Carlos
Lessa fue nombrado presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico
y Social (BNDES) en enero de 2003, cuando Luiz Inacio Lula da Silva
asumió la Presidencia de Brasil, y ocupó ese cargo hasta noviembre
de 2004. El anterior Gobierno de Fernando Henrique Cardoso había reducido
al BNDES a ser un instrumento que sólo financiaba las privatizaciones del
sector estatal brasileño. Lessa, por encargo de Lula, regresó al
BNDES a su función histórica de ser el principal banco nacional de
desarrollo económico, a la vez que llevó la voz cantante en el
financiamiento de los principales proyectos infraestructurales de
integración física de Sudamérica.
Lessa,
doctor en economía y autor de 12 libros, impulsó desde el BNDES
las ideas de planificación estratégica y de
crédito dirigido, conceptos que le acarrearon la furia de Wall
Street y de sus representantes en Brasil, entre ellos el presidente del Banco
Central, el banquero de FleetBoston Henrique Meirelles.
El 17
de julio de 2003, en una reunión de más de cinco horas del
gabinete presidencial, el presidente del BNDES presentó un estudio
detallado para un plan ambicioso de infraestructura para Brasil, que
requeriría inversiones de entre 90 y 140 mil millones de dólares
por un período de cuatro años. El diario Folha de Sao Paulo
describió la propuesta de Lessa como “una adaptación del
‘New Deal’ de Franklin Roosevelt al Brasil”.
En una
entrevista publicada el 5 de mayo de 2004 por el diario Jornal de Brasil,
Lessa explicó su visión: “¿Con qué sueña
el brasileño? Con tener una sociedad soberana con un ingreso per
cápita más elevado. ¿Cuál es la misión
nacional? Está en el futuro y no tiene ninguna relación con el
mercado. El mercado no construye el futuro; es para el presente. La
función del BNDES es construir el futuro. El BNDES es el segundo banco de
desarrollo más grande del mundo. ¿Qué respalda al BNDES? El
futuro del país. El mercado no hace esto. ¿Tiene el mercado
algún interés en la persona pobre que no tiene dinero para
nada?”
Lessa
tuvo que renunciar a su cargo el 18 de noviembre de 2004, después de que
hizo declaraciones públicas en las que criticaba la política
monetarista que Meirelles seguía en el Banco Central por ser “una
pesadilla”. Un mes más tarde, Lessa explicó: “Di la
entrevista a sabiendas de que podía perder mi trabajo, después que
Meirelles propuso que fuera destruido el sistema de bancos de desarrollo del
país”. Eso no era permisible, dijo, porque esas fuentes de
crédito son la base para “la reconstrucción del Estado
desarrollista brasileño, el cual es, para los neoliberales, es una
pesadilla”.
Lessa,
quien ha regresado a dictar cursos universitarios, sigue siendo un defensor
combativo del dirigismo económico, y del proyecto de aplicar medidas
a la Roosevelt en Brasil. Meirelles, por su parte, hoy enfrenta
acusaciones judiciales por defraudar al fisco y por transferencias monetarias
internacionales ilegales.
Carlos
Lessa le concedió la siguiente entrevista telefónica a Dennis
Small, de EIR, el 18 de abril de 2005.
EIR: En cuanto a la relación entre la infraestructura y el desarrollo
nacional, en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil
(BNDES) usted trató ese tema a fondo. ¿Cuál es su
apreciación del tema de la infraestructura y su relación con el
desarrollo?
Lessa: Mira, la infraestructura tiene por lo menos tres dimensiones por las cuales es
fundamental. La primera dimensión es que ella define el piso inferior de
productividad general. Entonces, lagunas o mala calidad en la infraestructura
impone costos elevados. En Brasil, la interrupción y la
subinversión en infraestructura por el presupuesto, insuficiencia en la
manutención, están alzando de forma trágica los costos
generales de la economía.
Por
ejemplo, en logística, Brasil tiene 17% del PIB como gasto. Mientras que
los países europeos y Estados Unidos están alrededor del 10%. Esto
impone una pérdida general de eficiencia macroeconómica. Esa es la
primera dimensión.
La
segunda dimensión es que la ausencia de inversiones adecuadas en
infraestructura funciona como una prohibición para nuevas inversiones
productivas, porque las dificultades de suministro de energía y otros
problemas logísticos, reducen la inversión privada.
Y por
último, la insuficiencia de inversión en infraestructura tiene un
efecto muy, muy negativo sobre la industria de máquinas y equipos, la
industria de materiales de construcción y sobre el empleo.
