, y poner en marcha un programa de crecimiento
económico neto y de desarrollo. El meollo de esto a largo plazo
serían las inversiones en infra-estructura económica básica
y en el desarrollo de las economías de diferentes partes del mundo. Un
conjunto de tratados de cooperación de 25 a 50 años para la
formación de capital, para que el mundo crezca, como era la
intención de Franklin Delano Roosevelt, de haber vivido al terminar la
guerra.
MAPA 1
El Puente Terrestre Mundial
Fuente: EIR.
Una pugna entre dos
sistemas
Ésa es nuestra opción.
Si hacemos eso, podemos salir del lío en el que nos encontramos. Si no llevamos a cabo una reforma semejante, no hay esperanza para la
civilización y el caos será inevitable. Ninguna parte del mundo
podrá resistir los efectos de reacción en cadena de un desplome de
la economía estadounidense ahora. El desplome del dólar
significaría un desplome de todos los dólares y de los reclamos
respecto al dólar en todas partes del mundo. China se iría a la
quiebra; India también;
Europa
quebraría. Así que, al presente, no hay manera de que EU se
desplome y el resto del mundo sobreviva. No hay manera. Por tanto, tenemos que
reformar a EU de forma congruente con su propia Constitución, ofreciendo
cooperar con otros países, y en especial con los principales, para
establecer un nuevo sistema mundial, una nueva versión del viejo sistema
de Bretton Woods, que permita programas de recuperación de 25 a 50
años de inversión a largo plazo en el mundo
entero.
Por ejemplo, tenemos el caso de
Sudamérica, donde ahora ha surgido este Banco del Sur, un suceso muy
positivo. Un banco como éste, de operar con la protección y el
apoyo de una reforma internacional tal, podría generar su propia
inversión de crédito a largo plazo a lo interno de
Sudamérica, para proyectos que, obviamente, son necesarios. Tenemos una
situación frágil en Sudamérica, algunos acuerdos muy
buenos, pero también muchos problemas. Y, por tanto, tenemos que resolver
esos problemas encontrando una solución positiva común que una a
la gente en torno a las opciones para el bien, es decir, los beneficios, en vez
de pelearse unos con otros por las discrepancias. Y esto es
posible. Ésta es la situación
que enfrentamos hoy.
En cuanto a EU, la
crisis de BAE, el escándalo que entraña a la industria
armamentista o el monopolio armamentista de Gran Bretaña, no es, como ya
dije, simplemente una crisis monetaria o un escándalo. Es una contienda
entre dos sistemas: la raza humana y el Imperio Británico. Lo que tenemos
aquí es una institución de la monarquía británica,
BAE, que está usándose para dominar los asuntos militares del
mundo como un monopolio de poderío militar. Esto ocurre cuando de EU y
Gran Bretaña emerge una política vinculada con el nombre de Dick
Cheney, el vicepresidente, desde que era secretario de Defensa, y ahora
vicepresidente y casi presidente en funciones de EU. Esta política,
respaldada por el conocido George Shultz, recordado por su apoyo a Pinochet, se
llama una “revolución en los asuntos militares”. El objetivo
es establecer un imperio mundial de poderío militar. Dicho imperio
estaría fundado en eliminar las fuerzas terrestres regulares de las
naciones, es decir, los ejércitos nacionales, y remplazarlos con
ejércitos privados. Pero a la vez, en controlar el planeta poniendo armas
en el espacio que pueden lanzar proyectiles desde allí sobre cualquier
lugar del planeta que no cuente con la aprobación de las autoridades
imperantes, y usar el poderío naval de forma menguante para lo
mismo.
Vemos la amenaza de un imperio
mundial, de un nuevo Imperio Británico, de hecho, y lo que ha pasado con
esta crisis de BAE es que ciertas fuerzas en Europa, incluso en el Reino Unido y
EU, están en un estado de revuelta contra esta amenaza de imperio
mundial. Ésta se expresa en parte en la resistencia que viene de
militares prestantes de EU y otras partes, en contra de lo que sucede en el
Sudoeste de Asia hoy día, y se expresa de otras maneras, y también
en este escándalo de BAE.
El que se
destapara este escándalo, de que se identificara al príncipe
Bandar de Arabia Saudita como una figura clave en este fraude internacional, ha
puesto todo el asunto al descubierto. Si cae Bandar, todo el sistema
tendería a caer. Y hay mucha gente en EU, y alguna en el Reino Unido y
también en Europa, que vería esto con buenos
ojos.
El tren de levitación magnética (maglev) que corre de Shangái a su aeropuerto es el único que funciona comercialmente en el mundo hasta ahora, pero los trenes maglev o de alta velocidad interconectarán un futuro sistema de cooperación entre Estados nacionales soberanos. (Foto: Transrapid).
Así que nos encontramos en una
situación en la que el viejo sistema se ha venido abajo, un sistema
podrido que ha existido en esta forma desde 1971, desde mediados de 1971. Este
sistema ya cayó. No hay ninguna posibilidad de que el presente sistema
monetario–financiero mundial pueda seguir sobreviviendo en su forma
actual. La fecha de su defunción es incierta, pero la inevitabilidad de
su muerte temprana es absolutamente segura. Por tanto, tenemos que escoger un
nuevo sistema. Esto es así para la gente de Londres y otras partes que
está detrás de lo que representa el escándalo de BAE, de
los que buscan un imperio mundial. La globalización es una nueva forma de
imperio mundial.
Nosotros, por otra parte,
tenemos una opción. Si EU de-sempeña el papel para el que se le
creó como república federal, y se alía con otras naciones
del mundo para establecer una coalición de naciones cuya tradición
es europea, cuya tradición en otros casos es eurasiática; es
decir, naciones como Rusia, una nación eurasiática, no una
nación europea; tiene raíces europeas, pero también
asiáticas en su cultura. Tenemos también las grandes culturas de
Asia que representan China, India y otras grandes naciones asiáticas. El
objetivo de este planeta debió ser, desde hace tiempo, encontrar la
manera de juntar estos tres sectores del mundo en alguna forma de
cooperación. La cultura europea que representa, en su mejor sentido, lo
que EU logró al liberarse de la tradición oligárquica.
Rusia ejemplifica al grupo de naciones eurasiáticas que representa tanto
la cultura asiática como la europea; y están las naciones
asiáticas como China e India.
Los retos del
futuro
Si podemos juntar a estas grandes
culturas en un programa de recuperación económica para el planeta,
ocurrirá lo siguiente. Tenemos un proyecto en ciernes, al que Rusia acaba
de darle un impulso, y que yo he venido respaldando por mucho tiempo, que es
construir un túnel, un túnel ferroviario desde Siberia hasta
Alaska. Esto crearía un cambio planetario en las relaciones humanas del
orbe. Significaría que tendríamos ferrocarriles de alta velocidad
o sistemas de transporte de levitación magnética, que
llegarían de Europa, no sólo a Alaska, sino que bajarían
por todas las Américas. Hemos tenido esta intención por mucho
tiempo: tener un sistema ferroviario integral que conecte el norte de
Norteamérica con el extremo austral de Sudamérica. Del mismo modo,
pasando por el Sudoeste de Asia y a través de Europa hasta África,
podríamos, en el futuro inmediato —no necesariamente en mi vida,
pero después—, unir las partes principales de este planeta en
nuevas formas de cooperación económica, como Estados nacionales
soberanos vinculados por transporte ferroviario de alta velocidad o de
levitación magnética. Habríamos cambiado al mundo, de uno
dominado por la fuerza marítima, a uno dominado por el desarrollo de
regiones terrestres o regiones terrestres
pobladas.
Este gran cambio está ante
nosotros. Existen nuevas tecnologías, nuevas tecnologías
fundamentales como la energía de fisión nuclear, con las que
podemos encarar el problema del agua, la carestía de agua dulce en el
mundo. Yo estoy a favor de la energía en general. Tenemos las nuevas
tecnologías de la fusión termonuclear, que son significativas
porque suministran nuevos tipos de isótopos, que pueden manufacturarse en
gran medida para suplir varias necesidades, y también como fuente
energética. Tenemos las grandes obras, los grandes proyectos de
transporte y otros para reconstruir el planeta en su totalidad, mediante un
sistema de cooperación entre Estados nacionales soberanos, en gran medida
vinculados por ferrocarriles internacionales de alta velocidad o de
levitación magnética, para tomar todas las partes del mundo
—las partes más remotas del mundo y las más desesperadas de
África— y unirlas en un sistema internacional común de
Estados nacionales soberanos.
Y ése es
el momento en el que vivimos hoy. Por tanto, por una parte me encuentro
optimista en cuanto a lo que se puede hacer, lo que se tiene que hacer. Temo lo
que pueda pasarle a la humanidad si no lo hacemos. Lo que tenemos en
Sudamérica, en particular, en el intento de lograr alguna
cooperación entre los Estados del continente sudamericano, es en extremo
importante, porque establece un modelo para naciones que tienen problemas
especiales de distintas clases. Los problemas de Bolivia no son los mismos que
los de Brasil, aunque están relacionados. Los problemas de Colombia, de
Argentina, todos tienen economías distintas, con intereses al parecer en
conflicto. ¡Pero tienen un interés común que se sobrepone!
Por tanto, tenemos que tomar a las naciones que tienen intereses en conflicto y
juntarlas en torno a la idea de un propósito común, de una meta
común para toda la humanidad. Y esta operación del Banco del Sur
que ha surgido en Sudamérica es clave. Las naciones de Sudamérica
sí tienen el derecho, el derecho implícito, de establecer su
propio sistema crediticio, su propio arreglo bancario internacional entre
Estados nacionales soberanos, para crear crédito a gran escala y regular
las relaciones de las unas con las otras, sobre la base de la idea del principio
del tratado de Westfalia. Es decir, que cada nación tome en cuenta el
bienestar de las otras como su preocupación central. Y si todas las
naciones lo ven de este modo, no tendremos un problema de cooperación con
el principio de Westfalia.
Así que, ha
llegado el momento en el que tenemos la peor crisis de la historia moderna; una
crisis que probablemente sea peor que los problemas del oscurantismo en Europa.
Estamos llegando al límite. Tenemos un sistema financiero que no se puede
salvar. No podemos funcionar con el actual sistema financiero mundial; ¡no
podemos! Tenemos una crisis en la que el sistema amenaza con desplomarse de
varias maneras. Tenemos la crisis de BAE, que es ejemplo de ello. Por otra
parte, tenemos la posibilidad, fundada en la experiencia y los deseos de gente
de conciencia en muchas naciones, de juntar a las naciones en torno a un nuevo
sistema monetario internacional más o menos congruente con la
intención de Franklin Roosevelt, al terminar la Segunda Guerra Mundial,
de construir un nuevo sistema monetario internacional fundado en un sistema de
crédito, en vez de uno monetario o monetarista
depredador.
Tenemos tecnologías y
proyectos específicos que, o ya existen, o pueden perfeccionarse. Podemos
unir a todo el planeta basándonos en el mismo principio que celebra el
tratado de Westfalia de 1648. Es hora de regresar a
eso.
Ése es mi mensaje por el
momento.
[volver] Agustín
Rodríguez: Alto a la privatización del Seguro Social en
México
Moncayo: Tenemos el
gusto y el honor de presentar a Agustín Rodríguez, para que nos
hable sobre cuál es la problemática de esta situación
globalista en México. En particular, hace poco se aprobó en
México una ley de privatización de la seguridad social para los
trabajadores que sirven al Estado [ISSSTE], y esta ley ha violado absolutamente
cualquier tipo de dignidad de los trabajadores. El ingeniero Agustín
Rodríguez, como líder de la Universidad Nacional Autónoma
de México, pero también como componente del comité
ejecutivo de la Unión Nacional de Trabajadores de México, ha
venido desarrollando una serie de actividades para denunciar las violaciones y
el carácter, el rasgo verdaderamente antidemocrático, fascistoide,
de este tipo de reforma, que se viene imponiendo en México y en todo el
continente.
Ingeniero Agustín Rodríguez, secretario general del Sindicato de
Trabajadores de la Universidad Autónoma de México. (Foto: EIRNS).
