Diálogo con LaRouche
‘Lo que es bueno para México, es bueno para nosotros’
A continuación reproducimos las respuestas que dio Lyndon LaRouche a las preguntas que recibió de México —de dos congresistas mexicanos del Partido de la Revolución Democrática (PRD)— y de Argentina, en ese orden, durante su presentación en la videoconferencia “Ahora más que nunca, los Cuatro Grandes”, la cual se transmitió en vivo por internet el 1 de octubre por espanol.larouchepac.com (la grabación de dicha presentación sigue disponible en el mismo portal, y contó con interpretación simultánea al español, entre otros idiomas).
Pregunta: ¿Cómo hizo LaRouche para anticipar esta crisis desde 1975?
Lyndon LaRouche: Bueno, llevo mucho tiempo en el negocio de los pronósticos. De hecho, implícitamente debuté en la economía como tal cuando, luego de algunos estudios que estaba haciendo, topé con la obra de Bernhard Riemann en la física, y la vi como una forma de resolver y entender ciertos problemas que no se habían comprendido como es debido en la economía antes. En realidad era un consultor administrativo muy bueno y un ejecutivo de una firma de consultaría en administración en los 1950, y también me desempeñé en eso en otros momentos. Tenía un talento más bien extraordinario para esto. Me trajo problemas con ciertas instituciones derechistas al seno del Gobierno estadounidense, que es por lo que de algún modo abandoné la consultoría administrativa. Se estaba volviendo inseguro; el FBI me seguía a todas partes. De modo que, en cualquier caso, realicé estos estudios de largo alcance fundado en la clase de consideraciones sobre las que he reflexionado aquí, que en esencia se desprenden de ver la economía desde la perspectiva de la economía física.
Recuerden que la economía no se basa en el valor monetario. El dinero es un instrumento de crédito que los gobiernos usan con corrección, porque las transacciones entre la gente se dan de individuo a individuo o de individuo a institución y, por consiguiente, no puedes nada más definir de antemano, con algún sistema fiduciario, cómo han de determinarse los precios. Así que lo que haces es establecer un sistema de comercio justo, lo que los 1950 llamábamos un sistema de comercio justo en el que tienes topes para los precios, topes al alza y a la baja; tienes cierta clase de protección.
Por ejemplo, Kennedy aplicó una ley de inversión en mejoras de capital. O sea que, si una empresa que obtiene alguna ganancia invirtiera en una máquina–herramienta o algo parecido con su capital incorporado, esa parte del capital se gravaría a una tasa menor que si fuera y comprara acciones en el mercado abierto, esa clase de cosas; establecimos sistemas. La idea con el dinero siempre fue aplicar el control federal sobre su creación y regulación, como una manera de alentar los flujos en la dirección correcta, de modo que consiguieras más de las cosas que sí querías en cuanto a resultados, y menos de las que no querías. Era protección en el sentido de protección al comercio. Si una firma estadounidense crea un sector que es útil para Estados Unidos, no permitiremos que los precios desleales la lleven a la quiebra. Vamos a proteger esa empresa. Alguien en EU, como ciudadano, invirtió en la creación de algo productivo, útil para EU. No permitiremos que alguien de fuera venga y le haga competencia desleal a esta firma, y que la cierre con los métodos de la competencia.
Tampoco es justo para el extranjero, porque, como ven en el caso de China, esta nación sufre hoy una crisis de beneficencia occidental, en cierto sentido, al darles a todos esta oportunidad. Pero, ¿cuál es el precio para China? Bueno, a este país se le permite tener ciertas cosas, pero no otras. Y China tiene que producir a precios con los que no puede mantener a toda su población. Por tanto, China está en una situación en la que ahora depende de empresas estadounidenses más grandes. Lo que obtiene de este negocio en cuanto a dinero, que también se lo quita a EU, pues se exporta a China y sus industrias, no basta para mantenerla con vida. China tiene muchos pobres; el problema en Asia son los muchos pobres, y, ¿qué estás haciendo para permitirles aumentar su bienestar? China necesita inversión en sus comunidades locales, en sus industrias, pero EU no le paga lo suficiente. ¿Cuál es la razón? Bueno, le pagan menos que lo que le pagarían a la industria estadounidense. Con eso, socavan a la industria estadounidense en el mercado, la cierran, y terminan recibiendo menos por la producción que lo que la industria estadounidense recibía cuando la tenía a su cargo.
Así que lo que estás haciendo es reducir el ingreso del planeta. No sólo el ingreso monetario; estás reduciendo el ingreso físico de la población del planeta. De manera que estás haciendo que China. . . le estás dando la oportunidad de tener algunos magnates —hasta magnates del Partido Comunista—, pero, con todo, también has creado una situación en la que a este país lo amenaza su dependencia de este trato con EU. Y lo mismo aplica para la política hacia India, la política británica; la misma cosa.
