por William F. Wertz, Jr.
Con esta
sexta entrega concluimos nuestra serie sobre el sinarquismo en
México.
El 6 de
agosto de 1940 Salvador Abascal tomó la dirigencia de la Unión
Nacional Sinarquista (UNS). Su padre era abogado y un hacendado de clase, quien
fue un miembro importante de la Unión Popular, o la “U”.
Antonio Santacruz, el jefe de La Base, conocía a Abascal desde 1935, y
fue él quien lo nombró como el nuevo jefe de La Base. Según
un informe ahora desclasificado que escribió Harold Braman el 30 de marzo
de 1942: “Los agentes alemanes han. . . tramado un plan para que
los falangistas españoles tomen control de buena parte de la directiva
activa de la unión, por el deseo de mantener todo con una cultura y
lenguaje españoles para el consumo público. Abascal probó
ser el “paniaguado” ideal como dirigente, pues aceptaría
órdenes y tenía buenas relaciones con el arzobispo de
México. . . Fue educado en el seminario de Morelia, cuando el
rector era Luis María Martínez, ahora arzobispo de todo
México. Hizo gran amistad a la sombra de esta poderosa figura de la
Iglesia, y mostró afición por el trabajo político agresivo
de la Iglesia”.
Entre los
predecesores de Abascal estaba José Antonio Urquiza, quien, aunque no era
un jefe oficial de la UNS, devino en un ídolo del grupo cuando lo
asesinaron el 11 de abril de 1938. La UNS alegaba que lo asesinaron por
órdenes del presidente Lázaro Cárdenas, aunque
después se supo que fue uno de sus propios peones. Como sea, la UNS le
dio el trato de mártir, comparable a José Antonio Primo de Rivera,
el fundador de la Falange en España.
El primer
jefe oficial de la UNS fue José Trueba, desde su fundación hasta
octubre de 1938. Le siguió Manuel Zermeño Pérez, hasta
agosto de 1940. A él lo apuñalaron en un mitin sinarquista el 12
de enero de 1939 en Tepic, Nayarit.
Abascal
era un fascista antisemita bien decidido a acabar con la Revolución
Mexicana, de la que responsabilizaba, al igual que sus compañeros
sinarquistas, a las actividades que el embajador estadounidense Joel Poinsett
realizó en 1822. Una muestra típica de su mentalidad son dos
libros que escribió después de encabezar la UNS, pero aún
como dirigente de La Base: La revolución antimexicana (1978) y
La Constitución de 1917, destructora de la nación (1984).
Bajo su mando, la UNS fue antiestadounidense y pro falangista.
Aunque
negaba que él y la UNS fueran nazis, Abascal propagaba la línea
antisemita y antiestadounidense urdida en Berlín por el nazi Instituto
Iberoamericano de Wilhem von Faupel: “Solo la fe en la cultura hispana, en
la Hispanidad, y en la integración política de toda
Hispanoamérica, puede librarnos del hipócrita imperialismo
judío–yanqui, cuyo único objetivo es la destrucción
de nuestra esencia”.
En la
Tercera Reunión Nacional Sinarquista realizada en octubre de 1941,
Abascal anunció que encabezaría la colonia de Baja California, y
que le entregaría la dirigencia de la UNS a Manuel Torres Bueno, quien
tomó posesión el 13 de diciembre de 1941. Como demostramos antes,
el proyecto de colonización estaba diseñado para servir a los
intereses de las potencias del Eje. El propio Torres Bueno era un colaborador
cercano del nazi Helmuth Schreiter, y también de Abascal. Sin embargo,
después de lo de Pearl Harbor, Santacruz y el Consejo Supremo de La Base
presionaron fuertemente a Torres Bueno para que cambiara la línea de la
UNS y que le negara a Abascal los recursos que necesitaba para sacar adelante el
proyecto de colonización.