Agustín
Rodríguez: Muchas gracias. Muy buenas
tardes. Me incorporo con un poco de retraso a la conferencia y ofrezco una
disculpa. Pero hoy era un día importante, porque precisamente por los
reclamos que hemos venido desarrollando como Unión Nacional de
Trabajadores, y en lo particular como el Sindicato de Trabajadores de la UNAM,
sobre esta nueva ley que se ha impuesto recientemente a los trabajadores al
servicio del Estado, y que cambia totalmente el contexto social y
económico de los trabajadores, principalmente en el enfoque de la
seguridad social en México.
Hoy nos
entregaron una respuesta de la Secretaría del Trabajo, de un documento
que entregamos hace 8 días al secretario del Trabajo Javier Lozano, en
donde expusimos y sustentamos las violaciones a la Constitución
política de la República Mexicana que lleva implícita la
nueva ley aprobada el pasado 30 de marzo. Y hoy nos entregaron la respuesta. De
hecho, vamos apenas a analizarla desde el punto de vista jurídico y vamos
a continuar con los trabajos.
Y aquí
es muy oportuno atender el tema de la globalización. Si la
globalización económica fuera buena para todos los seres humanos,
tendríamos un beneficio generalizado mundialmente. Sin embargo, algo
tiene la globalización económica, que lo único que ha
propiciado, no solamente en México, sino en prácticamente todos
los países del mundo, ha propiciado el empobrecimiento de los ciudadanos,
el empobrecimiento y la reducción de los ingresos de todos los
trabajadores. Y esto es algo que deberá analizarse en las próximas
conferencias y acciones que deberán desarrollarse, porque no es solamente
el hecho de mantener una postura contraria a la economía de mercado, sino
que es el hecho de oponerse a una postura que ha venido generando el
empobrecimiento de millones de mexicanos.
La crisis económica en
México
Rodríguez explica cómo el TLC y la globalización han destruido el nivel de vida en México, como lo muestra este “barrio” de trabajadores de maquiladoras en la frontera con EU.
Si revisamos en el caso nuestro
en México, hace dos sexenios teníamos 18 millones de mexicanos en
la fase permanente del empobrecimiento. Hoy estamos en 50 millones de mexicanos,
de los cuales 20 millones están en la pobreza extrema. Todavía en
este momento en nuestro país hay muchos lugares en donde la
educación no puede llegar de manera expedita, adecuada, de calidad hacia
todos los habitantes, aun teniendo un precepto constitucional de carácter
social de mucho impacto que establece la educación obligatoria por el
Estado para todos los mexicanos; y no la tenemos. Producto de esa
economía tan generadora de desigualdad social, encontramos a los alumnos,
que no tienen ni siquiera un lugar en donde poder tomar con la mejor
condición la educación básica. Y eso es algo que se viene
dando.
También tenemos el otro impacto
en el caso nuestro: la educación pública no tiene el sustento real
que debiera tener por parte del Ejecutivo federal. Todos los años, cada
año hay que luchar para que el presupuesto no disminuya. En el se-xenio
pasado, el presidente anterior, Vicente Fox, logró lo imposible:
logró que el presupuesto federal para la educación disminuyera en un 0,2%, comparado con el sexenio anterior. Y eso nos habla de una
concepción.
Y entonces pasamos a la
otra parte, que es la de la alimentación, que es la generación de
los productos agropecuarios y los productos que hasta ahora tienen un enorme
déficit de desarrollo a partir de estos acuerdos que se propiciaron en el
Tratado de Libre Comercio con América del Norte, en donde aquí los
beneficiarios no son los mexicanos, no somos los mexicanos. Es la otra parte la
que tiene la gran capacidad económica para subsidiar sus productos del
campo con millones de dólares. Aquí en México se subsidia
con unos cuantos millones de pesos. Y Estados Unidos violenta el Tratado de
Libre Comercio (TLCAN), porque está prohibido que se subsidie al campo.
Y, sin embargo, lo hacen de manera muy cínica, porque eso propicia una
desigualdad en la generación de una comercialización
equitativa.
Y por eso tenemos muchos
productos del campo que llegan de fuera, del extranjero, aquí a
México; y muchos de aquí de México que se tienen que tirar,
porque se pudren al estar almacenados porque nadie los compra, porque son
más caros comparados con los que vienen de fuera. Consecuencia
lógica: los productos del campo mexicano no se desarrollan. Al no tener
una generación de alimentos mexicanos y de productos agropecuarios,
encontramos la otra etapa, que es la del alimento de animales comestibles por la
raza humana, alimentados por productos transgénicos que han venido
generando, y están generando, aunque dicen que esto no está
demostrado. . . Pero lo que sí está demostrado es que
se están generando muchas enfermedades que no existían y que ahora
se siguen desarrollando, principalmente en países como México, a
partir de un consumo de alimentos que están desarrollados bajo ese
esquema agrícola de los productos transgénicos.
El costo
social
Y luego entramos a la fase de la
seguridad social, que es la parte que yo inicié y con lo que
concluiré. La seguridad social en México tiene un esquema que, su
nombre lo dice: es de carácter social. Ahora como se ha desarrollado nos
está llevando a la individualización de las cuentas, a la
generación de la subrogación de los servicios médicos
asistenciales. Y esto siempre lleva a un camino, al camino de la economía
del mercado, de la ley de la oferta y la demanda, para el caso de los servicios
médicos asistenciales y el caso de los fondos de pensión de
jubilación. Nosotros estamos convencidos de que la lucha que estamos
promoviendo en la organización sindical, junto con otras, no es una lucha
de hoy que terminará mañana. Es una lucha de largo alcance, de
largo plazo, que no solamente está inscrita en la fase de la lucha contra
la nueva ley impuesta en el ISSSTE, sino en la fase de una lucha en contra de
esto que se ha identificado como reformas
estructurales.
Esas reformas estructurales
son lo que se quiere propiciar o abrir en México para generar
todavía una mayor explotación y un mayor enriquecimiento de los
dueños del capital. Está en puerta una reforma hacendaria, y viene
todavía en su proceso de discusión: la reforma a la Ley Federal
del Trabajo.
En la reforma a la Ley Federal
del Trabajo hay un artículo que es el que le interesa al sector
empresarial. El Artículo número 35, que establece las formas de
contratación de los empresarios hacia los trabajadores. Y esa forma de
contratación es la del contrato temporal, la del contrato por
aprendizaje. Esa forma de contratación propició en los años
1960–1970 una enorme explotación de los trabajadores. De tal forma
que, en 1971, se logró reformar ese artículo y cancelar esa forma
de explotación y de contratación para los trabajadores en
México.
Ahora mismo ese tema es el que
se quiere reabrir. ¿Para qué? Para generar flexibilización en
la contratación, lo que cancelará la seguridad social total y
absoluta, prestaciones económicas y sociales, contratos colectivos,
sindicatos. Porque con la contratación temporal de tres meses, de cuatro
meses, y con una gran oferta de mano de obra, evidentemente que hoy
contratarán a un trabajador, y dentro de tres años a lo mejor lo
vuelven a contratar. Y esto cancela todo tipo de seguridad social y de defensa
del interés de los trabajadores.
Dimos
un buen debate en la Legislatura pasada y logramos sensibilizar a la parte
obrera que estaba en la Cámara representada en la Comisión de
Trabajo, y logramos que eso no se tocara. Pero ése es el punto nodal de
la reforma, porque eso permite generar la flexibilización de todo tipo de
contratación. Y peor aun, el de la contratación por aprendizaje,
que se convierte en meritorio, que se convierte en que, “bueno, sí,
aquí vengo a aprender, aunque no me paguen o me den algo”.
Finalmente es algo que ha propiciado la explotación de los trabajadores,
y nosotros estamos en contra de eso.
Hemos
dicho y estamos convencidos de que las reformas estructurales que se vienen
promoviendo para que los trabajadores mexicanos y la propia sociedad mexicana
acepte como una condición para poder abrir el desarrollo del país,
es una falacia. Eso es totalmente contrario al interés del desarrollo de
los propios mexicanos, porque está demostrado que donde se han aplicado
esquemas de ese tipo, no han avanzado, no se han desarrollado y no han generado
una disminución en la brecha de la injusticia social que viene
propiciando este modelo económico
neoliberal.
Y ahí es donde nosotros
queremos que se revisen todos esos aspectos que nos han llevado a ese camino, un
camino de desequilibrio, de falta de equidad, de falta de condiciones, de falta
de desarrollo.
Yo estoy convencido de que la
única fórmula para poder desarrollarse en un país, y que no
es algo que yo inventé, sino que es algo que los países en
vías de desarrollo siempre se cuidan, siempre en todo momento tienen la
precaución para poder mantener un paso hacia adelante en el desarrollo,
es el cuidado de su mercado interno. Si se cuida el mercado interno, se propicia
el empleo y se cuida la salud, y se cuida la alimentación en un pueblo.
En este caso, nuestro mercado interno está totalmente destrozado,
supeditada toda nuestra economía en un 70% hacia el exterior, dependiendo
de lo que pasa en el mercado externo. Que no está contrapuesto, que
sí podemos desarrollarnos en el mercado externo, que sí tenemos
que participar y propiciar todas las exportaciones del
mundo.
Pero aquí tenemos que
desarrollar el mercado interno primero. Y eso es lo que hace Estados Unidos, es
lo que hacen en Francia, es lo que hacen en España, es lo que hacen en
muchos lados. Y ahí es donde está la clave de la diferencia que
tenemos quienes no estamos de acuerdo con esta fórmula tan
pragmática de traernos cosas de allá del exterior, de imponernos
aquí en el país, y decirnos: “Ésta es la generosidad,
la bondad”. Pues sí, pero para unos cuantos.
Pobreza para todos, excepto para unos
cuantos
Y ahí está un ejercicio
muy sencillo: revisen ustedes, pero en nuestro país estamos a punto de
tener el primer billonario a nivel mundial. ¿Qué significa eso?
Pero, y del otro lado, estamos entrando ya a una fase de mucho empobrecimiento
que … Bueno, yo no quisiera que nos comparásemos en los
esquemas de países africanos de la hambruna, pero ya hay muchos lugares
que eso pasa. No tardamos mucho en entrar en un impacto de ese tipo. Si no hay
producción de alimentos en el país, si no hay generación de
empleo, si no hay salarios dignos —y sí hay, pero para otros, que
son los dueños del capital—, entonces, finalmente, aquí hay
algo que no puede entenderse mas que de una manera: sí hay
producción de riqueza, pero unos cuantos la disfrutan. Y ahí es
donde tiene que revisarse este modelo económico neoliberal, para que se
cancele esa generación de pobreza y de empobrecimiento
permanente.
Eso es algo con lo que nosotros
hemos venido trabajando como sindicato. No de ahora; lo advertimos en 1985,
cuando se inició la imposición de este modelo económico
neoliberal y en donde ahí está un diagnóstico de lo que
podía suceder si nosotros no actuábamos a tiempo. 1985,
“época de oro” de un gobierno priista que propició la
imposición de este modelo económico neoliberal y que generó
todo lo que tenemos ahora, y que lo siguen a pie juntillas los dos
últimos gobiernos de otro corte, pero que siguen el mismo programa. Y
ahí decíamos en ese desplegado de plana completa: “El
destino de México se pierde; hay que cambiar el rumbo”.
¿Qué es lo que va a suceder, cuando todo lo que allí
está escrito es lo que está pasando en nuestro
país?
Nosotros hicimos un
diagnóstico desde aquella época. Lamentablemente, en el conjunto
del sindicalismo de nuestro país no hemos encontrado todavía esa
sensibilidad para construir ese gran frente con tres o cuatro grandes objetivos
que, como gran masa sindical, podemos hacer. Estoy plenamente convencido de que
los únicos que le pueden cambiar el rumbo económico y social a
este país somos los trabajadores organizados, los generadores de la
riqueza, los que propiciamos que todo lo que existe en este país se
mueva, y en el mundo. Y es el trabajador del campo, el trabajador de la
fábrica, el trabajador de las universidades, el trabajador de las
escuelas, el trabajador de los hospitales, el trabajador de todos lados. Somos
los que podemos hacerlo.
Lamentablemente, en
nuestro país todavía prevalecen las posturas cómodas del
sindicalismo, en donde a cambio de tres o cuatro parcelitas de reparto de poder
político, se mediatiza. Y eso es lo que vivimos. No hemos podido
construir un gran movimiento en la izquierda. Ahí tenemos cuatro
vertientes o tres. En el movimiento sindical corporativo encabezado por la CTM
[Confederación de Trabajadores de México] igual; tampoco hemos
podido conjuntar esos esfuerzos.
