por Cynthia R.
Rush
El
Presidente de Argentina, Néstor Kirchner, está demostrando una
nueva cualidad de conducción y combatividad en respuesta a lo acelarado
de la desintegración del sistema financiero mundial. Kirchner no ha
dejado de atacar al Fondo Monetario Internacional ni a los fondos buitres
especuladores de los que el FMI es vocero, por haber saqueado y hundido a la
Argentina en la miseria y el endeudamiento. También ha rechazado sus
demandas de que reabra el canje de bonos para reestructurar 82 mil millones de
dólares de deuda morosa, aun cuando los procesos entablados por dos de
los fondos buitres, NML Capital y EM, Ltd., ahora amenazan con descarrilar la
reestructuración.
En el
discurso que pronunció el 14 de abril (ver documentación) en
Berlín, en la Fundación Friedrich Ebert, del Partido
Socialdemócrata de Alemania, Kirchner mostró una forma
cualitativamente diferente de pelear, que tiene con los pelos de punta a los
centros internacionales de la usura.
Fue
enérgico al anunciar que la lucha por un nuevo orden económico
mundial, y por la incorporación de la cooperación
científica y tecnológica internacional, sería la piedra
angular de la política exterior de Argentina. En efecto, dijo, el mundo
necesita una nueva arquitectura financiera.
Argentina
ha pasado por una crisis terrible, dijo, pero hay otros países que viven
situaciones mucho peores, países a los que las “políticas de
ajuste” del FMI prácticamente están arrasando. De
allí que, “la generación que nosotros representamos,
aquéllos que. . . nos incorporamos a la política porque
creíamos que el mundo se puede cambiar. . . realmente debemos
tener la valentía y la decisión de ayudar a crear ese nuevo orden
internacional que dé la posibilidad de vivir en un mundo mucho más
equilibrado y justo”. Ya es hora de que el mundo entero reaccione a la
crisis y la dictadura mundiales obra de la “tecnocracia” del FMI y
de otras agencias acreedoras multilaterales, dijo Kirchner. De ahí que,
tiene que haber una “discusión fuerte y racional” sobre la
necesidad de modernizar a estas agencias multilaterales, “comenzando por
el FMI”.
La
responsabilidad que Kirchner ha asumido no está desconectada de la
función que históricamente ha tenido en Argentina esa figura del
Partido Demócrata de los EU, Lyndon LaRouche, en especial desde que
Argentina cayó en mora en diciembre de 2001. Casi no hay discurso en el
que LaRouche no mencione a Argentina como un ejemplo de la demencia destructiva
del FMI y los fondos buitres, que arrasaron con los impresionantes niveles de
desarrollo industrial, de vida, y de avance científico y
tecnológico que tenía el país.
Sí
‘hay vida vida después del FMI’
“Hay
vida después del FMI, y es muy buena vida”, dijo Kirchner durante
su visita a Alemania. La aseveración de Kirchner le recordó a
muchos observadores la consigna hecha famosa por el informe especial de EIR de 1995, “Sí hay vida después de la muerte del
FMI”, mismo que volvió a figurar en las noticias internacionales
este año, cuando un miembro del Movimiento de Juventudes Larouchistas
(MJL) le entregó una libra de carne al mandamás del Fondo
Monetario Internacional Rodrigo Rato en Bogotá, Colombia, al tiempo que
le mostraba a la prensa una copia del informe de EIR.
El propio
Kircher fue abordado el 5 de mayo por dos miembros del MJL cuando visitaba la
ciudad argentina de Cipolletti, en la provincia de Río Negro. Los
jóvenes le mostraron un ejemplar del Resumen Ejecutivo de la 2a
quincena de abril de este año, cuya noticia de tapa es “LaRouche:
Los próximos cincuenta años de la Tierra”. Cuando el
Presidente vio a los de la Juventud Larouchista, se apartó de los
periodistas y se acercó a ellos. Una de las organizadoras del MJL le
dijo: “¡Muy bien lo de Berlín! ¡Siga así!” Y
le entregó la revista. El Presidente le apretó la mano, y luego se
la besó.
Ahora, en
el ambiente generado por la aprobación del Parlamento italiano de la
propuesta de reforma financiera de LaRouche y otros avances, Kirchner y sus
aliados han llevado su pelea a un nivel cualitativamente superior.
Esto lo
reflejó un artículo del ex presidente Eduardo Duhalde, que
publicó el diario Clarín de Buenos Aires el 25 de abril.
Duhalde acusó a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a
otras entidades regionales de desatender la actual crisis que vive Ecuador, cuyo
Gobierno cayó el 20 de abril, porque no quieren ver la
“inviabilidad” del modelo de la dolarización que le
impusieron a esa nación los mismos intereses financieros que lo hicieron
en Argentina, destruyendo la industria y desatando “la
tragedia”.
“Era
previsible que ese modelo económico amenazara con implosionar y que ello
pondría a los ecuatorianos al borde de la guerra civil”,
escribió Duhalde. “La fragilidad de la democracia, el
debilitamiento de las instituciones y el descrédito de la
política, igualaban el panorama con la Argentina del
derrumbe”.
¡Investiguen
a los fondos buitres!
Igual de
combativo fue el legislador argentino Leopoldo Moreau, de la Unión
Cívica Radical, cuando le propuso al Congreso el 25 de abril establecer
una Comisión Investigadora de los fondos buitres. Los argentinos tienen
que unirse para enfrentar la “descarada presión del Fondo Monetario
Internacional que actúa como lobbista de los denominados ‘fondos
buitres’ ”. Dijo que los especuladores pretenden torcerle el
brazo a Kirchner para obligarlo a reabrir el canje, y atacó la
“evidente hipocresía de los funcionarios del FMI”, que le
exigen a Argentina que “altere” el “plan de pago ordenado de
la deuda. . . para atender las necesidades de un puñado de
inescrupulosos que actúan amparados en siglas fantasmas. . .
con un accionar típicamente mafioso”. Ya es hora, concluyó
Moreau, de determinar si hay “actos de corruptela” que liguen a
estos especuladores “funcionarios de estamentos
internacionales”.