En
diciembre de 1942 Abascal regresó a la Ciudad de México y
empezó a oponerse al cambio que la UNS estaba experimentando. En julio de
1943 leyó algunos ejemplares de El Sinarquista, en donde los
nombres de Miguel Hidalgo y José María Morelos, dos sacerdotes
católicos que encabezaron el movimiento de Independencia de
México, a quienes él consideraba como traidores, aparecían
al mismo nivel que el emperador Agustín de Iturbide, quien, según
él y el agente jesuita Bernard Bergoend, era uno de los mayores
héroes de México. Abascal también estaba en desacuerdo con
la forma en que El Sinarquista caracterizaba la política del
“Buen Vecino” de Roosevelt como absolutamente sincera. Abascal
veía en los Estados Unidos el enemigo de México, y decía
que nunca había creído en la política del Buen Vecino, y
que jamás lo haría en tanto los EU no se convirtieran al
catolicismo”.
En 1943
remplazaron a Alfonso Trueba, el director de El Sinarquista, porque no
quería imprimir artículos pro estadounidenses. En diciembre de
1943 Torres Bueno declaró que el sinarquismo apoyaría el
panamericanismo y la unidad continental. Abascal presentó
reparos.
En abril
de 1944 Abascal le escribió a Torres Bueno diciéndole que lo
molestaba igual el enterarse de la exoneración de Benito Juárez en
un mitin realizado en León. Abascal consideraba un traidor a
Juárez, quien, al convertirse en Presidente de México en 1867,
forjó una alianza con el presidente estadounidense Abraham Lincoln
durante la Guerra Civil en los EU. Torres Bueno rompió esta
opinión común entre los sinarquistas como parte de la
adaptación oportunista de la UNS al esfuerzo bélico que
encabezaban los EU.
Abascal
también le reprocha en una carta a Torres Bueno lo que consideraba era el
acto más vergonzoso: poner al mismo nivel el cristianismo del pueblo
mexicano con el de los EU protestantes. Abascal escribió que pensaba que
el destino era la cultura hispana y la batalla ideológica contra el
imperialismo yanqui.
En 1944
Abascal fue expulsado de la UNS. Pronto le siguieron José y Alfonso
Trueba Olivares, entre otros.
Sin
embargo, bajo la presión de las críticas de Abascal, la UNS estaba
desesperada por demostrar que no se había vendido a los
“imperialistas” ni abandonado su posición radical contra la
Revolución Mexicana. De ahí que, Juan Ignacio Padilla, el segundo
al mando en la UNS, escribió dos artículos en El
Sinarquista del 22 de junio de 1944, en los que declaraba que el presidente
Manuel Ávila Camacho estaba bajo la influencia de fuerzas dirigidas a
sovietizar al gobierno, y hacía una petición sediciosa al
Ejército para evitar un golpe comunista. Padilla presumía haber
reunido un ejército de quinientos mil soldados dispuestos a darle a
México un gobierno con verdadera autoridad, preguntando si un
régimen puede llamarse gobierno cuando lo preside un hombre que prefiere
dejar a su pueblo a merced de los buitres para que éstos no se
molesten.
Esta
petición al Ejército era una respuesta a los rumores de que
habría una huelga general el 5 de julio, por una disputa laboral en
Puebla. Padilla dijo que esta huelga era insurrección.
El
gobierno prohibió de inmediato las reuniones sinarquistas en los ocho
estados donde eran más fuertes. En una semana, la prohibición ye
se había extendido a 28 estados. El Sinarquista quedó
suspendido y a Juan Ignacio Padilla lo enjuiciaron acusándolo de injuriar
al Presidente, alterar la paz, violar la ley de prensa, y de traidor. El 5 de
julio el fiscal del juicio denunció que el sinarquismo era una mezcla de
fascismo español e italiano, del “jonsismo” de Ramiro
Ledesma y del tradicionalismo de Vásquez de Mella, dos dirigentes
faccionales de la Falange Española.
