'Hay vida después del FMI', dice Kirchner
El presidente argentino Néstor Kirchner dice que sí
“hay vida después del FMI”.
por Cynthia R. Rush
“Hay vida después del FMI, y es muy buena vida”, dijo el
presidente argentino Néstor Kirchner durante su visita a Alemania a
mediados de abril. La declaración de Kirchner le recordó a muchos
observadores la consigna hecha famosa por el informe especial de EIR de
1995, “Sí hay vida después de la muerte del FMI”,
mismo que volvió a figurar en las noticias internacionales este
año, cuando un miembro del Movimiento de Juventudes Larouchistas le
entregó una libra de carne al mandamás del Fondo Monetario
Internacional Rodrigo Rato en Bogotá, Colombia, mientras le mostraba a la
prensa una copia del informe de EIR.
Kirchner le ha declarado la guerra al Fondo Monetario Internacional (FMI),
y amenaza con retirarle su calificación de “acreedor
privilegiado” si sigue condicionando un acuerdo nuevo a la exigencia de
que Argentina reabra su canje de bonos a los especuladores y a los fondos
buitres internacionales que rehusaron participar en la oferta original del
Gobierno.
Se informa que cuando volaba rumbo a Alemania el 11 de abril, Kirchner les
dijo a sus asesores cercanos que estaba harto de los chantajes del FMI y que
consideraría la opción de ponerle un hasta aquí a la
quebrada institución, el principal acreedor de Argentina, al que le ha
pagado unos 12 mil millones de dólares desde que cayó en mora en
diciembre de 2001. Kirchner advirtió que el canje de bonos que
negoció hace poco, que le da 30 centavos por dólar a los tenedores
de los bonos impagos, “de ninguna manera se reabrirá”. En vez
de pagarle al “privilegiado” FMI, Kirchner dijo que prefería
concentrarse en el 76,6% de los bonistas que optaron por participar en la
reestructuración oficial de la deuda.
Luego, el 14 de abril el Presidente argentino dijo en Berlín,
inmediatamente después de una reunión de trabajo con el canciller
alemán Gerhard Schröder, que como su país ha aplicado los
dictados de austeridad del Fondo en el pasado, ha sufrido “una de las
catástrofes socioeconómicas más graves de su existencia,
que hiciera eclosión a finales de 2001”. Dicha catástrofe,
dijo, fue “producto de un modelo político–económico al
servicio de intereses ajenos al bien común que favoreció la
proliferación de los genocidas, ladrones y corruptos”.
Al expresar su gratitud por el apoyo que Argentina recibió de
Alemania en lo álgido de la crisis de la deuda de 2001–2002,
Kirchner pidió una “reestructuración” del FMI, y
anunció la intención de su país de “participar de
manera activa y constructiva en favor de un nuevo orden mundial” y de
“no renunciar a su autonomía en las decisiones”.
'En posición de pelear'
No puede menos que observarse que Kirchner hizo sus comentarios
enérgicos apenas una semana después de la conferencia
internacional que sostuviera Lyndon LaRouche por internet el 7 de abril, en la
que ahondó sobre la crisis de la deuda argentina y la
reestructuración (ver recuadro). LaRouche abordó el tema argentino
en respuesta a una pregunta que le llegó por correo electrónico
desde una reunión que se organizó para escucharlo en el anexo del
Congreso de Argentina.
En el marco de la desintegración del sistema financiero mundial,
LaRouche dijo que el presidente Kirchner está ahora en “una
situación estratégica muy interesante”, como resultado de
pasos recientes hacia la integración física sudamericana que
debatieron los presidentes de Brasil, Colombia y Venezuela con el presidente del
Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero durante su
reunión cumbre del 29 de marzo en Venezuela (ver Resumen ejecutivo de la
1a quincena de mayo de 2005).
Al analizar la situación de Argentina en términos
estratégicos, dijo LaRouche, el canje de reestructuración de bonos
que hizo el presidente Kirchner, aunque “no es deseable en cuanto a sus
efectos”, lo pone “en posición de pelear. . . y
entonces quizá logre una victoria porque está en posición
de pelear”. El compromiso de forjar una integración física
del continente, que fue lo que abordaron los cuatro gobernantes el 29 de marzo,
produce “un cambio total en la situación de
Sudamérica”, dijo LaRouche, y le da a Kirchner una oportunidad para
flanquear la guerra financiera que el FMI y sus aliados fondos buitre han
emprendido contra él.
Ante la realidad de una rebelión regional contra sus dementes
esfuerzos por cobrar la deuda, y de la inclinación de Kirchner a
participar en los esfuerzos de integración continental, los usureros
internacionales y aquellos que sirven a sus intereses andan vueltos locos. En su
discurso en la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
que tuvo lugar en Okinawa, Japón, el 9 y 10 de abril, el ministro de
Finanzas japonés Sadakazu Tanigaki alegó histérico que
“no podemos permitir que la forma en que Argentina lidia con la deuda
siente un mal precedente, porque esto constituiría un riesgo
moral”.
¿Riesgo moral? El verdadero riesgo que plantea Argentina es para el
decadente sistema financiero mundial, en particular si otras naciones
amordazadas por la deuda siguen su ejemplo y desafían al FMI. Como luego
admitieron los participantes en la reunión del BID, la estabilidad
financiera de Brasil los tiene muy nerviosos, pues la burbuja de su deuda de 500
mil millones de dólares eclipsa la de Argentina. Aun cuando Brasil es el
“niño bueno” del barrio (hasta ahora), en cuanto a que aplica
las medidas económicas del FMI al pie de la letra, nadie supone que su
situación financiera esté bajo control.
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