Internacional
El asesino del Tecnológico de
Virginia era otro fanático de los videojuegos
por Michele Steinberg y Anton
Chaitkin
Lyndon y Helga LaRouche han estado en lo
correcto desde lo de la masacre de Columbine. No detendremos las matanzas en las
escuelas hasta que la industria multimillonaria de los simuladores para matar que llaman
“videojuegos” deje de lavarle el cerebro a la
juventud.
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Imagen que el asesino del Tecnológico de Virginia, Cho Seung– Hui, se tomó él mismo para mandársela a la televisora NBC.
El 16 de abril, momentos
después de que los noticieros informaron de los tiroteos en las
instalaciones del Tecnológico de Virginia en Blacksburg, Estados Unidos,
Lyndon LaRouche apuntó que el incidente repercutiría fuertemente
en la seguridad nacional e internacional. LaRouche indicó que
ejercería una gran influencia en la toma de decisiones, en especial en la
de aquellas fuerzas de EU que están alrededor del vicepresidente Dick
Cheney y que quisieran aprovechar cualquier alerta de seguridad para imponer un
Estado policíaco y acallar la oposición política, como
sucedió tras los ataques del 11 de septiembre de
2001.
A unas horas de la masacre en el
Tecnológico de Virginia, en la que 33 personas murieron y al menos otras
15 resultaron heridas, LaRouche planteó las “cuestiones
decisivas” a abordar en la investigación del incidente, mismas que
él y su esposa, la presidenta del partido alemán Movimiento de
Derechos Civiles Solidaridad (BüSo), Helga Zepp–LaRouche, han ubicado
en su justa dimensión en su campaña para desenmascarar el
“menticidio” que lleva a cabo la industria de los videojuegos, tanto
al lavarle el cerebro a la juventud con un culto a la violencia, como al
adiestrarla al mismo tiempo para matar.
LaRouche: El peligro de la violencia
era previsible
Lyndon LaRouche
emitió el siguiente comunicado a través de su Comité de
Acción Política (LPAC) el 18 de abril de
2007.
El peligro, si no la fecha, de lo que hizo el
tirador del Tecnológico de Virginia era previsible, si es que era, como
se informó, un veterano del adiestramiento mediante las suertes
pertinentes de videojuegos y la clase de hábitos personales
correlacionados. Ya desde 1999–2000, éste era un peligro que
claramente se preveía, como pusieron de relieve informes públicos
que dio a conocer Helga Zepp–LaRouche en Alemania (de donde es oriunda),
Estados Unidos de América y Brasil en el año
2000.
Las formas concernientes de
comportamiento aberrante que se relacionan con el uso habitual de la clase de
video-juegos del caso, son un indicio de semejante peligro. Las destrezas que
mostró el tirador revelan que, precisamente semejante peligro previsible
estaba presente a la espera del conjunto de circunstancias que provocaran el
suceso en cuestión, como fue antes el caso en
Columbine.
Por desgracia, hemos tenido un
cabildo que pugna por el tipo de videojuegos que fomentan semejantes estados
mentales aberrantes mediante los juegos de apunta y dispara u otras formas
sociológicamente morbosas de hábitos de juego de video en
niños y adolescentes. Estos cabildos bien pertrechados de billetes han
fomentado las condiciones de un aumento previsible de esta clase de conducta
entre los adolescentes y jóvenes
adultos.
A pesar de las investigaciones e
informes de la señora LaRouche, poco se ha hecho por enfrentar lo que ya
se ha demostrado, desde el 2000, que es una amenaza seria de brotes de este tipo
de actividades terroristas. Ahora, por fin, el problema tiene que ser tratado
con seriedad.
La
campaña que encabezó la señora LaRouche tras la matanza de
1999 en la escuela Columbine de Littleton, Colorado, identificó y
dejó al descubierto a los videojuegos como lo que son en realidad,
“simuladores de asesinato” que se usan para producir tiradores en
“piloto automático” para el ejército y los cuerpos
policíacos.
Conforme se daban a
conocer los tiroteos del Tecnológico de Virginia, LaRouche hizo
hincapié en que lo importante para descifrar la verdad de lo sucedido
eran las pautas y el perfil del
incidente.
• ¿Los disparos
fueron al azar o apuntaron a blancos
específicos?
• ¿Con
qué grado de precisión y destreza fueron realizados; o sea,
cuántos disparos recibió cada víctima? Los informes de que
la mayoría de las víctimas murió de un solo disparo indican
un grado muy alto de
precisión.
• ¿Hubo
alguna forma de adiestramiento de video o por internet para disparar? En la
campaña de la señora LaRouche contra la violencia juvenil se ha
entrevistado con el teniente coronel (r.) David Grossman, quien ha
señalado que los videojuegos violentos de “apunta y dispara”
no sólo tienen un efecto dañino en la mente de los jóvenes,
sino que también equivalen a un adiestramiento como tirador para efectuar
ataques de disparo rápido en secuencia contra blancos en movimiento, tal
como ocurrió en Columbine, Paducah (en Kentucky) y Portland (en
Oregón) en EU; en Erfurt, Alemania; y en la matanza de 1997 en Port
Arthur, Tasmania, en Australia. En todos los casos el adiestramiento con
videojuegos fue un elemento
importante.
• ¿El nivel
aparente de planificación y destreza reflejó algún
adiestramiento militar o
policíaco?
• ¿Qué
fallas de seguridad hubo? Se ha informado que la universidad recibió
amenazas de bomba las semanas previas a los tiroteos; ¿acaso estuvieron
relacionadas?