Pero no es
tarde. Yo creo que finalmente a todos nos está llegando el reclamo de los
trabajadores, de que tenemos que ponernos las pilas. Ya no es posible continuar
en un esquema de facilidad, de comodidad, sino que es un esquema de lucha de
corto, mediano y largo plazo. Y allí estamos nosotros, como sindicato de
trabajadores en la Unión Nacional [de Trabajadores]; no nos
cansamos.
Esta nueva ley que se ha impuesto
será hoy, será mañana, será en algún momento,
pero la vamos a abrogar. Ya luchamos nosotros en los años 1970–1980
por la conquista de derechos plenos y, con un Congreso 90% priista, logramos la
transformación del Artículo 3 constitucional, en su
fracción siete; sí modificamos la Constitución. Ésta
es una ley secundaria. Yo creo que sí podemos lograr su
cancelación, para que se respeten los derechos constitucionales de los
trabajadores, que están siendo violentados por esta nueva
ley.
Si hay algún comentario, estoy a
sus órdenes. Gracias, y con todo gusto platicamos.
Moncayo: Muchas
gracias ingeniero Rodríguez. Después de la participación de
Lyndon LaRouche y la suya, nos queda claro de que el mundo necesita un nuevo
orden monetario y financiero internacional con un contenido programático,
tal y como el señor LaRouche lo ha propuesto también esta
mañana.
[volver] Intercambio
con LaRouche y Agustín Rodríguez
Moncayo: Yo
quisiera que diéramos paso a una sesión de preguntas y respuestas,
tanto de nuestros auditorios internacionales, como también aquí el
auditorio local, que vemos que siguen llegando varios representantes
laborales.
Se encuentra aquí junto con
el ingeniero Rodríguez, un dirigente más de la Universidad
Nacional Autónoma de México, del lado laboral, el biólogo
Agustín Castillo. Y también está Erik de León,
representante del Movimiento de Juventudes Larouchistas en
México.
El Banco del
Sur
Quisiera dar paso a una primera pregunta,
que nos viene de Bolivia:
“Como todos
ustedes saben, ha habido o está en proceso la creación del Banco
del Sur en América Latina. ¿Cuáles deberían ser los
principales obstáculos que deberíamos vencer como países
sudamericanos?”
LaRouche: El Banco del Sur es una verdadera victoria, pero limitada. Es un paso esencial,
porque cambia el carácter de las relaciones entre las naciones de
Sudamérica. No es perfecta todavía, pero es un primer paso, un
paso muy importante en esa
dirección.
Ver ampliación
El finado presidente mexicano José López Portillo enarbola la bandera nacional en 1982, al proclamar la soberanía de la república y la
nacionalización de la banca. A pesar de lo que habían prometido, Los Gobiernos de Brasil y Argentina no lo apoyaron, “y México pasó
apuros a consecuencia de ello”. Él y LaRouche siguieron siendo amigos hasta la muerte de López Portillo en 2004. (Foto: Gobierno de México).
Permítanme
remontarme un poco a esto: allá en 1982, cuando estuve al lado de un gran
amigo mío, el Presidente de México José López
Portillo, y en ese momento los Gobiernos de Brasil y Argentina nos habían
asegurado que apoyarían a López Portillo en esta tentativa [de
enfrentar a los financieros internacionales], ellos, bajo una gran
presión, capitularon, y México pasó apuros a consecuencia
de ello a fines de ese año. Pero el precedente fue grandioso.
López Portillo es un
héroe. Eso se ha olvidado en medio del ajetreo, pero él se
irguió con valor. Uno debe ver su discurso en las Naciones Unidas de
octubre de ese año, que aún está disponible (ver la
sección “En memoria de José López Portillo” en
www.larouchepub.com/spanish), y verá la declaración de un patriota
de su país, que lo defiende de la rapacidad que en ese momento
venía del Reino Unido y de Estados Unidos, en
particular.
De modo que esto representa una línea de
resistencia contra la condición de
las naciones de América Central y del Sur como presas de la deuda. El
hecho mismo de que se haya dado pie a esta institución, en realidad con
una intervención que empezó desde Argentina con el apoyo de otros
países —Brasil, Venezuela y demás—, y otros
acontecimientos, son cosas buenas. Pero no responden a la pregunta que plantean.
Unen a un grupo de naciones que ahora está en un proceso de
deliberación para tratar de entender el principio westfaliano:
¿Podemos nosotros en otras partes de Sudamérica entender los
problemas de Bolivia? ¿Podemos entender los problemas de otras partes de
Sudamérica en Perú? ¿Podemos entender la crisis que enfrenta
Ecuador por la historia reciente? ¿Podemos entender estas cosas?
¿Podemos hacer de la preocupación por el prójimo nuestra
preocupación primordial? Sabiendo que todos estamos de acuerdo en eso, podemos establecer un
sistema.
Así que necesitamos una
institución bancaria, una institución central de crédito,
respaldada por las disposiciones constitucionales que establezca cada
nación, para crear una institución común cuyo lema muy bien
debiera ser la famosa máxima westfaliana de “la ventaja del
prójimo”, de que cada uno de nosotros coopere para ventaja del
prójimo.
Ahora bien, esto exige un
orden internacional, como dijo Agustín. Nosotros en EU tenemos un
entendimiento especial —o al menos alguno de nosotros— de los
problemas de México. Yo tengo cierta empatía con México en
muchos sentidos. Pero lo que le estamos haciendo a la población
mexicana. . . la llevamos a la desesperación, la llevamos a
que cruce nuestra frontera, la usamos como mano de obra barata; nosotros
destruimos a México en ese proceso. Entonces culpamos a México de
atacar a EU al enviar su mano de obra barata a trabajar para nuestras empresas
aquí. ¡Eso está mal!
En el
pasado, la seguridad de EU con frecuencia dependía de la seguridad de
México. Tomemos el caso de la Guerra Civil: los británicos, con el
apoyo de Francia en ese tiempo, de Napoleón Bonaparte, derrocaron al
Gobierno de México. ¡Esto fue un ataque contra EU! Cuando EU
ganó la Guerra Civil contra la marioneta británica llamada
Confederación, actuamos, y México recuperó su
soberanía.
Siempre hemos entendido,
desde el secretario de Estado John Quincy Adams, antes de que fuera presidente,
que la defensa de la soberanía de nuestros vecinos es una parte esencial
de nuestra seguridad. Y esto se aplica al Hemisferio: las condiciones de vida
que se le han impuesto a México hoy son una amenaza para EU; son una
amenaza para México. ¡Y tenemos intentonas parecidas a las que se
opone resistencia en Sudamérica! Así que, resistir esta clase de
métodos represivos, en realidad colonialistas, es una parte esencial de
la defensa de cada país en el interés del
otro.
Si entendemos esto, y si entendemos
que, como naciones, éste es el caso, podemos resolver el problema. La
otra cosa es una cuestión de soberanía nacional. Si no tienes
soberanía nacional, no tienes ciudadanos. Eres sólo un campesino,
sin protección del terrateniente. Porque cada uno de nosotros, a veces
tenemos el mismo idioma, con una jerga ligeramente diferente, pero tenemos una
historia diferente, y entre nuestra gente ordinaria hay una historia diferente.
Por tanto, para gobernar de manera soberana, en cada caso tenemos que poder unir
a nuestro pueblo en alguna suerte de relación funcional en la que puedan
actuar con una voluntad soberana
unida. Entonces, tenemos que unir a las
naciones, cada una de las cuales tiene su voluntad soberana, como la define en
parte su historia cultural y su historia específica, para que entiendan
cuál es su interés común en tanto grupo de
naciones.
Y, para mí, nos estamos
aproximándonos a un entendimiento de esa clase. Pueda que no esté
resuelto, pero nos aproximamos en una deliberación en torno al Banco del
Sur, que creo es de suma importancia.
Y esto
está conectado: si entendemos que el éxito del Banco del Sur en
Sudamérica, en términos de su intención, es esencial para
Centroamérica, para México y para EU, y si nos percatamos de que
sólo podemos concretar eso con el esta-blecimiento de un nuevo sistema
monetario internacional, que incluya al Banco del Sur como una de sus
instituciones clave, entonces vamos camino a la
victoria.
Creo que el Banco del Sur no debe
exagerarse, en el sentido de no darle demasiada responsabilidad por lo que se
tiene que hacer. Pero es una institución indispensable en este momento, y
tiene que defenderse y promoverse como una institución indispensable, con
la intención de que ha de convertirse en parte integral de todo un nuevo
sistema monetario mundial, en el que represente su parte del mundo y sea parte
del interés por el bienestar del prójimo.
Moncayo: Muchas
gracias, señor LaRouche.
Aquí
en México, desde 1994, con el régimen de Salinas a principios de
ese año, se le dio una supuesta autonomía al Banco de
México, quitándole la dependencia total del Ejecutivo. Y de
ahí para acá el colapso del mercado interno se ha visto más
agravado por la falta de crédito interno y de dirección a la
producción. El Banco del Sur constituye, como LaRouche lo está
planteando, un pilar fundamental para establecer los primeros pasos en la
dirección de un nuevo crédito hacia la
producción.
Quisiera invitar al
ingeniero Agustín Rodríguez si quiere hacer algún
comentario respecto a esta pregunta que viene de Bolivia y que es de Erlan
Ibáñez de la Paz, respecto a estos bancos, ingeniero
Rodríguez.
Rodríguez: Bueno, yo creo que sí es importante que pudiera haber una
institución alterna a lo que conocemos como el Banco Mundial o el Banco
Interamericano de Desarrollo, que es lo que ha propiciado mucho del
empobrecimiento a partir de los créditos que se dan, que generan
impuestos o generan réditos difíciles a veces de
pagar.
Yo no conozco un país
latinoamericano que no esté endeudado. Entonces, yo creo que sí
será importante construir una banca alternativa, con recursos que
pudieran aportar todos los países que estén en una vía de
desarrollo distinto. Sin embargo, ésa solamente es una parte del
problema, el capital, porque la otra parte es la de propiciar y generar una
fórmula de trabajo conjunto entre los países latinoamericanos,
principalmente los que tienen y producen petróleo, y otros que producen
productos agropecuarios. Es decir, se puede armar un mercado común que
pueda bajar el costo de la vida de los países
latinoamericanos.
Esto es algo que se ha
venido comentando. Lo comentó en alguna época Fidel Castro; lo
comentó Hugo Chávez; y ahora el Presidente de Bolivia, Evo
Morales. Y ahí es donde tenemos que estar trabajando. Me parece que
debemos construir un gran frente común de intercambio comercial, porque
no solamente es la banca. Es la otra parte que puede permitir generar un frente
que pueda permitir la renegociación de esa gran deuda que tenemos
prácticamente todos los países latinoamericanos, y propiciar un
desarrollo económico distinto, totalmente distinto al que se tiene
actualmente, que lo único que ha hecho es propiciar las mejores
condiciones para que el capital pueda tener un mejor desarrollo que el conjunto
de la sociedad.
Moncayo: Muchas
gracias, Agustín.
Queremos anunciar
que está aquí en el auditorio el secretario general del Sindicato
de Transporte de Pasajeros de México, Clemente Estrada.
La participación de México en el
desarrollo mundial
Entonces, pasamos a
algunas preguntas del auditorio aquí en la Ciudad de México. Un
miembro del Movimiento de Juventudes Larouchistas va a tomar la
palabra.
Pregunta: Hola, buenos días, soy Carlos Jonás del Movimiento de Juventudes
Larouchistas.
Para México, como para el mundo entero, una recuperación económica implica la
construcción de obras de infraestructura de largo plazo en sistemas energéticos,
hidráulicos, de transporte y sociales, tales como escuelas y hospitales. Planta nuclear
Atucha en Argentina. (Foto: CNEA).
Yo lo que quisiera es que el
señor LaRouche nos diera una perspectiva de cómo México
puede participar de forma más directa en la reconstrucción del
mundo a través de este proyecto de infraestructura que se está
planteando, incluyendo esta cuestión del túnel por el estrecho de
Bering, ya que hay veces que nos cuesta un poco de trabajo hacerle ver a la
población cómo es que México puede participar en esta
reconstrucción económica mundial. Claro, sin dejar de lado todas
las medidas neoliberales que se vienen implementando en los países,
contra las cuales se debe pelear. Pero, ¿cómo, paralelamente, se
puede participar en la creación de estos proyectos que, a mi parecer,
resolverían gran parte de las carencias de la pobreza que existe en los
pueblos hoy en
día?