La
gravedad del llamado de la UNS a las armas lo pone de relieve el hecho de que,
el 10 de abril de 1944, un joven teniente, José Antonio de la Lama y
Rojas, que estaba de guardia en el elevador privado del presidente Ávila
Camacho en Palacio Nacional, le disparó a quemarropa al Presidente, pero
falló en asesinarlo. Dos días después el teniente
murió de heridas de bala que recibió cuando intentaba escapar de
prisión. Vicente Lombardo Toledano circuló de forma pública
fotos de De la Lama con un cura jesuita de apellido Sáenz, quien,
según Mario Gill, era uno de los jesuitas asesores de la UNS. El
semanario Tiempo publicó un informe del sepelio de De la Lama, que
tuvo lugar el 14 de abril en la sede de la UNS. Poco después logró
prevenirse un bombazo contra Ávila Camacho, un par de ex presidentes y
otros funcionarios. Los 20 conspiradores admitieron que eran
sinarquistas.
En
respuesta al llamado de Padilla al Ejército, el capitán
Castañeda Chevarría, amigo de De la Lama, instó al
amotinamiento a varios reclutas en un campo de adiestramiento.
En
octubre de 1944 La Base le pidió a Torres Bueno renunciar, pero
rehusó hacerlo. Su presunto remplazo, Gildardo González
Sánchez, también declinó al cargo. La Base mandó
hombres armados para que tomaran las instalaciones de la UNS y acusaran a Torres
Bueno de peculado. En ese momento, Torres Bueno, que había impuesto el
giro exigido por Santacruz, rompió con sus controladores.
En
febrero de 1945 el Consejo Supremo de La Base eligió a Carlos Athie
Carrasco como nuevo jefe de la UNS, creándose así dos
organizaciones, la de Torres Bueno (UNS–MTB) y la de Athie
(UNS–CAC).
En mayo
de 1945 a Bueno lo reemplazó en su facción su amigo Gildardo
González Sánchez, quien encabezó a la UNS–MTB por dos
años.
Según
Gil, la UNS–CAC tomó control del periódico El
Sinarquista, y la UNS–MTB creó uno nuevo, Orden. Athie
tuvo que dejar su cargo luego, debido a que lo acusaron de haber robado al Banco
Internacional Inmobiliario. Lo sustituyó Hernán Leal
Zetina.
En
febrero de 1946 la UNS–MTB entró al ambiente electoral con el
Partido Fuerza Popular, a pesar de que la UNS siempre lo había evitado.
Enrique Morfín González fue el primer presidente del partido, el
cual publicaba su propio periódico, El Poder. En su primera
incursión en la política electoral, sólo un candidato
ganó un escaño en la Cámara de Diputados, pero éste
renunció a la UNS–MTB menos de un año después y
pasó a ser un burócrata de alto rango. La UNS–MTB
alegó fraude electoral.
La
inconformidad que causó el servilismo de Torres Bueno con el gobierno
resultó en el remplazo de González Sánchez con Luis
Martínez Narezo de abril de 1947 hasta 1949. El cambio fue bien recibido
por Abascal y José Vasconcelos.
De nuevo
la UNS–MTB regresó a su antigobiernismo militante. En diciembre de
1948 miembros de Fuerza Popular organizaron un mitin frente a la estatua de
Benito Juárez en la Alameda Central de la Ciudad de México, en el
que le pusieron una capucha negra en la cabeza a Juárez. Al partido le
quitaron el registro un mes después, el 28 de enero de 1949. El dictamen
decía que las actividades antipatrióticas del Partido Fuerza
Popular, su naturaleza confesional, su campaña de proselitismo basada en
agitar los sentimientos religiosos, su ardiente deseo de modificar la
organización política del país mediante la violencia,
añorando épocas que de plano ya pasaron, y la similitud de su
estructura con la del fascismo, habían quedado demostradas de forma
irrebatible por los tristes acontecimientos del 19 de diciembre en el hemiciclo
a Juárez, obra de Fuerza Popular y la UNS.
En 1950
el propio Juan Ignacio Padilla reemplazó a Martínez Narezo. Con
Padilla, la línea editorial de Orden siguió atacando el
“imperialismo yanqui” y la dominación materialista de los
anglosajones.