Brasil
pudo, hasta más o menos mediados de los años noventa, ir
construyendo un sistema generador de energía eléctrica de muy
buena eficiencia. Ese sistema tenía márgenes de expansión y
tenía una creciente integración a nivel nacional. La
interrupción de inversiones ha producido un episodio trágico, que
fue lo que nosotros llamamos “el apagón”, que fue un
déficit del suministro de energía. Ahora, con un esfuerzo colosal,
en los próximos años Brasil puede resolver otra de estas
situaciones. Nosotros estamos preocupados de que en el 2008 esto puede volver a
ocurrir.
EIR: ¿Y el papel de la energía nuclear? Hoy en día se debate Angra
III, si va a seguir adelante.
Lessa: Sí, se debate Angra III. Angra III es una planta en la cual Brasil ya ha
gastado 1.800 millones de dólares, y no ha producido nada. Nosotros
tenemos una cantidad espantosa de equipos, todos los equipos de la planta
almacenados, pero con costos financieros crecientes. Nosotros lo llamamos un
elefante blanco.[FIGURE 21]
Ahora,
Brasil tiene una situación potencialmente muy cómoda en materia de
uranio, porque tenemos reservas muy grandes. Podemos llegar al tercer lugar
mundial en producción de uranio. Y tenemos el dominio tecnológico
del enriquecimiento de uranio. Eso nos permite suplir de uranio enriquecido la
necesidad mundial, si ésta viene a ser una decisión nuestra. A
mí personalmente me gustaría más que Brasil fuera
exportador de biodiésel y de alcohol (etanol). Brasil está ahora
haciendo un programa, todavía modesto pero de cierta importancia, en
biodiésel.
EIR: Una de las cosas que ha reducido la inversión en infraestructura en
Brasil es el tema de la privatización. Esto se le impuso a muchos
países, incluido Brasil, por otras razones; razones financieras
internacionales, para cobrar el pago de la deuda. ¿Qué posibilidades
hay para Brasil, bajo estas condiciones de privatización? Y
¿qué se puede hacer respecto a eso?
Lessa: Mira, hay un problema muy serio ligado a la privatización, que fue el de
los criterios de costos de los contratos, de reajuste de precios. Por ejemplo,
en el caso de Argentina, como el reajuste estaba indexado a costos externos, a
pesar de que el país tuvo deflación tuvo que aumentar las tarifas
de los servicios públicos. En el caso de Brasil, hubo una
elevación espantosa de los costos, por ejemplo, de las tarifas de
energía eléctrica. En telecomunicaciones, que fue la
privatización más exitosa, también fue acompañada de
precios crecientes.
Hay un
problema, yo creo complicado, que es lo siguiente: muchos de los sectores
privatizados no son generadores de divisas, no son exportadores. Sin embargo, al
pasar a propiedad internacional, pasan a tener que remitir al extranjero todos
los años intereses y dividendos ¿Correcto? Esto presiona la
capacidad del país de pago en el exterior. Es cierto que en los dos
últimos años Brasil tuvo una situación bastante
cómoda al respecto. Pero, de cualquier forma, la privatización nos
preocupa mucho.
EIR: En la infraestructura, Brasil ha trabajado mucho la idea de la
integración física con otros países.
Lessa: Es un tema que la actual administración presidencial puso como un tema
central, y nosotros fuimos orientados desde el primer momento a poner todo
nuestro esfuerzo favorable en eso.
EIR: Exacto. Y el BNDES desempeñó un papel muy importante, porque lo
que más falta es financiamiento.
Lessa: Exactamente. Estuvimos haciendo un gran esfuerzo en esa dirección.
Algunas de estas cosas empiezan ahora a madurar. Nosotros estamos apoyando a
algunas hidroeléctricas en Venezuela; a algunas hidroeléctricas en
Ecuador; estamos apoyando el nuevo aeropuerto de Ecuador; estamos ayudando con
alcantarillado en dos o tres países, uno de ellos es la República
Dominicana; y estamos muy adelantados con Argentina en la construcción de
una nueva carretera, que es clave para el Mercosur.
Con
Bolivia y con Paraguay y con Perú existen proyectos que todavía no
están en etapa de implementación, pero su definición
está bastante adelantada.
Y tenemos
una conexión ferroviaria entre Argentina y Chile, que es vital para los
dos países. El BNDES va a ayudar a financiarlo.
Entonces
estas cosas están caminando. Yo creo que es una cosa que está
caminando bien.
EIR: ¿Y la última reunión cumbre en Ciudad Guayana, Venezuela
donde estuvieron Lula, Uribe, Chávez y Zapatero?