LaRouche: Bueno, la respuesta, por supuesto, en esencia, como la conozco con respecto a
México, es que lo que pasó desde mediados 1982 fue un proceso de
destrucción deli-berada de México y su pueblo a gran escala. Esto
se aceleró. Ya había empezado entonces, por una gran
presión de EU y del Reino Unido. Yo lo combatí. López
Portillo y yo nos metimos en muchos problemas por combatir estas fuerzas. Pero
la destrucción, la destrucción sistemática, no sólo
del bienestar en términos de ingresos, de la población de
México, sino de la de su capacidad, su productividad, sus oportunidades
de producir, es tal, que vemos un daño permanente, que uno
compararía, por ejemplo, en la historia de EU, con esta situación
ahí tras sólo cuatro años, más o menos, así
con quienes precedieron a Franklin
Roosevelt.
Tuvimos en los 1930 el problema de
una población que había sufrido una gran pérdida de
productividad, de capacitación, de oportunidades en las industrias y
demás. Tuvimos que reconstruir. Franklin Roosevelt reconstruyó. De
hecho, tuvimos una caída de la economía estadounidense de cerca
del 30%, desde el momento del crac de 1929 hasta que Roosevelt tomó
posesión. Estas políticas no se causaron apenas entonces; las
causó un período más prolongado de medidas que abarcaron
todo el lapso de los 1920 en adelante. Hubo ciertas guerras en México y
demás que influyeron en esto, y también en el propio
EU.
Por consiguiente, nosotros en EU, con la
orientación de Roosevelt, que es la orientación constitucional
tradicional americana, reconstruimos al país. Creamos la maquinaria
económica más grande que el mundo jamás haya conocido,
desde lo hondo de la pobreza, en el período que llevó hasta 1945 y
al final de la muerte de Roosevelt. Y Roosevelt pretendía, de haber
vivido, desarrollar al mundo entero en razón de esto, al convertir la
maquinaria bélica que habíamos erigido para derrotar a Hitler, a
fin de usarla para impulsar a los países en vías de desarrollo, y
darle a las naciones que habían sido colonias o semicolonias la libertad
de construir su futuro, para crear una comunidad de Estados nacionales soberanos
sobre este planeta.
Enfrentamos una
situación en la población mexicana que tiene dos elementos, dos
elementos principales al interior de México y al interior de EU. Esta
población corre grave peligro. Por tanto, lo que deberíamos hacer
es tomar un proyecto como anticipar la terminación del túnel por
el estrecho de Bering. No simplemente esperaríamos hasta que el
túnel esté terminado para que empiece a funcionar. Ya
estaríamos construyendo lo que lleva adjunto y que se va ajustar a
él, para construir toda la red de operaciones desde Alaska hasta
Canadá, hacia EU y el sur, hasta Tierra del Fuego. Tenemos que hacerlo
ahora. De modo que, saber que estamos construyendo un sistema internacional
sería razón suficiente para construir cada componente, y no
esperar hasta que uno esté terminado para empezar el
siguiente.
Lo que enfrentaremos, como un
problema en México —suponiendo que México recupere su
soberanía, la soberanía que existía en el papel, al menos
en principio, cuando vino el ataque contra el Gobierno de López Portillo
en 1982—, es que tendremos que reconstruir, en gran medida partiendo de
los proyectos de infraestructura, infraestructura vital de largo plazo. Esto
significaría transporte de alta velocidad, significaría sistemas
hidráulicos, significaría sistemas energéticos. Esto
tendrían que hacerlo en gran medida instituciones públicas, porque
no contamos con las instituciones privadas que podrían hacerlo a esa
escala. Luego se usaría, como hicimos en EU en los 1930, por ejemplo, a
la población pobre de México, a la población
agrícola y rural. Tendrían que contar con una política
proteccionista, para proteger el empleo mexicano y el nivel de vida con medidas
proteccionistas, que impedirían que las empresas inundaran a
México con productos baratos para cerrar sus industrias. Tendrían
que tener las instituciones que restauren el bienestar del pueblo de
México, en especial el de los mexicanos pobres. Tendrían que
reformar la educación. Esta clase de cosas se probó en EU durante
ese período, y continuamos algunas de ellas al terminar la guerra.
Sí generamos un aumento en la productividad per cápita, sí
elevamos el nivel de vida en EU mediante
estas medidas de desarrollo interno, no con
medidas ajenas. Y, por ende, lo mismo se aplicaría
aquí.
Una perspectiva a 50
años
Tenemos que ver las
próximas 5 décadas del mundo como un programa adicional de
desarrollo a 50 años. Tenemos que considerar todos los derechos de
vía de los grandes sistemas de transporte, los sistemas de transporte
terrestre que se necesitan para esto. Tenemos que ver que, a todo a lo largo de
estas rutas, estamos desarrollando las rutas del desarrollo —rutas de
desarrollo proteccionista para la protección de la soberanía
nacional, la protección económica de la soberanía
económica nacional—, y eso fortalece a la población
mexicana, tanto a la que ahora trabaja ahora como virtual mano de obra casi
esclava en EU, como a la subyugada que busca trabajo como esclava al sur de la
frontera mexicana con EU.
Tenemos que cambiar
eso. Tenemos que trabajar en eso en México también, pero hay que
ser pacientes. Tenemos que entender que tenemos gente desesperadamente pobre por
todo el Hemisferio. Debemos comprender el problema de desarrollar una
nación en el transcurso de varias generaciones sucesivas, para abordar la
situación inmediata, encontrarle remedio, mejorar las cosas ahora, y
avanzar, avanzar y avanzar por tres
generaciones.
Como saben, cuando la gente
vino a EU a fines del siglo 19 y principios del 20, llegó de Europa,
llegó en tres generaciones. Aquellos que llegaron como mano de obra
barata de Europa se convirtieron en los científicos, los doctores y
demás de nuestra economía; no todos, pero muchos sí.
Integramos a la población de EU. Entonces, con Roosevelt, nos vimos como
un solo pueblo, sin importar cuándo llegamos a
EU.
Vimos a EU como el lugar donde no
había oligarquías; o tuvimos unas cuantas de Inglaterra, pero no
oligarcas de verdad como en Europa. Y a la gente le alegraba estar en EU, para liberarse de la carga de una
oligarquía de corte europeo, de la clase que aún impera en el
continente de Europa y el Reino Unido hoy. Y
debemos tener esa actitud de formar un ciudadano fuerte, con un sentido de
civismo, con un sentido del futuro por un período de tres o cuatro
generaciones. Tenemos que contar con gente que hoy esté peleando, a
sabiendas de que sus nietos prosperarán y con una visión de su
futuro en lo que aportan para sus nietos, como lo hicimos entonces en EU
allá en los 1920 y 1930. Y, con esa actitud, adoptaremos la perspectiva
de desarrollar al Hemisferio entero como parte de un sistema
mundial.
Moncayo: Muchas
gracias.
Tenemos varias preguntas que vamos a
ir “absorbiendo” en este proceso: hay preguntas de Colombia,
también del Instituto Tecnológico Superior de Cajeme en Sonora,
México. Pero vamos a escuchar enseguida a Yasmir Fariña Morales.
Ella es actualmente la vicepresidenta de la Federación Nacional de
Funcionarios de la Universidad de Chile (-FENAFUCH). Tiene una larguísima
trayectoria como una luchadora social por la defensa de los intereses de los
trabajadores universitarios, y en general de Chile. Como ustedes saben, Chile
fue el primer país donde se aplicaron las políticas de
privatización de la seguridad social. Esto fue posible a sangre y fuego
por parte del régimen de Pinochet. Y desde ese período hasta la
actualidad, podemos tener algunos resultados. Adelante, por
favor.
[volver] Yasmir Fariña: La pelea de
Chile contra la privatización de la seguridad
social
Muchas gracias a la
organización del señor Lyndon LaRouche y felicitaciones al
señor Rodríguez, porque han iniciado una gran lucha. Nosotros
llevamos ya alrededor de diez años en esta universidad luchando y
desenmascarando al sistema privado de
pensiones.
En Chile, el sistema de pensiones
fue cambiado en una época oscura de nuestra historia, a partir del 11 de
septiembre de 1973. Con el golpe militar, se comienza a imponer en Chile un
sistema económico, político y social de globalización y de
neoliberalismo. Chile es el primer “país laboratorio” del
sistema neoliberal a ultranza.
Ver la foto entera
Yasmir Fariña es vicepresidenta de la Federación Nacional de Funcionarios de la Universidad de Chile (FENAFUCH) y una luchadora social contra la privatización de servicios esenciales como los de la seguridad social. (Foto: cortesía de Yasmir Fariña).
Hoy día
vemos cómo la concentración del poder económico a
través del sistema de las AFP [administradoras de fondos de pensiones] ha
ido “precarizando el empleo”; es decir, [con el pretexto de tener]
un trabajo flexible, las personas jóvenes no tienen una proyección
en el ámbito laboral. Se está trabajando y contratando vía
honorarios, bajo proyectos. Las personas que tienen cierta edad son consideradas
caras y poco eficientes. No se les reconocen sus años de
trabajo.
Este modelo que está
impuesto, y que lamentablemente en los cuatro años del gobierno de la Concertación no ha sido posible cambiar, no supera el 50% de la masa laboral que está
imponiendo. Éste es un porcentaje muy importante de trabajadores que, por
sus bajos sueldos, no va a acceder a una pensión digna al momento de
jubilarse. Nos encontramos con que este modelo no permite tampoco que las
personas puedan acceder libremente a cambiarse a un sistema de reparto. Hemos
quedado esclavos de un sistema sin posibilidades de poder mejorarlo, pues el
actual proyecto de reforma previsional solamente está dando
carácter legítimo a un sistema impuesto bajo un gobierno de la
dictadura.
Ha sido tan brutal el sistema
neoliberal impuesto en Chile. Es como si hemos llegado al extremo de privatizar
todo lo básico, como es el sistema de agua potable, de electricidad, de
comunicaciones, la educación. El Estado cada vez se aleja más del
aporte estatal a sus universidades. Hoy día a nuestra universidad el
Estado le aporta solamente el 17%; todo el ingreso debe provenir por
autofinanciamiento. Esto significa proyectos externos. La privación de un
sinnúmero de universidades privadas, en las cuales se ha hecho un
mercantilismo de la educación. La brecha entre los pobres y los que
tienen más altos ingresos es cada vez más brutal. En la
educación pública como tal, hoy día, estos alumnos no
acceden a la educación pública o a las universidades, porque el
sistema es muy malo.
Yasmir Fariña hace un “llamado de atención” a la presidenta chilena Michelle Bachelet (en la foto), “un llamado a que realmente revise este sistema neoliberal”. (Foto: CREDIT TK).
Todo el sistema
también que tiene que ver con la salud fue privatizado. Hoy día
contamos con grandes tecnologías en comunicación, en la salud,
pero a ellas accede un número minoritario, que son los que tienen el
poder económico para pagar. El sistema de salud público es
realmente pobre; está carente de las cosas más básicas que
ustedes se puedan imaginar. . . Es así como empresas externas
tienen a cargo todo lo que es nutrición, todo lo que es el sistema de
enfermería; todo el sistema de auxiliares y guardias pertenece a empresas
privadas.
En el otro aspecto que nos
encontramos, es que este sistema de las AFP permitió abrir un mercado
para un grupo de economistas “progresistas”, en su minuto, que han
vendido a trasnacionales todas estas empresas. Las AFP chilenas ya no son de
empresarios chilenos; pertenecen a oligopolios, a empresas trasnacionales, y
nuestra plata se está invirtiendo en el extranjero, con grandes riesgos
para nosotros. Sobre todo por lo que acaba de decir el señor LaRouche,
corremos grandes riesgos con la inversión de nuestros fondos de
inversión fuera del país. Y más grave aun, cuando nuestra
Presidenta, Michelle Bachelet, ha mandado un proyecto al Parlamento que permite
aumentar el porcentaje a un 43% de inversión extranjera de los fondos de
pensiones.