La
facción contraria siguió publicando El Sinarquista, bajo la
dirección de Hernán Leal Zetina, quien acusó a Padilla de
haberse pasado al bando de los comunistas, por sus ataques a los EU durante la
Guerra Fría. Según Gil, era evidente que la facción en los
EU que había financiado a Torres Bueno antes, luego financió al
grupo de Leal Zetina. El Sinarquista fue el único periódico
en México que se atrevió a apoyar el Tratado de Asistencia Militar
México–Norteamérica.
En 1954
hubo otro intento de formar un partido político, el Partido de la Unidad
Nacional, pero les negaron el registro el 28 de octubre de 1954 porque no
contaba con el número de afiliados que la ley exigía. El 23 de
mayo de 1954 los sinarquistas celebraron su diecisiete aniversario. Antonio
Martínez Aguayo sucedió a Padilla como jefe de la UNS; luego le
siguieron Ignacio González Gollaz, David Lomelí Contreras y David
Orozco Romo.
Según
Gil, en 1954 la UNS devino en una organización más peligrosa que
antes, pues creó una serie de escuelas primarias, y fundó el
Instituto Nacional de Capacitación y Adiestramiento Sinarquista
Adrián Servián (INCAS) en la Ciudad de México, el Instituto
Regional de Capacitación José Antonio Urquiza (IRCJAU) en la
ciudad de Querétaro y el Instituto Regional de Capacitación
Teresita Bustos (IRCTB) para mujeres en Celaya, Guanajuato.
Según
Gil, los institutos sinarquistas eran escuelas militares y confesionales de
corte medieval, y el propósito de la reorganización sinarquista de
1954 era tomar a México desde dentro e imponer una forma de fascismo
sinarquista clerical.
La UNS
hoy
La
división de la UNS de 1945 continúa hoy, como lo refleja el hecho
de que hay dos sitios electrónicos de la UNS. El primero,
www.sinarquismo.americas.tripod.com/index, es el sitio de la facción
UNS–MTB que Padilla dirigía en 1951. Su publicación
todavía es Orden. Esta facción cuenta la siguiente
historia:
En 1971
organizaron el Partido Demócrata Mexicano (PDM). En 1982 su candidato
presidencial Ignacio González Gollaz obtuvo más de 500.000 votos.
En 1988 Magaña Negrete obtuvo casi 700.000, pero “el usurpador
Salinas” (Carlos Salinas de Gortari) amenazó con quitarles el
registro si no lo reconocían como presidente. Al negarse, perdieron el
registro.
En
1992–96 un grupo de dirigentes corrompieron la vida interna de la UNS,
generando una crisis. Esto llevo a que el PDM desapareciera. Renunciaron a la
UNS y formaron, junto con ex panistas y seguidores del ex presidente José
López Portillo, un nuevo partido: el Partido Alianza Social
(PAS).
En 1996
Leonardo Andraca Hernández se convirtió en el dirigente nacional.
Con él, esta facción de la UNS se concentró en la
reconstrucción del movimiento, con el fin de recuperar el enfoque
nacionalista y popular del movimiento.
En el
2000 determinaron que el movimiento dejaría de participar en lo
electoral, para concentrarse en la reconstrucción interna y en regresar a
sus principios. En el 2002 comenzaron un período de intensa acción
social. El licenciado Magdaleno Hernández Yáñez es su jefe
nacional en la actualidad.
El otro
grupo, que es una continuación de la UNS–CAC controlada por La Base
y sigue publicando El Sinarquista, tiene la siguiente dirección
electrónica: www.geocities.com/capitolHill/Senate/9136. En abril de 1996
Clemente Gutiérrez Pérez tomó la dirección
nacional.
Gutiérrez
Pérez concedió una entrevista el 27 de junio del 2002 a
FalangeHoy. Casi todas las opiniones que expresó en esa entrevista
son idénticas a las de Fernando Quijano y Marivilia Carrasco del
Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIA). Gutiérrez Pérez
dijo que la meta de la UNS es restaurar el orden social cristiano sobre la base
de la doctrina social de la Iglesia. La UNS rechaza la teología de la
liberación y alega rechazar la posición de la “sede
vacante”, de que el papa no es legítimo. Heredaron los ideales
cristeros y de la Asociación Católica de Jóvenes Mexicanos
(ACJM), y consideran la Revolución Mexicana como satánica y
jacobina.
