Su
beatitud el cardenal Nasallah Boutros Sfeir de Líbano, patriarca de
Antioquia y de todo el Oriente, visitó los Estados Unidos del 14 al 21 de
marzo y fue recibido por muchos funcionarios importantes de todo el país,
entre ellos el presidente Bush y el secretario general de la ONU Kofi
Annan.
El
patriarca maronita, reconocido en Líbano por todas las religiones y
sectas como “la conciencia de su nación”, realizó esta
gira diplomática por los Estados Unidos en un momento de gran peligro y
tensión para su país. La muy complicada situación actual en
Líbano se mece al borde de un precipicio entre la guerra y la paz. No
obstante, el pueblo de Líbano, pese a sus diferencias, tiene una
determinación unificada: no caerá en la provocación de otra
guerra y defenderá, no sólo la independencia y soberanía de
su nación, sino también la de sus vecinos.
El
patriarca transmitió este mensaje constante durante toda su visita a los
Estados Unidos, tanto en sus reuniones privadas con dirigentes políticos
y religiosos como en sus reuniones públicas. En sus discursos, uno
podía escuchar un eco vivo del Tratado de Westfalia, con el cual
terminó en 1648 la sangrienta guerra de los Treinta Años en
Europa. Los principios de ese Tratado —“esta paz tiene que guardarse
con tanta honestidad y seriedad, y alentarse de modo que cada parte promueva la
ventaja, el honor y la ventaja del prójimo”— brillaron en sus
discusiones en la Casa Blanca, el Congreso, el Senado y en las Naciones Unidas.
Participantes en esas reuniones le dijeron a EIR que muchas de las partes
bajaron el tono de sus demandas y de su retórica ante la autoridad serena
y resuelta del patriarca.
El
patriarca le concedió la siguiente entrevista a la corresponsal de
EIR Nina Ogden el 18 de marzo.
EIR:
Como sabe, hemos estado discutiendo el concepto de LaRouche de una Nueva Paz de
Westfalia con nuestros amigos mutuos en Líbano, que se basa en el acuerdo
que trajo la paz a Europa luego de la guerra de los Treinta Años.
Sfeir:
Ésta es nuestra imagen, y espero haber podido transmitir el mensaje en
este país, el mensaje de que lo que queremos en Líbano son buenas
relaciones con todos los países de la región. Lo que es bueno para
Líbano es lo que es del interés común de todos nuestros
vecinos. Nosotros en Líbano queremos paz. Queremos ser buenos amigos de
todos nuestros vecinos. Queremos caminar juntos de la mano, corazón con
corazón.
EIR:
Muchos temen que la intención de algunos en los Estados Unidos y otros
países sea usar a Líbano como una carta en la región para
provocar la guerra.
Sfeir:
Espero que todos hayan entendido mi mensaje. Líbano tiene que ser
independiente, soberano y libre. Hasta ahora no hemos sido libres. Ahora Siria
tendrá respeto hacia Líbano en tanto país soberano, y
Líbano tendrá respeto por Siria como un país soberano. Como
país libre, en Líbano no debe haber ninguna interferencia de
ningún país del mundo.
EIR:
Cuando se reunió con el presidente Bush en la Casa Blanca, ¿usted
cree que él entendió esto?
Sfeir:
Estoy seguro de que él entiende nuestra posición, porque yo le
envié un mensaje antes de venir aquí explicándole esta
posición y el marco de la situación de nuestro país. Yo le
recalqué que un Líbano independiente, soberano y libre desea que
todos nuestros vecinos también sean libres y amistosos.
EIR:
¿Qué clase de ejemplo espera que pueda ser Líbano?
Sfeir:
Yo espero que Líbano pueda ser un ejemplo de paz, de superación de
los problemas del pasado. No hay motivo para que país alguno de fuera
interfiera en una nación libre. Cuando tengamos paz, podemos crear
empleos y un futuro de esperanza que pueda hacer que nuestros jóvenes
regresen de todo el mundo.
EIR:
Entiendo que usted ha identificado este concepto en las palabras del papa Pablo
VI, de que “el desarrollo es el nuevo nombre de la paz”.
Sfeir:
¡Exacto! Es cierto que nuestros jóvenes deben ser capaces de
descubrir esto por su cuenta. Muchos de nuestros jóvenes, musulmanes y
cristianos por igual, fueron echados de nuestro país por la falta de
empleos y de esperanzas. Fueron echados al extranjero y ahora viven en otros
países de todo el mundo. Espero que sean felices y que regresen a
Líbano cuando tengamos paz y un gobierno propio que pueda planificar el
desarrollo de nuestro país.
EIR:
Había cientos de jóvenes en la recepción que le dieron, y
parecían muy contentos con lo que usted les decía.
Sfeir:
Yo creo que los jóvenes entienden mi mensaje. Hubo muchos
aplausos.
EIR:
Creo que estaban tan entusiasmados, que si usted les hubiera pedido que
regresaran a Líbano con usted la próxima semana, lo hubieran
hecho.
Sfeir:
Oh, desearía que pudieran hacerlo, pero todavía no; aún no.
Deben regularizarse las cosas para ellos. Por eso estamos trabajando tan duro en
las nuevas elecciones, para que los jóvenes tengan esperanza, para que
los jóvenes de todas las religiones y sectas tengan una perspectiva de
futuro, de modo que no tengan que enfrentar el miedo ni la opresión, sino
que tengan esperanza en el futuro.