Todas las pérdidas que se
producen en el sistema privado de pensiones son absorbidas por los trabajadores.
Sin embargo, las empresas de AFP han tenido las más grandes
utilidades.
Hoy día no hay una mirada
de protección a la seguridad social en
Chile.
De hecho, las primeras víctimas
se encuentran en los empleados públicos. A los funcionarios
públicos que estaban en el antiguo sistema los traspasaron a este nuevo
sistema, porque fueron obligados a cambiarse; obligados, porque la jefatura era
puesta por los militares, obligados por la propaganda, obligados para poder
permanecer en su trabajo.
Hoy día se
encuentran que sus pensiones no superan el 30% de su renta en actividad; la tasa
de remplazo es inferior a un 30%. Tenemos casos concretos de arquitectos que,
ganando en actividad un 1.600.000, sus pensiones no superaron los 400.000 pesos.
Para quienes tienen los estratos medios, lo más bajo de la
administración pública, que son los administrativos auxiliares,
obtienen sólo una renta de 500.000 pesos. Las pensiones obtenidas en los
sistemas de AFP no superan los 92.000. Es una vergüenza que nosotros
estemos exportando al mundo un sistema que empobrece a los trabajadores, y
simplemente se sigue concentrando el poder económico en algunos
pocos.
El saqueo a manos de compañías
extranjeras
Lo otro que también es
preocupante, es cómo Chile ha ido abriendo su mercado importando
productos foráneos, y esto ha llevado a la quiebra a grandes empresas.
Las industrias en Chile fueron superpoderosas y daban trabajo a miles de
personas. Hoy día esas empresas están quebradas y no existen. Toda
la empresa textil también desapareció. ¿Cómo se llevan
de Chile en estas exportaciones toda nuestra materia prima? Todos nuestros
bosques están siendo talados, están quedando prácticamente
pelados. ¿Cómo nuestros mares, cómo de nuestra agricultura
sale materia prima y posteriormente llegan a Chile productos terminados y son
comprados? O sea, ¡cómo nos están robando nuestras riquezas
naturales?
Creo que este sistema neoliberal
no está ayudando a la población chilena. Todo lo que se muestra
hacia el exterior no es lo que estamos viviendo nosotros los chilenos. No es lo
que nosotros hemos podido comprobar cuando nos acercamos al sector salud a
través de sus dirigentes, [y vemos] las condiciones paupérrimas en
las que están trabajando los profesionales, los técnicos, los
auxiliares de la salud; cuando vamos a las universidades del Estado, y vemos
cómo los académicos se pensionan con un 30% de su renta en
actividad y pasan a ser pobres, y los funcionarios pasan a ser miserables.
Porque una pensión de 92.000 pesos en Chile realmente es vivir en la
miseria. Y vemos también cómo nuestras industrias nacionales han
ido cerrando. Creemos que ha llegado el minuto en que tenemos que hacer una
denuncia internacional.
Hemos hecho montones
de seminarios, y esto agradezco a la organización del señor
LaRouche que nos ha permitido salir al mundo y mostrar una realidad que se
esconde desde los propios políticos, cómo los gobiernos de la Concertación no han sido capaces de mejorar el sistema, de hacerlo un poco más
humano.
Drogas, criminalidad,
desempleo
Nos vemos hoy día con una
realidad bastante terrible, que es la introducción de la droga. La droga
en Chile en la población más pobre es impresionante; cómo
es que el mercado en aquellas poblaciones ha ido surgiendo de una manera, pero
que ya no tiene nombre, no tiene parangón de lo que nosotros estamos
viviendo. La delincuencia en Chile, por la cantidad de cesantes hoy día,
necesita un número importante de personas en edad laboral que no tienen
trabajo y que al final terminan en la
delincuencia.
Y quisiera también
decirles que nosotros hemos estado en la lucha hace mucho tiempo, denunciando a
este sistema fascista que dejó el Gobierno de Pinochet a través
del Decreto 3500, que nos están robando nuestro futuro, el futuro de
nuestros jóvenes. Y vemos con gran desesperación hoy día
que se tiene una reforma de salud que no apuntó realmente a mejorar la
calidad del servicio de salud, cómo una reforma educacional tampoco
está apuntando a mejorar la calidad de la educación
pública. Y tenemos hoy día colegios que se están tomando
los estudiantes, porque no podemos permitir que se nos siga llevando a la
pobreza en lo que es la educación. Hoy día la Universidad de
Chile, su casa central, se encuentra tomada por la Federación de
Estudiantes, porque la deuda que tienen los estudiantes por el crédito
fiscal, por el alto costo que tiene la educación pública chilena,
ya no es sostenible. Nosotros vemos que otros académicos tienen que dar
clases en las universidades privadas para poder mejorar sus
rentas.
Esto ya llegó al límite
que es insostenible en nuestro país. Tenemos un sistema que privatizaron
de la locomoción colectiva; el Estado civil se niega a asumir un papel
protagónico en los servicios públicos, como es el transporte.
Realmente nos han llevado a un sistema en el que estamos, yo diría, en la
desesperación, lleno de desesperación, cuando nuestros colegas se
pensionan muy mal, cuando las personas no pueden acceder a una salud que puedan
pagar. Hoy día el que no tiene plata, no tiene una buena salud. Hoy
día el que no tiene plata o no se endeuda en la banca, no tiene acceso a
educar a sus hijos.
Creo que realmente Chile
no es lo que se muestra en el extranjero; Chile es un país que ha ido
creciendo enormemente en lo económico, pero la riqueza está
concentrada en un grupo político, en un grupo económico. Y,
lamentablemente, son los que manejan las comunicaciones, son los que
están finan-ciando las campañas de los políticos en Chile.
Y lo digo de los políticos, tanto de nuestra Concertación como también de la derecha. Hoy día la derecha de este país
parece ser más de izquierda que los propios partidos de la Concertación. Cuando salen algunos políticos de la Concertación denunciando estos hechos económicos, cómo nos están robando
nuestra materia prima y se la están llevando con bajas tasas
arancelarias, son considerados como políticos que están contra la
propia Concertación, siendo miembros de ella.
Un llamado de
atención
Creo que hoy día hay
un llamado de atención a nuestra Presidenta, que es socialista, en quien
nosotros pusimos todas las esperanzas como dirigente participante de todos los
partidos de la Concertación, un llamado a que realmente revise este sistema neoliberal, este sistema
económico que no está favoreciendo a la gran mayoría y que
nos va a llevar en un corto plazo a movimientos sociales que no
quisiéramos recordar del pasado. Hemos tenido montones de revueltas de
trabajadores en el sur, donde la gente está haciendo ya crisis y tiene
que tomarse las calles. Hace menos de un mes falleció un trabajador de
una empresa forestal, porque simplemente la empresa se negaba a negociar
adecuadamente con los trabajadores; fue muerto por la fuerza pública. En
un estado de desesperación, este trabajador simplemente se volvió
loco y fue muerto por la policía.
Y
así lo vemos en los pescadores hoy día; tenemos un drama en
cómo las empresas petroleras, cómo los barcos petroleros han
lanzado su petróleo al mar todos los días, con todos sus peces,
con todas las faunas, con todas sus aves, con todos los pescadores que
vivían de ello, que hoy día están de brazos cruzados. Y eso
no sale a la luz del mundo, eso no lo conoce nadie. Hoy día, que han
atrapado todas las comunicaciones de la realidad chilena, creo que ustedes nos
han dado un espacio muy importante y muy
significativo.
Nosotros le hemos dicho a la
presidenta Bachelet: “Permita la salida de 157.000 trabajadores
públicos que están ya para pensionarse en forma digna, entre los
cuales se encuentran ingenieros, abogados, estafetas, barredores, profesores
universitarios de todos los estratos sociales, de todos los estamentos que
trabajan en la administración pública, y que merecen una salida
digna a sus casas”. No con el 30% de su renta en actividad porque han
cotizado 40 años al sistema, 40 años en el sistema antiguo, y
traspasado obligatoriamente [a las AFP] bajo un gobierno de facto que no les
reconoció el valor real de todas sus cotizaciones anteriores y que le
sirvió cotizando solamente poniéndolo como sueldo
base.
Hoy día, [con el viejo sistema,]
podríamos permitir el ingreso de gente joven, preparada y que está
cesante, y que está esperando un puesto de trabajo. Y la gente mayor de
la administración pública se resiste a irse. Y se resiste a irse
con razón; los que tendrán 70 años, como una arquitecta muy
querida mía, que siempre la saco de ejemplo. . . Ella
trabajó 11 años más que los que el sistema impone, que es
[a una edad] de 60 años, y se fue con un 40% de su renta en actividad,
cotizando hasta los 71 años. Creo que hoy día hay que salir a la
luz pública y dar a conocer nuestra realidad. Y nuestros políticos
tienen que ponerse una mano en el corazón y decir: “Bueno,
está bien que los ricos se ganen una buena plata, pero seamos solidarios
también con nuestro
pueblo”.
Ver ampliación
El secretario general de la Confederación General de Trabajadores de Argentina (CGT),
Hugo Moyano (der.), habla con el presidente argentino Néstor Kirchner. “Después de
muchos años de lucha”, dice Moyano, hemos logrado “el reconocimiento por parte del
gobierno, de que este sistema que durante los últimos años imperó en nuestro país era
absolutamente perjudicial para los trabajadores”. (Foto: Archivos de prensa del Gobierno de Mendoza).
Busquemos una
refundación del sistema de la seguridad social en Chile, una
refundación que permita que las empresas nacionales puedan recibir plata
de los trabajadores para crecer; donde todo el talaje de nuestra madera salga de
aquí de Chile, con los muebles hechos, y se venda al extranjero —no
es que nosotros tengamos que comprarle al Japón y a los países
asiáticos los muebles hechos que vienen con nuestra madera—; donde
nosotros podamos tener grandes empresas pesqueras acá, donde se produzca
y salgan de acá hechos enlatados, ya en una producción hecha;
donde podamos dar trabajo real y trabajo digno a nuestros trabajadores, un
trabajo decente donde la gente tenga un concepto del trabajo, donde la gente
tenga seguridad social, donde los depredadores estén obligados por
ley.
Moncayo: Tenemos en
la línea al secretario general de la Confederación General de
Trabajadores de Argentina (CGT), al señor Hugo Moyano. La CGT es la
más importante institución laboral en este país amigo, e
indudablemente que han llevado a cabo una campaña y una serie de acciones
para echar abajo las privatizaciones. Y hay que destacar los grandes avances
hacia el bienestar general de Argentina que está logrando en estos
momentos el Gobierno del presidente Néstor Kirchner.
[volver] Hugo Moyano: El éxito del
movimiento laboral en
Argentina
Moyano: Bueno, encantado. Yo soy el secretario general de la CGT de Argentina, y como
bien lo expresaba usted, nosotros venimos de una campaña muy extensa, a
partir del momento de que se privatiza la jubilación de los trabajadores.
Yo mismo vengo de hace muchos años, porque yo pertenezco al gremio de
camioneros de Argentina. Y desde el comienzo de esta situación creada en
los trabajadores con las jubilaciones privadas, nosotros siempre las hemos
rechazado, porque el tiempo nos demostró que el trabajador fue
perjudicado en forma muy, muy importante. No solamente el trabajador que el
día de mañana se jubila, sino el actual jubilado, porque en poco
vació las cajas de jubilaciones que permitían mantener un salario
en los jubilados con movilidad.
Por eso es
que hoy hemos logrado, después de muchos años de lucha, el
reconocimiento por parte del gobierno de que este sistema, que durante los
últimos años imperó en nuestro país, era
absolutamente perjudicial para los trabajadores. Bueno, y esto trabajó la
modificación de la ley que nosotros
reclamábamos.
Nosotros no
decíamos que no existiera la jubilación privada; nosotros
decíamos que le den la libre opción al trabajador de elegir
dónde quieren que le administren sus ahorros. Si querían que se
los administre el Estado o que se los administre la jubilación privada.
Eso simplemente queríamos nosotros. Y esto, gracias a Dios, se ha
concretado. Esto hizo que durante estos 45 días o algo más que
comenzó a funcionar la ley, se hayan pasado alrededor de 600.000 o
700.000 trabajadores de forma voluntaria e inmediata. También ahora hay
una política de esclarecimiento, para que los trabajadores vean
cuál es el beneficio que le trae: o la jubilación privada o la
jubilación del Estado.