Lessa: Fue un adelanto muy importante. Yo ya no estaba más como presidente del
BNDES, pero las cosas que ocurrieron eran cosas que nosotros estábamos
iniciando, digámoslo así.
EIR: ¿Entonces le pareció positiva esa reunión?
Lessa: Fue muy positiva la reunión, porque para Brasil el vínculo con
Argentina y el vínculo con Venezuela construyen un eje que permite que la
integración sudamericana camine. Yo creo que es, digamos, la columna
vertebral de un proceso de integración. Con Venezuela existen
posibilidades muy importantes, incluidas las dos petroleras, Petrobras y PDVSA,
de empezar a desarrollar actividades comunes. Eso para Sudamérica
sería una cosa espectacular, porque la Petrobras asumió un papel
muy importante junto con el segundo grupo empresarial argentino que se llama
Pérez Companc. Tienen gasoductos en Argentina, y estamos incluso
financiando la duplicación del gasoducto sur para evitar que Buenos Aires
tenga una crisis de abasto de gas. Y probablemente vamos a caminar juntos con
una serie de otros países sudamericanos. Yo creo que esa
combinación de Petrobras y PDVSA es muy promisoria para el
continente.
EIR: A nivel internacional el tema de los ferrocarriles, que usted mencionó,
ha cobrado mucha importancia, por ejemplo en Asia y en Eurasia. Está la
famosa Ruta de la Seda. . .
Lessa: Sí, sí, sí. La clásica ruta que pasa por el Medio
Oriente.
EIR: Sí, la clásica ruta, pero ahora con ferrocarriles.
Lessa: Sí, sería una cosa formidable.
EIR: Se está avanzando en eso. China, en particular, ve en esto el futuro de
sus relaciones con Europa Occidental, que le exportaría a China (ya le
está exportando) bienes de capital para estos proyectos comunes de
infraestructura para lograr la integración.
El
concepto que ha planteado Lyndon LaRouche sobre este Puente Terrestre
Eurasiático, abarca dos puntos centrales. Primero, que deben ser no
simplemente ferrocarriles, sino corredores industriales, con el
desarrollo de industrias de alta tecnología de los dos lados del
ferrocarril; y segundo, que hay que integrar eso con grandes obras en las
Américas, incluyendo con la construcción de un posible
túnel por el estrecho de Bering, para conectar las Américas con
Eurasia.
Lessa: Eso del túnel de conexión me parece una cosa casi de ciencia
ficción; es muy importante, pero es una cosa. . .
Pero hay
una cosa a la que me gustaría llamar su atención. Estados Unidos
tuvo tres conexiones ferroviarias del Atlántico al Pacífico,
pasando por el interior del país, construidas en la segunda mitad del
siglo 19. Sudamérica no tiene ni una conexión viable por el
interior que conecte del Atlántico al Pacífico. Tenemos una
sucesión de ferrocarriles, todos distintos, en pésimas condiciones
de manutención. Entonces, para Brasil, y creo que para los países
latinos, la cosa más importante son ferrovías transversales, por
el interior del continente.
Nosotros
del BNDES tenemos un proyecto, que es un proyecto de integración clave.
Le voy a hablar de esto, porque quizás no sepa de él.
Hay un
río, llamado el río Madeira, que es un río de la amazonia
meridional. Este río tiene una parte de su cuenca en Perú, parte
en Bolivia y parte en Brasil. El potencial hidroeléctrico de ese
río es muy, muy elevado. Permite, con tres plantas energéticas,
una planta equivalente a Itaipú, que es la mayor planta
hidroeléctrica continental, la generadora binacional
Brasil–Paraguay.
Construidas
esas tres hidroeléctricas, dos cosas fantásticas ocurren. Primero,
Brasil, Bolivia y Perú pasan a tener 4.800 kilómetros de
hidrovía navegables. Y la segunda cosa fantástica, es que abren 30
millones de hectáreas de tierras para granos, puede ser soya,
maíz, algodón, etc. Para el continente sudamericano, esta
región del río Madeira es equivalente en significado al
Midwest americano para el desarrollo de los Estados Unidos a inicios del
siglo 20. Entonces, la caída del río Madeira y sus
hidroeléctricas representan para la integración sudamericana la
construcción de un interior extremadamente rico en producción de
granos.
Nosotros,
del BNDES, creemos que ése es el proyecto estructural de infraestrucura
más importante para la integración.
Existe
obviamente una cosa extremadamente importante, que es geopolítica, que es
la unión de los países. Y en eso creo que los tres países,
Brasil, Venezuela y Argentina, pueden construir una relación muy
importante.