Ver ampliación Organizadores del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) internacional son los anfitriones de la presentación de la videoconferencia de LaRouche en el Congreso mexicano. De izq. a der.: Ingrid Torres, Quincy O’Neal y Carlos Cota Moreno. Cientos participaron en reuniones parecidas por toda Iberoamérica. (Foto: Fabiola E. Ramírez Germán/EIRNS) |
Por ende, el proteccionismo contra esta clase de problema es una consideración primordial, y ése es el problema aquí. Tenemos que contar con un sistema de comercio justo —lo que llamábamos comercio justo allá en los 1950—, en el que lleguemos a un acuerdo con las naciones sobre los niveles de comercio justo. La forma en que establecemos estos niveles es tomando cualquier parte del planeta y expresando lo que requiere en realidad en cuanto a destrezas físicas y desarrollo para producir algo de cierta calidad. Entonces, eso es un precio justo; eso es un precio justo. Ahora cada país, si quiere competir, puede hacerlo a ese precio.
También tendremos otra cierta clase de proteccionismo para asegurarnos de que las industrias no huyan, porque esto tumba a la economía. De modo que lo que vamos a hacer es establecer un sistema de comercio justo para el crédito internacional, para los proyectos de gran envergadura, como en Asia, vastos proyectos de energía, de todo. Y protegeremos eso. EU protegerá el interés chino en eso, tanto como protege el suyo en su industria. En Rusia, lo mismo; en India, la misma cosa. Tendremos un mundo proteccionista fundado en un cálculo justo de cuál es en realidad el costo físico de producir algo de cierta calidad. Y cualquiera que sea ese costo físico del mejor desempeño, ésa será la norma, la norma de los precios. Y trataremos de encontrarla tomándole el pulso al asunto, que es lo que se llamaba un sistema de comercio justo. Se sustentaba en la gente que venía de las empresas que producían cosas y decía: “Esto es comercio justo para nosotros. A veces se abusaba, pero eso dependía de qué tan bueno fuera el gobierno, de qué tan eficiente fuera. Hay muchas preguntas que hacer al respecto, pero creo que ésa es una respuesta adecuada.
Pregunta: En México se está diciendo que esto es un Fobaproa (el fraude del llamado Fondo Bancario de Protección al Ahorro con el que el Gobierno mexicano dizque “rescató” a la banca del país de una tremenda crisis en los 1990—Ndr.) gringo. ¿Por qué dice LaRouche que no lo es, y qué implicaciones tiene?
LaRouche: Lo que necesitamos. . . Bueno, acuérdense que colaboré con el presidente José López Portillo de México, en especial a principios de ese año [1982—Ndr.], pero también tenía antecedentes en México de larga data. Y lo que resolvimos como una reforma en México fue algo muy bueno; mandaron a Henry Kissinger a cancelarlo, y han violado a México desde entonces.
Tenemos una situación interesante ahora: trajimos a EU un montón de mano de obra semiesclava de México cuando quisimos. Entonces, por motivos ideológicos, así como por otras razones, razones económicas, ahora estamos enviando esa mano de obra de regreso y botando a los inmigrantes como ilegales y demás. De manera que ahora la realidad golpea, como en la región del PLHINO [Plan Hidráulico del Noroeste] en México, a modo de problema ejemplar, donde lo que debió hacerse, lo que se hizo antes con el Gobierno de López Portillo, tiene que hacerse ahora. Porque, como cuestión de seguridad del Hemisferio, y de nuestras fronteras, en EU tenemos que cooperar con el Gobierno de México en cuanto a esto, pero no con esta o aquella cosa. Tenemos que pensar en qué puede hacerse, cuando a la gente la están echando de EU de regreso a estas partes de México, en gran medida al norte de México, qué puede hacerse para asegurar que tengamos un lugar de empleo, una clase pertinente de empleo, que beneficie a México y a esta gente.
Hablábamos esto con López Portillo antes, y cosas parecidas, sobre cómo bregamos con este proceso migratorio transfronterizo. Puede manejarse, pero tenemos que cooperar con México, desde EU, ¡en nuestro propio interés! Porque lo que es bueno para México, es bueno para nosotros, y lo sabemos, o debiéramos saberlo. Por consiguiente, esto surge de nuevo. En un momento de crisis, hay un resurgimiento en Centroamérica —y México, por supuesto, es en realidad Centroamérica, no Sudamérica; hay ciertas diferencias—, pero por todo el Hemisferio hay un impulso hacia ese resurgimiento, hacia la reconstrucción. Y nosotros, en EU, como [el presidente Franklin Delano] Roosevelt lo hubiera hecho en su tiempo, tenemos un interés vital en cooperar de cerca con cada uno de estos países y con grupos de ellos en la definición de proyectos en los que podamos cooperar para beneficio de todos los involucrados. Lo que buscamos, en esencia, es estabilidad. Buscamos estabilidad mediante el progreso económico, la infraestructura, etc.