Al
preguntársele cuál era la actitud de la UNS hacia el presidente
mexicano Vicente Fox, quien es miembro del Partido Acción Nacional, dijo
que miembros de la UNS lo veían con buenos ojos, pero que Fox no ha
cumplido ninguna de sus promesas. Específicamente, Fox ha seguido los
dictados de grupos internacionales y no ha contravenido el Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica (TLCAN), el cual según Gutiérrez
Pérez sólo beneficia al vecino del norte (en realidad, como ha
demostrado EIR, el TLCAN no beneficia ni a los EU ni a México,
sino sólo a los banqueros y saqueadores financieros que depredan a ambas
naciones).
Al igual
que Abascal y los primeros sinarquistas, él culpa al embajador
estadounidense del siglo 19, Poinsett, por establecer logias masónicas en
México que impusieron un sistema republicano totalmente ajeno a la forma
de vida empresarial mexicana derivada de la época colonial.
Después,
Gutiérrez Pérez pasa revista a las organizaciones con las que su
facción de la UNS colabora en México y a nivel internacional. En
México, tienen relaciones solidarias y de apoyo mutuo, y realizan algunas
actividades en común con el Partido Católico Mexicano y el
Movimiento Católico Nacional Cristo Rey.
En
España, trabajan con toda una caterva de organizaciones falangistas: la
Falange Española Tradicionalista de las Juntas Ofensivas
Nacional–Sindicalista (JONS), la Falange Española Independiente, la
Comunidad Tradicionalista, las Juventudes Tradicionalistas Españolas y
Fuerza Nueva.
En
Argentina, con Patria Argentina.
En los
EU, con grupos de mexicanos radicales y un grupo de cubanos
exiliados.
En
Inglaterra, con la Tercera Posición Internacional y la Voz de San
Jorge.
La
importancia de esta red que identifica Gutiérrez Pérez, es que es
paralela a la del MSIA. Algo que tiene una particular importancia, es el hecho
de que la UNS colabore con Fuerza Nueva, que es el partido franquista fascista
que Blas Piñar fundó en 1966 con la idea de mantener vivos los
ideales del 18 de julio de 1936, fecha en que Francisco Franco Bahamonde
encabezó un motín en el Marruecos español contra la
República española, desencadenando la Guerra Civil
española. En la época de Franco, Piñar, un protegido del
almirante Luis Carrero Blanco, el segundo al mando después de Franco,
estaba a cargo del Instituto de Cultura Hispánica.
Como ha
documentado EIR, luego de la conferencia fundadora del MSIA en Tlaxcala,
México, Marivilia Carrasco viajó a España para conocer a
Blas Piñar. A su regreso a México, y junto con su controlador en
los EU, Fernando Quijano, cambió la orientación del MSIA hacia una
alianza con Blas Piñar y su red de fascistas sinarquistas europeos y
latinoamericanos, quienes representan hoy la amenaza terrorista contra los EU
que LaRouche ha identificado.
La
Tercera Posición es la organización de Roberto Fiore, quien
huyó a Inglaterra después del bombazo ferroviario de Bolonia,
Italia, en 1980. Después de esto Fiore fundó una nueva
organización en Italia llamada Forza Nuova, muy relacionada con la Fuerza
Nueva de Piñar y aliada políticamente en Italia con Alessandra
Mussolini, la nieta de Il Duce.
El 16 y
17 de noviembre del 2002 la Falange Española y la Fuerza Nueva
organizaron una reunión en Madrid, a la que asistieron Fiore, y el
capitán argentino (r.) y miembro del Partido Popular para la
Reconstrucción, Gustavo Breide Obeid, cuyo hermano asistió a la
conferencia del MSIA en Tlaxcala. Alejandro Peña de Venezuela
mandó el 26 de enero del 2003 un mensaje de apoyo para que hubiera una
conferencia de seguimiento.
