El juego letal británico: la guerra religiosa
No es la arrogancia de Dick Cheney ni tampoco la demencia más necia que una mula de George W. Bush lo que ha impedido que el gobierno cambie de orientación desde las elecciones del 7 de noviembre. El hecho indiscutible es que, como ha recalcado Lyndon LaRouche, la política de este gobierno la dictan, desde fuera de Estados Unidos, fuerzas oligárquicas financieras principalmente ubicadas en Gran Bretaña. No es una política de Bush y Cheney, ¡es británica!
Hay varios elementos decisivos que deben convencer hasta al más reacio “teórico de conspiraciones” de la certeza de nuestra acusación.
Primero pregúntate: ¿qué fuerza en el mundo responde a condiciones de crisis fomentando guerras religiosas y culturales? ...
continúa. . .
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