El Movimiento de Juventudes Larouchistas organiza a la población con el canto en las calles de Buenos Aires, Argentina. (Foto: EIRNS) |
Y el problema de las drogas también es grande, y una de nuestras grandes tribulaciones es, por supuesto, George Soros, quien es uno de los agentes más grandes en cuanto a las operaciones del narcotráfico en toda esa región. Pero es el interés vital de EU; no un buen y sencillo “hagamos un trueque y les daremos concesiones”. Esto es en nuestro interés, ya sea que México saque esto a colación o no. Es nuestro interés que los mexicanos a los que se regresa por la frontera, en particular, tengan acceso a esta clase de oportunidad, como un beneficio para México entero, en tanto nación. Y entonces, como consecuencia, como un beneficio para nuestras relaciones con México. Lo mismo aplica para todo el Hemisferio. Tenemos que retomar el concepto de Franklin Roosevelt. Éstos son nuestros vecinos, y nuestra vecindad depende de nuestra relación con esos vecinos. Y tenemos que trabajar juntos para definir objetivos y proyectos que resuelvan el problema,
El beneficio del prójimo
Pregunta: A la fecha, casi la totalidad de las reservas de los bancos centrales están en monedas, en especial en dólares. Además de sus propuestas de reforma del sistema financiero internacional, ¿qué medidas deberían adoptar los gobiernos con relación a las reservas de sus bancos centrales, toda vez que en la actualidad la garrapata del sistema financiero, George Soros, sigue haciendo de las suyas en Iberoamérica?
LaRouche: Lo que necesitamos es establecer un sistema mundial, y no podemos establecer un sistema mundial sin la cooperación de Rusia y de un grupo de otras naciones. La cooperación entre EU y Rusia es absolutamente decisiva para organizar estas relaciones entre naciones, en general. Ahora bien, cuando partimos del supuesto de que Rusia y EU son un elemento medular en reunir a un grupo de naciones importantes, y luego ampliamos esto, entonces tenemos que ver las regiones del orbe.
Por ejemplo, África es una región del mundo. Los británicos están matando africanos. Tenemos que echar a los británicos de África. Por tanto, tenemos que tener una política especial que involucre a Europa, a los países asiáticos —China ya participa de manera significativa, en especial en la coste oriental—, en África, en este proyecto de desarrollo del Continente como tal. Tenemos que contar con un muro proteccionista en torno a ese proyecto.
Para Sudamérica, tenemos la misma cosa. Éstas son naciones íntimamente relacionadas en muchos sentidos, en lo cultural y de otras maneras, y, por consiguiente, tenemos que entender cuáles son las normas de un sistema de tipos de cambio fijos en cuanto a las Américas, así como para África y el mundo entero. De modo que necesitamos fomentar un sentido de qué significa un sistema de tipos de cambio fijos justo para cada una de estas regiones. Esta idea de un sistema de paridades fijas debe vincularse, en particular, a obras de infraestructura a gran escala y otra suerte de proyectos de desarrollo.
Por ende, tienes un interés, de nuevo tienes un interés de política exterior. Es una extensión de la Paz de Westfalia; el beneficio del prójimo. El interés de EU consiste, en términos estratégicos, en ser la organización más benéfica del mundo, para otras naciones. Es lo que alguna vez fuimos: la nación más benéfica para la mayoría de las demás naciones. Ése es el interés fundamental de EU, que deriva directamente de la Paz de Westfalia de 1648. Ésa es la ley. Y, por tanto, tenemos que ir adonde estos países diciéndoles que estamos ahí para descubrir cuál es su mejor interés, y ayudándolos a realizarlo. Ésa debiera ser nuestra política exterior. Con esa política exterior, tenemos un mundo seguro, o podemos tener uno.
Y en el caso de Sudamérica, es lo mismo. Hemos hecho mapas de grandes obras en Sudamérica, de infraestructura —obras hidráulicas y demás—, obras que conocemos, no a la perfección, pero las conocemos en general. Tenemos que emprender estas cosas, y también tenemos que hacerlo en África. Tenemos que hacerlo en Asia y en todas partes.