También
se sabe que el MSIA ha estado en contacto con el director de Patria Argentina.
Es más, ahora está confirmado que en los 1990 Marivilia Carrasco y
la dirigencia del MSIA estaban en contacto directo con Salvador Abascal,
quién visitó sus oficinas varias veces antes de su muerte en el
2000.
El MSIA
también mantenía contacto directo con Salvador Borrego, el
principal ideólogo sinarquista antisemita de México en la
actualidad, quien era un colaborador cercano de Abascal. Borrego escribía
en la publicación de Abascal, La Hoja del Combate, establecida en
1968. El prólogo de uno de sus libros, Derrota mundial, lo
escribió José Vasconcelos, el miembro pro nazi del falangista y
clandestino Consejo de la Hispanidad, el cual controlaba a la UNS.
Para
continuar con la entrevista, Gutiérrez Pérez expresó, como
era de esperarse, su oposición total al ateo sistema marxista y al
capitalismo liberal. Su alternativa es la Falange Española, cuyo
fundador, José Antonio Primo de Rivera, también era uno de los
personajes favoritos de Fernando Quijano, quien solía tener un retrato
del general Franco en su oficina.
Aunque
Gutiérrez Pérez apoyaba al ex jefe del Gobierno español
José María Aznar, criticaba a España por colaborar con
países anglosajones y árabes, en vez de concentrarse en la
relación de la madre tierra España con sus antiguas
colonias.
Al igual
que los dirigentes del MSIA, ve de modo favorable el período de la
reconquista española contra los moros, y ataca a los monarcas borbones,
es decir, a Carlos III, por su acento puramente mercantil, como él lo
llama.
Gutiérrez
Pérez dice que no puede negar que el sinarquismo tomó algunos
elementos de los nazis y los fascistas italianos, como la organización
militarizada, el uso de uniformes, bandera y saludo, pero alega que éstos
eran ateos, nihilistas y nietzscheanos, en tanto que la UNS es
social–cristiana. Alega que el sinarquismo tiene más en
común con la Falange Española y los legionarios rumanos de
Cornelio Codreanu, que con los nazis y los fascistas italianos. No le importa
que las legiones rumanas combatieron con los nazis en el frente oriental contra
la Unión Soviética, ni que al general Franco, cuyas Legiones
Azules también pelearon al lado de los nazis en el frente oriental, lo
hayan puesto en el poder Hitler y Mussolini.
Dio otra
entrevista el 18 de Mayo del 2003 a The Voice of St. George en
Inglaterra. Recalcó que la UNS quiere transformar las instituciones
mexicanas —a las que también tilda de masónicas
liberales— conforme a la doctrina social de la Iglesia, a fin de crear un
orden social cristiano. Insiste que desde la ejecución de Agustín
de Iturbide (el héroe de Abascal y Bergoend) México no ha tenido
un gobierno congruente con su origen católico hispano, nacido gracias al
deseo divino de la Virgen de Guadalupe. Abrazando la misma perspectiva de Samuel
Huntington y los nazis, insiste que existen dos Américas:
Hispanoamérica y la América anglosajona.
El Yunque: La Base
reorganizada
Así
como la UNS sigue existiendo hasta hoy, también existe La Base que la
controla a ella y al PAN. En el 2003 Álvaro Delgado publicó en
México un libro llamado El Yunque: La ultraderecha en el poder, el
cual reveló que en 1955, tres años después de que James
Jesús Angleton mandara a William F. Buckley, Jr. a montar la primera
oficina de la CIA en la Ciudad de México y un año después
de la reorganización de la UNS que describe Mario Gil, La base se
reorganizó para convertirse en la Organización Nacional del Yunque
(ONY). En los 1960 y 1970 el Yunque creó tres organizaciones
universitarias: el Frente Universitario Anticomunista (FUA) en Puebla, en 1955;
el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) en la Ciudad
de México, en 1961; y a los Tecos en la Universidad Autónoma de
Guadalajara (GUIA), en 1971.