• ¿Se
rompió el procedimiento de seguridad el 16 de abril, después del
primer tiroteo esa mañana? Y, de ser así, ¿por qué? En
cierto momento el día de los ataques se dio la orden de “cerrar y
asegurar” la universidad, y luego se canceló. En el lapso de las
dos horas que transcurrieron entre los primeros disparos en un dormitorio y el
asesinato de más de 30 alumnos y profesores en un edificio a más
de medio kilómetro de distancia, el agresor, Cho Seung–Hui, un
estudiante de 23 años de la universidad, logró desplazarse entre
los dos lugares sin ser detectado, con el camuflaje de la actividad
“normal” del estudiantado.
Pero
esta laguna en la seguridad podría ser el menor de los
problemas.
El encubrimiento del adiestramiento con
videojuegos
Menos de 24 horas después
de que LaRouche planteó estas preguntas, el Washington
Post respondió a sus inquietudes de
un modo muy curioso. En un perfil del atacante que publicó en internet,
los reporteros del Post obtuvieron información de compañeros de secundaria de Cho, quienes
dijeron que era un adicto de los videojuegos de “disparos”, en
especial de uno llamado “Counterstrike”.
Pero
entonces la referencia a Counterstrike se eliminó de la versión impresa del artículo e incluso de
la propia internet, y el reportero David Cho del Post, quien había entrevistado a los compañeros de secundaria de Cho
Seung–Hui, ni siquiera apareció como uno de los autores o
colaboradores en la versión final.
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Imagen de la publicidad del videojuego Counterstrike, que es uno de los favoritos de los asesinos escolares.
Lo
que pasó es que la poderosa “industria de los videojuegos”
contraatacó con una gran campaña para eliminar toda referencia a Counterstrike o a cualquier otro videojuego en la
prensa.
Por más de una década
la industria de los videojuegos ha logrado protegerse, con la ayuda de
políticos poderosos como el senador Joe Lieberman, contra interferencias
en su lavado cerebral de los
jóvenes.
Al día siguiente de
los tiroteos en el Tecnológico de Virginia, volvía la mula al
trigo para proteger sus operaciones, pues esta “industria”
emprendió un ataque brutal en la prensa y la internet contra el abogado
Jack Thompson, quien ha sacado a relucir la conexión entre Couterstrike y este caso, aun cuando ya lo ha hecho antes en relación con otras
masacres en escuelas.
La historia en
LPAC
La pelea la encabeza de nuevo LaRouche,
en su portal larouchepac.com, que de inmediato informó de la
historia. El 18 de abril el Comité de Acción Política
Lyndon LaRouche (LPAC)
publicó:
“Los reporteros Debbi
Wilgoren, Sari Horwitz y Robert E. Pierre del Washington
Post informaron el 17 de abril, con el
encabezado ‘Estudiante de Centreville fue el tirador del
Tecnológico de Virginia’,
que:
“ ‘Varios
jóvenes coreanos que conocían a Cho Seung–Hui de sus
días en la secundaria dijeron que era un fanático de los
videojuegos violentos, en especial de Counterstrike, un juego en línea muy popular en el que los jugadores se unen a
agrupaciones terroristas o contraterroristas y tratan de dispararse unos a
otros. . .’
“Helga
Zepp–LaRouche y EIR han
informado precisamente de dicho fenómeno desde 1999, en análisis y
entrevistas con expertos en asesinatos en
masa.
“El informe anterior se obtuvo en
una búsqueda de la palabra ‘counterstrike’ en el portal
washingtonpost.com”. Pero el Post eliminó esto del artículo que publicó, o sea, del
artículo al que llega el lector cuando usa el enlace que ofrece el
susodicho resultado de búsqueda. El artículo final lleva por
título: “ ‘El alumno escribía sobre la muerte y
hablaba en susurros, pero nadie imaginó lo que Cho Seung–Hui
haría’, y dice que lo escribieron ‘Ian Shapira y Michael E.
Ruane, de la redacción del Washington
Post, miércoles 18 de abril de
2007’.
“Executive
Intelligence Review [EIR] ha
establecido una reputación internacional por su conocimiento
especializado cuanto a la función que tienen estos videojuegos violentos
en la creación de asesinos a sangre
fría.
“En el caso de la masacre
del 26 de abril de 2002 en el gimnasio Johann Gutenberg en Erfurt, Alemania, 16
personas fueron asesinadas antes de que el atacante, Robert Steinhäuser, se
suicidara. EIR informó el 10 de mayo de 2002 que su mente estaba ‘condicionada por
su obsesión con juegos de video y de computadora asesinos tales como Ninja,
Doom y Counterstrike (que produjo la notoria firma Sierra Entertainment). Cuando llevó a cabo
su masacre, estaba vestido de negro, con una máscara negra, a
imitación de los guerreros ninja que aparecen en tales juegos asesinos.
En un cateo de la habitación de Steinhäuser, la policía
encontró muchos de esos videojuegos de
muerte”.
Éstos no son
“juegos”, son “simuladores para matar” y sistemas de
adiestramiento que usan la policía, los equipos de fuerzas especiales y
el ejército. El papel que tuvieron los videojuegos en los ataques de Cho
Seung–Hui no puede encubrirse.
Los
archivos de EIR, el
Instituto Schiller y las campañas electorales de LaRouche como candidato
le ofrecen antecedentes decisivos a los políticos, las agencias
policíacas y las familias.
Como dijo
LaRouche en la declaración que emitió el 18 de abril (ver
recuadro), es “hora de lidiar con el cabildo de los videojuegos
violentos”.
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