Por eso es que
creo que hemos logrado un objetivo muy, muy importante, que para nosotros es
realmente recuperar la dignidad del hombre de trabajo. Porque yo no sé si
en otros lugares del mundo fue presentado de la forma en que funcionaba en
Argentina.
Acá nosotros
decíamos —aquí un poco como chiste— que el trabajador
se podía divorciar las veces que quisiera, pero no podía cambiar
la jubilación privada. Entonces, nosotros decimos que por lo menos, por
lo menos que tenga la opción, no que lo obliguen, como ocurrió
desgraciadamente con el sistema para nosotros perverso de la jubilación
privada; que tenga la opción de decir: “Yo quiero estar en el
Estado” o “Yo me quiero ir a una jubilación privada”.
Que tenga la libre opción. Y eso es lo que hemos
logrado.
Esto, reitero, sí ha
posibilitado que ya, calculo yo, cerca del millón de trabajadores ya
esté recuperando la posibilidad de volver al Estado para su
jubilación.
Moncayo: Muchísimas gracias por sus comentarios, y nos gustaría
muchísimo que se pudiera quedar para una segunda parte de comentarios
más amplios. En este momento el señor LaRouche se va a despedir de
la audición, pero nosotros vamos a continuar con este diálogo.
Él va a decir algunas pa-labras, y después yo le pediría al
ingeniero Agustín Rodríguez que cerrara esta parte
también.
[volver] Conclusión: ¡No más
concesiones al
mal!
Ver ampliación
Dennis
Small, representante de LaRouche y la revista EIR para Iberoamérica, participa
como orador invitado en una reunión de la Central Campesina Cardenista (CCC) el 12 de
marzo de 2007. (Foto: EIRNS).
LaRouche: El mal del que hemos venido hablando hoy hasta el momento, es un mal que conozco
muy bien de una larga pelea, en particular desde los acontecimientos y cambios
que ocurrieron en 1971, en los que EU tomó la dirección del
fascismo que Londres ordenaba. Y lo que he escuchado hoy, en intercambios sobre
esto y aquello, todo es reflejo de cosas que vi venir y suceder desde hace 30 y
40 años. Y lo interesante es que ahora, hoy, las hablamos, pero como
aquellos de ustedes que han intervenido de verdad saben, ¡han vivido esta
suerte de proceso por décadas! Tuvieron un caso, como el de Pinochet;
¡no se entiende la degradación que Pinochet representó! ¡Ése es un hombre que
prácticamente fue una prostituta de Londres! ¡Y se le presenta como
una especie de héroe militar! ¡Como si fuera una figura respetable!
Suplicaba favores y robaba migajas a través del Banco Riggs, que en
esencia forma parte de lo que está saliendo ahora a la luz con esta
operación de BAE. En esencia, es un lamebotas del Imperio
Británico.
Y ven esto por todas
partes.
Debemos tener un sentido de esto. Es
importante tenerlo, porque la gente tiene que darse cuenta de que lo que ha
permitido que se haga, lo que ha alabado, por lo que ha votado en EU y otros
países, fue este mal. Hoy tuvimos descripciones del sufrimiento, de gente
en México, en Chile, en Argentina, hasta ahora. Pero esto es lo que ha
estado pasando, y empeora. Fue obvio para nosotros al comienzo de este proceso
en 1982, cuando empezó la verdadera oleada de destrucción de
Sudamérica. Todo estaba la vista; lo estaba desde 1971. ¡Era claro!
Pero lo que la gente ve ahora es algo que viene ocurriendo por más de una
generación; para la mayoría, son casi dos generaciones de
sufrimiento en la experiencia de su vida adulta, y es lo que ahora
vemos.
Esto no es sólo cuestión
de hacer algunas mejoras. Es cosa de decir: Esta clase de comportamiento
—que hemos abordado en parte hoy en unas cuantas intervenciones
aquí y allá— es
típica de la situación
mundial, pero en particular de las
relaciones al seno de las Américas. ¡Y lo hemos tolerado! Hemos
protestado, pero no le hemos dado a esto el tratamiento de lo que es: ¡un mal! Es
hora de que, con ese sentido de urgencia, tenemos que hacer un cambio
fundamental en el sistema mundial de inmediato. No podemos transar con el mal
para siempre, porque demasiados sufrirán si no cambiamos el sistema. Ha
llegado el momento en que el sistema está viniéndose abajo, y
éste es el momento en que nosotros tenemos que hacernos escuchar para
realizar los cambios que han esperado aplicarse por demasiado
tiempo.
Moncayo: Muchas
gracias, señor LaRouche. Estamos bastante emocionados con estos
planteamientos nuevos que nos deja para seguir discutiendo en todo el continente
iberoamericano.
Ahora, ingeniero
Agustín Rodríguez, le dejo el
micrófono.
Rodríguez: Solamente [quiero] reconocerle al señor Lyndon LaRouche su gran
disposición para este tipo de intercambio de comentarios, que finalmente
van construyendo un camino y la línea de transformación de este
modelo económico que venimos sufriendo desde hace muchos
años.
Es importante que este tema de
la seguridad social pudiera abordarse más adelante, porque no se va a
acabar pronto la discusión ni la lucha. Y abordarse con las experiencias
que se están teniendo tanto en Chile como en Argentina, y como en otros
lugares, y ver la parte positiva de la construcción de un planteamiento
alternativo.
Aquí en México, el
modelo que se está imponiendo con la nueva ley del ISSSTE lleva una
característica muy peculiar: se impone por obligación su
aceptación. No se genera la parte que mencionaba el compañero de
la CGT de Argentina, en el sentido de que debiera ser opcional y voluntario.
Aquí es “opcional” ¡y a fuerzas! Éste es el
esquema que tenemos, que es el que nos ha obligado a generar una
situación de un gran
movimiento.
Entonces, señor LaRouche,
le agradecemos mucho. Estamos en comunicación para situaciones de
intercambio más adelante, y damos paso a la siguiente fase [del
diálogo].
[volver] Segunda
parte del diálogo continental
Moncayo: Nos
quedamos con [el secretario general de la CGT de Argentina] Hugo Moyano para un
par de comentarios adicionales. Adelante señor Moyano.
El papel de los medios de
comunicación
Moyano: Yo quería agregar a lo que había expresado al principio, primero,
que comparto las palabras de la persona que habló y su referencia a
Margaret Thatcher y Pinochet, que comparto totalmente. Y yo quería
señalar que esta lucha que hemos dado durante tanto tiempo la hicimos
fundamentalmente frente a un poder arrasador, como fue el poder económico
imperante, los modelos económicos perversos que nos impusieron en la
década de los 1990, cuya arma fundamental eran los medios de
comunicación.
Era muy difícil
aparecer contradiciendo lo que los medios de comunicación decían a
través de sus voceros, que en muchos casos eran del periodismo o
funcionarios; era muy difícil pensar lo contrario, porque uno
parecía como si fuera un extraterrestre. Porque era toda una ola y una
tendencia arrasadora que el neoliberalismo nos imponía fundamentalmente
—como lo decía— con el arma letal, que es en este caso como
se utiliza, de los medios de comunicación. Por eso es que está
esta pelea. Fue muy dura, fue en muchas cosas muy solitaria, y fue contra un
enemigo muy poderoso.
Por eso es que lo que
hemos logrado evidentemente es un paso importantísimo. Y decimos que
solamente queríamos que nos dieran la libre opción. No
queríamos que nos obliguen, o que obliguen a los trabajadores; que el
trabajador decida.
Y esto, gracias a Dios, lo
hemos logrado. Por eso es que esto no termina aquí, porque todavía
en nuestro país, a pesar de que ha habido un cambio muy importante desde
el punto de vista económico, desde el punto de vista social o desde el
punto de vista político, todavía quedan resabios del
neoliberalismo que, evidentemente, en nuestro país fue muy, pero muy
fuerte. Tan es así, que prácticamente malvendieron o enajenaron
todas las empresas del Estado, que eran el patrimonio del pueblo que durante
muchas generaciones, con esfuerzos y sacrificios, habían
obtenido.
Y simplemente [quiero] agradecerles
la posibilidad de haberme expresado. Muchísimas gracias.
Ronald: Muchas
gracias, señor Moyano.
Quiero dar
ahora la bienvenida a Dennis Small, en representación de LaRouche y de la
JICL, y como director Iberoamericano de la revista EIR.
Small: Muchas gracias, Ronald.
Yo creo que las ideas
que se han vertido aquí, y el intercambio que se está llevando a
cabo entre dirigentes sindicales y políticos del continente, es de
extrema importancia para lograr esa unidad de la que estaba hablando el
señor LaRouche. Nosotros, por nuestra parte, aquí en Estados
Unidos y a través de videoconferencias como ésta, estamos
asegurando que se establezcan los vínculos necesarios entre esto que pasa
en los países de Iberoamérica, con los otros países del
mundo en donde también LaRouche está en contacto con los
patriotas, con los nacionalistas, la gente que quiere también el
desarrollo económico, como él mismo mencionó de su
última visita a Rusia, Italia y demás; que estos importantes
intercambios de ideas estén vinculados con todo un proceso internacional,
que nos da la fuerza para verdaderamente lograr los cambios fundamentales de los
que hablaba el señor LaRouche.
[volver] Carlos Gallardo: Yo destaco el
optimismo y la
esperanza
Ronald: Estamos listos para escuchar al decano nacional del Colegio de Profesores del
Perú, el profesor Carlos Gallardo, desde la ciudad de
Lima.
Gallardo: Un saludo para Lyndon LaRouche, para Agustín Rodríguez, y para
Yasmir y los amigos larouchistas de los
EU.
Carlos Gallardo,
decano nacional del
Colegio de Profesores
del Perú. (Foto: CPPe).
Habíamos escuchado con
atención el análisis del panorama mundial que ha hecho Lyndon
LaRouche, y de la situación mexicana por Agustín Rodríguez.
Yo destaco el optimismo y la esperanza. Son mensajes que nos dan salidas, que
nos dan soluciones, y creo que eso es lo
fundamental.
Quiero también
informarles que el día de hoy, aquí en el Perú, los
maestros organizados en el SUTEP (Sindicato Unitario de Trabajadores en la
Educación del Perú) están en un paro de 24 horas. Los
docentes de las universidades públicas del país están en
una huelga general indefinida. Esto no hace más que mostrar el drama de
la educación que sufrimos. Hay miles de niños que aún no
inician sus procesos educativos; y no es que no haya dinero, porque estamos
incluso pagando la deuda externa por adelantado. Hay dinero, pero no hay
voluntad política.
Nuestra lucha por
desafiliarnos de la AFP nos hace recordar lo que están diciendo los
compañeros mexicanos, argentinos y chilenos en esta conferencia
internacional. Aquí estamos en una lucha muy intensa por salirnos;
estamos prisioneros. En una democracia, no pueden impedirnos que nos salgamos de
una institución en la cual no queremos
estar.
Nuestros problemas son comunes y
nuestras alternativas tienen que ser conjuntas, como lo manifiestan Lyndon,
Agustín y Yasmir.
Un abrazo desde el
Perú, compañeros.
La esperanza de una América
unida
Ronald: Yasmir, quisiéramos sus comentarios finales, por
favor.
Yasmir: Les puedo decir que en este modelo de sistema privado de pensiones, solamente un
porcentaje ínfimo logra tener una pensión digna. Imagínense
ustedes que, de cada tres afiliados al sistema privado de pensiones, uno logra
tener los ahorros suficientes para poder pensionarse. Es decir, dos no alcanzan
a cubrir una pensión mínima, que actualmente es de alrededor de
250 dólares mensuales.
La
garantía estatal, también, cubre un mínimo del porcentaje
de la población que se gasta los fondos de pensiones antes de fallecer.
La garantía estatal no cubre a aquellos trabajadores que no tengan veinte
años de cotización en el
sistema.
Yo felicito a los hermanos
argentinos por su gran lucha y por haber logrado la
libertad.
Todos nosotros, América
Latina, hemos nacido antes libres, y creo que no es justo que hoy día un
sistema tan perverso, impuesto bajo la bota militar, nos haya hechos esclavos,
cautivos, en un modelo que nos lleva a la pobreza y que a la mayoría de
los trabajadores los lleva a la miseria.