Después
del Vaticano II en 1965, surgieron dos facciones. La facción de los Tecos
de Guadalajara adversaba a los papas que patrocinaron y emprendieron las
reformas del Vaticano II. Ésta es la facción de la sede
vacante. Abascal identificó en 1971 al hijo del fundador de la
Unión popular, Anacleto González Flores, como jefe de los Tecos.
Esta facción la controla el cabecilla de la familia más rica de
Jalisco, Leaño Álvarez del Castillo, quien es propietario de la
Universidad Autónoma de Guadalajara. Esta facción de los Tecos,
que está vinculada con el finado cismático Marcel Lefebvre,
considera a los papas del Vaticano II como “comunistas y
judíos”.
La
facción del Yunque, que está ligada a la Falange y controla a la
facción de la UNS que encabeza Gutiérrez Pérez, dice ser
favorable al papa, basados en conceptos como la Iglesia ultramontana y la
infalibilidad del papa. Abascal, quien fue miembro de La Base y jefe de la UNS
en los 1940, fue dirigente del Yunque hasta su muerte en el 2000. Sus dos hijos,
Carlos, actual secretario del Trabajo en el gabinete de Fox, y Salvador, un
congresista de la Ciudad de México por el PAN, son miembros del Yunque.
Como ya señalamos, la dirigencia del MSIA en la Ciudad de México
estuvo en contacto directo con Salvador Abascal en los 1990. En 1972 el Yunque
creó una orden religiosa llamada la Sociedad Cruzados de Cristo Rey, cuyo
propósito era infiltrarse en el Ejército mexicano, el
bastión de la Revolución Mexicana. Desde 1985 han sido los
consejeros espirituales del Ejército mexicano.
6.
Conclusión
Contrario
a lo que dicen Samuel Huntington y la UNS, y en sus patéticos imitadores
del MSIA, tales como Fernando Quijano y Marivilia Carrasco, no hay un choque de
civilizaciones inherente entre los EU y las naciones de Iberoamérica.
Quienes impulsan semejante política no son más cristianos que
Hitler, Franco, el gran inquisidor español Tomás de Torquemada o
Dick Cheney. El nuevo orden social cristiano que proponen los sinarquistas, no
importa qué tan seguido citen falsamente las encíclicas papales en
nombre de su programa nazi racista, no es otra cosa que la promoción de
una nueva Era de Tinieblas anticristiana.
La
identidad cultural positiva de Iberoamérica no yace en el concepto
sintético de hispanidad que desarrolló el Instituto
Iberoamericano de Hitler en Berlín, y que el Consejo de la Hispanidad de
Franco impulsó. Más bien, es la identidad republicana que los
iberoamericanos tienen en común con los Estados Unidos de América,
identidad basada en el legado de Godofredo Leibniz del modo que lo expresan la
creación de los EU y los esfuerzos por construir naciones de ese gran
amigo de los EU, el rey borbón de España Carlos III.
Fue ese
legado, como lo expresa la colaboración entre Franklin D. Roosevelt de
los EU, y Lázaro Cárdenas de México y su sucesor,
Ávila Camacho, lo que al final derrotó a la amenaza sinarquista en
las Américas y contribuyó a su derrota mundial durante la Segunda
Guerra Mundial.
Hoy el
único líder estadounidense decidido a continuar la perspectiva que
encarna la política del Buen Vecino de Roosevelt, es Lyndon LaRouche. Sin
Roosevelt al mando de los EU en los 1930 y 1940, el Eje
Berlín–Roma–Madrid–Tokio hubiera logrado conquistar al
mundo. Ahora los sinarquistas que se reorganizaron tras la muerte de Roosevelt,
están de nuevo a la ofensiva. Sólo si apoyas a LaRouche
derrotaremos de una vez por todas a la renovada amenaza sinarquista.
- ¿Qué es el sinarquismo?
- Por qué los Sinarquistas odian al rey Carlos III