Los
empleados públicos ya viven un drama. Hemos luchado incansablemente con
estudios, con propuestas. La Asociación de Empleados de la
Contraloría General de la República presentó un estudio al
gobierno, y no hubo respuesta. Esto fue durante el Gobierno del presidente
[Ricardo] Lagos. Un estudio que hizo CENDA (Centro de Estudios Nacionales de
Desarrollo Alternativo), que también tiene un diagnóstico de
pérdidas para los empleados públicos, tampoco tuvo respuesta. Y la
propia Asociación Gremial de AFP —de los dueños de las
AFP— hizo un estudio para la agrupación sobre el daño
previsional, en el que le dicen al Gobierno de Chile: “Tiene que reparar
el daño previsional, porque esto es la vergüenza del sistema”.
Sin embargo, nuestro gobierno, el presidente Lagos, que se fue ya, no lo
tomó. Lo llevó a una mesa de diálogo por cuatro
años, sin resultado. ¡Y hoy en día clamamos piedad a la
presidenta Michelle Bachelet! ¡No puede ser que nuestros funcionarios se
vayan a vivir a la pobreza después de cuarenta años de
trabajo!
Por eso felicito a los hermanos
argentinos. Y nosotros teníamos noticias de que aquí en
Perú también se estaba trabajando sobre la libre
afiliación; creo que son pequeños avances. Nosotros no perdemos
las esperanzas. Y los lineamientos y las ideas que nos deja el señor
LaRouche, para nosotros son importantes, porque es volver a tener esperanza en
seguir en nuestra lucha, en tener una América unificada en donde exista
un sistema económico que nos permita vivir a toda la población
chilena, argentina, boliviana y de toda América con dignidad, donde todos
accedan a la educación, donde todos tengan derecho a la salud, donde
todos tengan derecho a una vejez
digna.
Así que les agradezco, y
felicitaciones por este evento, estimados amigos.
El calentamiento
global
Ronald: Nos llegó una pregunta desde Buenos Aires para el ingeniero
Agustín Rodríguez y Dennis
Small:
“Hay dificultades en el campo de
la ciencia: un ejemplo fundamental de la seudociencia está siendo
importado por la falacia del calentamiento global causado por los seres humanos
y su equivalente genocida, al convertir la reserva de comida en biocombustible
para salvar el
planeta”.
Rodríguez: Yo no lo veo desde la perspectiva de quien lo está
proponiendo.
Lo que sí está
claro es que sí hay un calentamiento extraordinario; eso no se puede
negar, eso está claro, que sí hay una situación de una
descomposición de la naturaleza, y que tendrá que realizarse de
manera muy cuidadosa y de manera muy responsable para que se prevea. Ya se
están percibiendo estragos a nivel mundial de lo que propicia ese
calentamiento; porque de que existe,
existe.
¿Qué es lo que tiene que
hacerse? ¿Cómo se tiene que encauzar? Bueno, yo creo que eso es
parte de los foros mundiales que tendrán que desarrollarse entre las
naciones, para estructurar una línea común de atención.
Aquí no es una situación de quién propone, de quién
tiene la razón en estos aspectos. No creo que sea un planteamiento de
carácter político. Me parece que es una situación de
sobrevivencia misma de la propia humanidad, así que debe atenderse
así.
Dennis: Bueno, puedo decir dos que tres cosas al respecto. Hace algunas semanas fui
invitado a México por una organización sindical que participa en
estos movimientos de cambio en México, de las que nos hablara
Agustín, para hablar del tema de quiénes proponen convertir la
producción de maíz en México en etanol. Eso tendría
efectos desastrosos para la población mexicana, que depende tanto del
maíz y de las tortillas para su consumo más básico. Y en
efecto, quienes proponen la idea de producir etanol de maíz, están
proponiendo algo absolutamente nefasto. Eso lo ha comentado desde Fidel Castro,
hasta agricultores en los EU y mucha gente en
México.
El tema más amplio, que
en efecto no creo que se pueda abordar en detalle en ésta ocasión,
es si hay o no los cambios de temperatura de los que se habla. Eso
todavía es algo en lo que no hay coincidencia científica, porque
muchas de las mediciones que se han hecho son muy parciales. Pero aun en el
supuesto negado de que exista tal aumento en la temperatura del planeta, los
estudios científicos indican que la causa más probable de eso, la
causa de los cambios del clima en los ciclos de decenas de miles de años,
es más bien la relación astronómica del planeta Tierra con
el Sol. Es decir, el causante fundamental del cambio climatológico no es
la actividad humana en la Tierra; es más bien una cuestión de
astrofísica.
Resulta que en este mismo
período en que se habla del aumento en la temperatura de la Tierra,
también ha habido un aumento en la temperatura de Marte. Entonces uno se
tiene que preguntar si en Marte también es por exceso de
producción de dióxido de
carbono.
Lo que pasa es que, con bases
científicas muy dudosas, se están proponiendo soluciones. Algunas
personas usan estas cuestiones para proponer soluciones que serían
absolutamente desastrosas. Proponen que el Tercer Mundo no se debe desarrollar,
proponen que la industrialización es mala, proponen que tenemos que
regresar a eras pretéritas de la tecnología y que el enemigo es el
ser humano.
Claro, no solamente nosotros los
del movimiento de LaRouche, sino China, India y otras grandes naciones del
mundo, Rusia incluida, dicen: “No, señor, nosotros no vamos a
aceptar esto, porque no podemos permitir que nuestros pueblos queden en el
atraso, supuestamente para resolver un problema que además no es causado
por lo que se dice”.
Esto nos lleva a
las cuestiones que discutíamos en la primera parte de esta
reunión: ¿cuál es la causa de la crisis económica
actual, y cuál la solución que proponen ciertos intereses
financieros? Que es, básicamente, desindustrializar y destruir el Estado
nacional soberano en todo el planeta.
Si lo
vemos con cuidado, encontraremos que el calentamiento global es un tema
impulsado por los mismos intereses financieros que están detrás
del Fondo Monetario Internacional, los mismos intereses financieros que
están saqueando a las economías a través de la
privatización del Seguro Social. Son los mismos intereses financieros que
quieren cobrar la deuda externa, una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Y son los
que están detrás, en particular, de Al Gore, que resulta que es
dueño de dos fondos especulativos que estarían entre los
más grandes beneficiarios de la especulación con estos
títulos de reducción de
carbono.
Así que, la pregunta es, como
bien dice Agustín: ¿cuál es la solución a estos
problemas? Y la solución para la humanidad siempre es mirar hacia
adelante, con avances tecnológicos, avances de la ciencia, avances de esa
capacidad única del ser humano, que es la capacidad de crear soluciones
científicas en el proceso de desarrollo.
[volver] Salvador Fernández: La
seguridad social es un derecho inherente a la condición del
hombre
Salvador Fernández, secretario adjunto de la Asociación del
Personal del Organismo de Previsión Social (APOPS). (Foto: EIRNS).
Ronald: Muy bien. Vamos a Buenos Aires. Salvador Fernández, el secretario adjunto
de la Asociación del Personal del Organismo de Previsión Social
(APOPS), es uno de los personajes que han aportado a la victoria parcial en
Argentina sobre el sistema de la privatización del Seguro Social.
Están reunidos en un auditorio de la CGT en Buenos Aires, y
quisiéramos darle paso a su
participación.
Fernández: El secretario general de la APOPS, Leonardo Fabré, en este momento se
encuentra en Ginebra, en la OIT, integrando la delegación argentina en
representación del movimiento obrero
organizado.
En primer término, resulta
necesario destacar que la globalización como fenómeno
económico, político y social impactó directamente en los
sistemas de seguridad social de América Latina y, puntualmente, en
Argentina. Con el auge de la globalización y de las políticas
neoliberales, la seguridad social era considerada un sistema deficitario que le
genera gastos al Estado. La globalización económica y el
neoliberalismo, especialmente en la década del 90, hicieron que se
derrumbara el concepto esencial, jurídico y filosófico de la
seguridad social. Sabemos que la seguridad social es un sistema que tiende a
proteger al hombre frente a las contingencias derivadas de la invalidez, la
vejez, la muerte y la enfermedad; es decir, tiende a una protección
integral del hombre. Por eso se llegó a desnaturalizar el concepto de la
seguridad social. Se desconoció que la seguridad social es un derecho
personalísimo y fundamental del hombre, como fue proclamado en la
declaración de los derechos del hombre del año 1948, que
establecía que todo hombre tenía el derecho a la seguridad social
y que los Estados debían garantizarlo. También se desconoce la
jerarquía y el rango que tiene la seguridad social, especialmente con el
nacimiento del constitucionalismo social.
La
seguridad social pasó a ser un derecho de rango constitucional aceptado
por las constituciones de los distintos Estados. Incluso, es también
importante señalar que, dentro del marco de la doctrina social de la
Iglesia, en la encíclica Labórem
excercens, se señala que la seguridad
social es un derecho inherente a la condición del hombre y fundamental
para su realización como persona, y que los gobiernos deben instrumentar
los medios necesarios para que se puedan
cumplir.
En la década del 90, que
debemos tener en la memoria, para poder comprender el presente y avizorar el
futuro, con el auge del neoliberalismo y de la globalización, se
consideraba que todo lo que estaba relacionado con el Estado era malo, que todo
lo que el Estado realizaba era deficitario; se propugnaba un Estado ausente
frente a las necesidades del pueblo y del hombre. Con ese criterio, en
Argentina, en la década del 90, esa década infame, se
privatizó las empresas del Estado, los recursos energéticos, las
telecomunicaciones; se privatizó el patrimonio de la nación. Y
todo eso dentro de un marco total de consunción y de ilegalidad, como
producto de la presión ejercida por los grandes grupos económicos
que tenían una influencia decisiva en el poder político de
turno.
Y fue en ese momento trágico
para nuestro pueblo cuando se aprobó la ley 24–241 y se
privatizó también la previsión, y se quiso privatizar
también el futuro y la esperanza de los argentinos. Esta ley, la
24–241, establecía un régimen mixto, es decir, que
subsistía el régimen público estatal, junto a un sistema de
capitalización, un sistema privado de jubilación representado por
las AFJP, que eran administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones. La
previsión pasó a ser administrada en el país por sociedades
anónimas, por bancos. Pasó a ser la previsión social una
variable más en la economía de
mercado.
Se quiso destruir totalmente la
previsión, destruir el concepto de solidaridad, porque sin solidaridad no
existe previsión. La solidaridad fue el fundamento, la causa y el pilar
que hizo posible la existencia de la previsión social. Estos
regímenes jubilatorios de capitalización propugnan cuentas
individuales, remplazan el concepto y el valor trascendente de la solidaridad
por el “sálvese quien pueda”.
Ésta es la lucha del bien contra el
mal
Y ahí ocurrió lo más
trágico. Como lo señaló en reiteradas oportunidades nuestro
secretario general de la Confederación General del Trabajo, el
compañero Hugo Moyano, que señalaba y exhortaba a sus trabajadores
para que tomaran conciencia de que la estafa más grande perpetrada contra
el pueblo argentino fueron las AFJP, fueron las administradoras de fondos de
jubilaciones y pensiones.
Y así
quedó demostrado. Se tomaba como ejemplo a Chile. Sabemos el padecimiento
y el calvario que están sufriendo nuestros hermanos chilenos como
consecuencia de las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones.
Sabemos que muchos trabajadores, como consecuencia de la previsión
privatizada, son condenados a la indigencia, al hambre y a la miseria. Porque se
está lucrando con algo sagrado, que es aporte, fruto del trabajo y del
esfuerzo del trabajador. Son estas sociedades anónimas que se
están enriqueciendo a costa del hambre y del pueblo
trabajador.
Y esa verdad la tenemos que
entender. Hay una frase evangélica que encierra un profundo contenido
filosófico: Jesús nos dice que debemos buscar y defender la
verdad, porque sólo la verdad, y nada más que la verdad, nos
hará libres. Por eso, quiera Dios que los trabajadores y los pueblos que
en este momento estamos sufriendo el padecimiento de la privatización de
la previsión, emprendamos la lucha para recuperar esos derechos que nos
han usurpado.
Porque fue en ese momento que
se privatizó la previsión en la Argentina, cuando especialmente el
movimiento obrero y, por qué no decirlo, nuestro sindicato, junto a la
Confederación General del Trabajo, junto a otros sectores de nuestra
sociedad que aún creen que vale la pena luchar por los ideales, que
aún creen que vale la pena luchar por la libertad, que aún creen
que vale la pena luchar por las utopías, luchar por las
ideologías, luchar para que el hombre recupere su dignidad, enarbolamos
esta bandera y luchamos, muchas veces sintiendo el cansancio, el agobio y la
presión. Fueron estos grandes grupos económicos que en forma
solapada utilizan todos los medios para desarticular todo tipo de lucha, porque
ellos tienen una sola bandera, que es el lucro, es la ambición, es la
destrucción misma del hombre.
Por
esto, creo que eso encierra un contenido filosófico mucho más
profundo; es la lucha del bien contra el mal. ¡Sí, es la lucha del
bien contra el mal! Nosotros creemos en la libertad, nosotros creemos en la
dignidad del hombre que los grandes grupos económicos nos quieren robar,
que esta economía globalizada nos ha usurpado y que lo único que
ha logrado globalizar es la miseria y la pobreza del
hombre.
Y fue a través de los
años de lucha, de muchos años, que finalmente el movimiento
obrero, especialmente el movimiento obrero, hizo realidad la aprobación
de la libre opción jubilatoria. Porque acá ocurría algo
aberrante: desde el punto de vista jurídico, desde el punto de vista
filosófico, nos quitaban en una AFJP; es decir, los que se pasaban al
sistema de capitalización no podían volver al sistema de reparto.
Se le negaba al trabajador volver al sistema público estatal, pero al que
estaba en el sistema público estatal sí se le permitía
pasar al sistema de capitalización. En esta verdadera antijurisdicidad,
podíamos ver que no sólo se estaba atentando contra un derecho,
sino contra la libertad de elegir, de que el trabajador pudiera elegir el
sistema jubilatorio que más le
convenía.
Y los argentinos finalmente,
con el acompañamiento del gobierno, que tomó la decisión
política y también enarboló esta bandera, en el movimiento
obrero recuperamos este derecho de la libre opción jubilatoria, de elegir
el futuro jubilatorio que más nos conviene. Por eso, todo, todo lo que
conseguimos fue con la lucha; por eso es posible seguir luchando, porque
seguimos teniendo fe, porque debemos seguir cre-yendo que podemos contra
aquellos poderosos que tienen el poder económico. Pero nosotros tenemos
la fuerza moral y espiritual de un pueblo que no quiere que le roben su
dignidad. Por eso les pido a mis hermanos latinoamericanos que nos pongamos de
pie, que sigamos luchando para recuperar nuestro derecho, para recuperar nuestra
dignidad, recordando siempre que la única lucha que se pierde es la lucha
que se abandona.
[volver] Erik de León: ¿Exagerado
decir
fascismo?
Erik de León, miembro del Movimiento de Juventudes Larouchistas
(LYM) en México. (Foto: EIRNS).
Ronald: Vamos a cerrar con una pregunta que nos llegó, y quisiera pedirle a Erik
de León, que es uno de los representantes del Movimiento de Juventudes
Larouchistas en México, que nos
responda:
“Comentando el evento de hoy,
que se llama ’La globalización es igual a fascismo’, los
axiomas usuales de la mente de la población europea en general no asocian
a otra cosa el fascismo que al Tercer Reich y, por lo tanto, se piensa que es
demasiado duro, demasiado fuerte el uso de esta
palabra”.
Erik: La pregunta viene de Alemania. Es interesante, porque sí es cierto.
Nosotros cuando organizamos en las calles, en las universidades, como parte del
Movimiento de Juventudes Larouchistas, en las propias discusiones con los
sindicalistas o con los congresistas, sí tienen esa idea también
aquí en México, de que darle un calificativo como fascista,
sí creen que es una cuestión de
calificativo.
Pero la tradición
histórica en todo este tipo de políticas es exactamente la misma.
Como lo hemos visto ahorita en la discusión con los compañeros en
otras naciones, argentinos, peruanos, chilenos, es la misma estructura, la misma
línea internacional. Y creo que así como el fascismo
históricamente se ha representado, no es la figura de Hitler como tal,
creo que ahí es donde viene el error conceptual de asociar el fascismo
con una persona; es toda una estructura de pensamiento que viene de un respaldo
filosófico que se puede seguir hasta las fuentes
originales.
Aquí en México eso
se está viendo muy claro. Se puede inclusive, con un pequeño
estudio histórico, ver cómo el fascismo en México, con la
representación del Partido Acción Nacional (PAN), tiene sus
líneas hacia Europa; cómo en el financiamiento del Partido
Católico están las conexiones directas hacia el fascismo europeo y
su representación en la embajada
mexicana.
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El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México (STUNAM) fue la sede
segundo diálogo público de Lyndon LaRouche y Agustín Rodríguez, vía internet, con
dirigentes sindicales de Argentina, Chile y Perú el pasado 14 de junio. (Foto: EIRNS).
Pero también lo
teníamos con Napoleón en Francia, y eso fue antes, ¿no?
También lo tuvimos con Licurgo anteriormente, un milenio antes. Y es toda
una corriente de pensamiento.
No, no creo que
haya alguna exageración en el calificativo de fascismo. Esto es fascista;
ésa es su política. Este sistema mata gente. Este sistema deja sin
alimento a una gran parte de la
población.
Vean lo que está
pasando con todo este rollo del etanol: por tener rendimientos financieros para
supuestas alternativas ecológicas, van a quitar un porcentaje de la
plantación de alimentos, con el maíz, para los mexicanos. Es lo
que pasó con las tortillas a principios de año gracias al TLC,
gracias al uso del maíz en EU y en otros países para generar
etanol. En México, por la cuestión internacionalizada y la
política de libre comercio, se lleva a una situación en la cual se
saquea. Y los especuladores financieros sólo ven por sus rendimientos, no
por si vas a utilizar el maíz para darle de comer a la gente, como en el
caso de México, que la alimentación del mexicano depende casi un
67% de la tortilla. La mayor parte de los trabajadores, como ustedes y yo, que
nada más tenemos para comprar una tortilla, ponerle sal y un chile, y
comértela, y es toda la alimentación que se tiene, a éstos
no les importa; simplemente es ver el rendimiento, del “ganado
humano”, que es como nos ven.
A luchar por un nuevo sistema financiero
internacional
Así que sí
tenemos que quedar claros que esto es una política fascista, que
sí hay que enfrentarla desde esta perspectiva, con el ingeniero
Agustín y otros líderes en México, y también otros
líderes en el mundo, como lo estamos viendo en el caso de
Iberoamérica ahorita, junto con lo que está pasando también
a nivel internacional con la propuesta de LaRouche por un nuevo sistema
financiero internacional que se respalde en el desarrollo de las ciencias, en la
tecnología avanzada. Hay que dejar de depender de países, dejar la
vieja dependencia histórica y control que se tiene, que van aunados a
esta cuestión fascista. Debemos dejar meramente nuestras pequeñas
parcelas, nuestros intereses particulares, viendo que lo que está en
peligro es todo el ejido. Lo que tenemos que hacer es juntarnos, pelear en
conjunto, no separarse. Se habla mucho en México, porque se separan las
luchas, se hacen por sectores.
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El LYM organiza a la
población argentina en
torno a las ideas de
LaRouche para
reconstruir la economía y
la infraestructura del
Continente, así como del
mundo entero. (Foto: EIRNS).
Pero, como lo
vemos, la pelea internacional es así: es la misma raíz, es la
misma discusión. Así que la propuesta está clara. El
movimiento de Lyndon LaRouche está planteando esto a nivel internacional:
un nuevo sistema financiero internacional que dé lineamientos para el
desarrollo concreto de las naciones, y acabar —como dice el tema de la
conferencia— con este sistema fascista que lleva por nombre
globalización.
Ronald: Muchas
gracias, Erik.
Finalmente, a nombre de la
organización internacional de Lyndon LaRouche, un agradecimiento a todos
los auditorios que han seguido esta videoconferencia, este diálogo
enriquecedor con todos los representantes que hemos tenido el honor de
escuchar.
Quisiera hacer un agradecimiento
especial y particular al ingeniero Agustín Rodríguez, por la
valentía para discutir estas ideas abierta e internacionalmente con
LaRouche y con otros dirigentes laborales del continente. Y quisiera pedirle que
tenga la bondad de acercarse para clausurar este segundo
diálogo.
Rodríguez: Bueno, es una forma de poder construir un gran movimiento social en una lucha
que estamos convencidos no es de algunos países en particular, sino que
es producto de una forma, de un modelo económico a nivel mundial, que a
lo mejor es ubicado como globalización, fascismo. Evidentemente que la
globalización económica, como está estructurada, a donde
nos lleva, a donde nos está encaminando, es al exterminio de la parte
más débil, de los sectores más débiles. Y ahí
es donde encontramos ese símil entre lo que es el fascismo y lo que es la
globalización.
Y por otro lado,
también nosotros hemos presentado una queja ante la Organización
Internacional del Trabajo para que dé su opinión sobre esta ley.
Lo que expresaba el compañero de la CGT argentina, de la lucha por la
libre opción jubilatoria, no es algo que esté descartado en
nuestro país, porque aquí, con esa nueva ley que tenemos, no
existe eso. Hay una opción condicional: nosotros podemos decidir pasar al
nuevo régimen de jubilación y de pensión, pero podemos no
decidir; y si no decidimos, deciden por nosotros. O sea, nos meten a fuerzas al
modelo nuevo. Y si nos quedamos en el anterior, de acuerdo con el transitorio
número 10, podemos optar por él, pero con algunas condiciones del
incremento de la edad, incremento de la antigüedad, incremento de la cuota,
nuevas fórmulas de cálculo para la pensión. Y ahí es
donde nos parece que no es de ninguna manera aceptable una situación de
este tipo.
Pero luego tenemos otra
cuestión más interesante. Se crea un modelo que se llama
Pensión ISSSTE para administrar los fondos de pensión y
jubilación, y ese modelo está constituido, estructurada su
comisión ejecutiva, por nueve representantes sindicales y nueve del
gobierno o del ISSSTE, y el director preside. ¡Imagínense ustedes!
¡Para que administre nuestro dinero! ¿Para qué lo necesitamos?
¿Para qué necesitamos que haya un director y nueve representantes
del gobierno en la administración de nuestro dinero? Pues mejor lo
administramos solos. Porque además ya nos demostraron que no saben
administrar, que, producto de lo que tenemos anteriormente, no es problema
nuestro.
No se ha dado la explicación
clara de qué pasó con los fondos de pensión y
jubilación de aquellos trabajadores que aportamos cuando no había
jubilados. Porque hubo una época en la que había muy poquitos.
Pero, fíjense: adelgazan al Estado, a las empresas paraestatales, es
decir, corren trabajadores en una primera etapa; luego crean un programa de
retiro voluntario, cancelan plazas; y luego vienen y nos dicen, “Es que ya
son muchos jubilados y muy poquitos en activo; entonces, ya no alcanza”.
Obvio, porque se generaron las condiciones para eso. Y son de las cosas que no
aceptamos y que tenemos interés en que se corrijan. Y es posible hacerlo,
estamos en esa misma definición, en ese mismo compromiso en nuestra
organización sindical.
Quiero
agradecer a nuestro compañero Ronald, quien ha estado conduciendo esta
conferencia, y a su equipo de trabajo, que me parece que es un equipo muy
valioso compuesto principalmente de jóvenes, y a los que yo quisiera
reconocerles ese gran esfuerzo que vienen haciendo para seguir trabajando en
este mismo esquema de seguir promoviendo un nuevo sistema de vida, una nueva
forma de carácter económico, una nueva orientación del
rumbo de nuestro país.
Quiero
agradecerles a ustedes su presencia y su generosidad, y en todo momento nuestro
sindicato estará abierto al debate de las diferentes propuestas y a la
construcción de lo que siempre sea orientado en beneficio de los
trabajadores de México y del
mundo.
¡Felicidades! Gracias, y
estaremos en el tercer encuentro de intercambio de opiniones.
[1]Ver
Rusia pone sobre el tapete los grandes
proyectos de LaRouche.
[2]Ver
LaRouche habla en
Roma
con senadores
italianos.
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