EIR: Sí. Y la única manera de garantizar la paz entre los países
es en base al desarrollo.
Lessa: Yo también creo eso.
EIR: Lo que usted menciona del río Madeira es extraordinario. También
sería extraordinario integrar el río Amazonas con el Río de
la Plata. . .
Lessa: Ese es un viejo sueño.
EIR: Sí, !desde von Humboldt en el siglo 19!
Lessa: !Sí, es eso!
EIR: Y la conexión también por el Casiquiare con el Orinoco en
Venezuela.
Lessa: Esa conexión del Orinoco con el Casiquiare es una cosa que ya está
estudiada. Ya se conoce: tiene solución de ingeniería, y su costo
no es muy alto. Yo creo que eso va a caminar. La otra es mucho más
difícil, porque, en verdad, tiene problemas serios para cerrar la
interconexión con el Río de la Plata. Ésa es mucho
más complicada. Pero la de arriba, con el Orinoco, el costo es
pequeño, en relación con la importancia.
EIR: Todas estas cosas son factibles si se toma la decisión política
nacional. Usted mencionaba que puede abrirse un área al cultivo como el Midwest de los Estados Unidos. Esto sería como la política
de Franklin Delano Roosevelt en los EU, con el Tennessee Valley Authority.
Lessa: Claro que lo es. Déjame decirte una cosa. En Brasil nosotros estamos
creando políticamente algo que se llama un “Movimiento por el Pleno
Empleo”. Sería la idea de que es necesario hacer una
política a la Roosevelt, welfare economics and a New Deal,
en Brasil. Eso ya tiene 90 parlamentarios que se han adherido a este frente
parlamentario. Y yo creo que el PMDB, que es uno de los tres grandes partidos
brasileiros, muy probablemente lo tendrá como el punto central de una
candidatura presidencial.
EIR: ¿Y sería con la idea del pleno empleo al estilo de Roosevelt?
Lessa: Sí, el primer punto de un programa que tenía además
connotaciones laborales, connotaciones de asistencia social y nacionalistas muy
claros, sin una xenofobia, pero muy fuerte.
EIR: Cuando Roosevelt fue Presidente de los Estados Unidos estableció una
relación de trabajo estrecha, y muy positiva a mi parecer, con el
Presidente de Brasil, Getulio Vargas.
Lessa: Sí, sí.
EIR: Yo sé que ustedes en el BNDES retomaron la historia de Getulio Vargas.
Lessa: Si el significado de él.
EIR: Y creo que el proyecto del río San Francisco, en particular, es algo que
viene estudiado desde esa época. Con esto en mente, ¿cómo
deben ser las relaciones entre Brasil y los Estados Unidos, por ejemplo
relacionado a este tema del desarrollo?
Lessa: Mira una cosa. Si Estados Unidos reduce su agresividad a escala mundial, y
acepta una ordenación financiera de naturaleza distinta, yo creo que de
nuevo le interesaría a la economía americana que la
economía del mundo tenga crecimiento. En ese caso, yo diría que
Brasil es una asociación muy clara para Estados Unidos. Sólo que
hoy Estados Unidos no es un socio, no representa para nosotros una
garantía de expansión económica. Yo creo que Estados Unidos
puede volver a ocupar el papel de centro de la expansión económica
mundial, sin entrar en pelea con ninguna otra región del
mundo.
Ahora, es
necesario domesticar ese dragón financiero, ese monstruo, que es un
monstruo que está comiendo al mundo, pero también está
comiendo a Estados Unidos. Yo creo que en Estados Unidos hay un fenómeno
también muy complejo de aparición de unas desigualdades sociales
crecientes, de unos indicadores de neurosis social, no sé cómo
decirlo, pero digamos que hay un marco social nada bueno. Es una sociedad con
mucho miedo, ¿no?
EIR:
Y con mucha pobreza.
Lessa: También. Yo sé, mucha pobreza, y eso es un absurdo; es un
absurdo.
La tesis
central es que la economía depende de las bases productivas, y la
superestructura financiera tiene que estar al servicio de la base productiva, y
no al revés. Es posible que esta crisis a la que usted hace referencia
venga a encaminar al mundo a una nueva disciplina, para que sea más
civilizada.
EIR: Eso de domesticar el dragón financiero lo hizo Roosevelt en su tiempo, y
es exactamente lo que LaRouche se propone hacer también.
Lessa:
Perfecto.
EIR: ¿Qué piensa usted de la idea de LaRouche de crear un Nuevo Bretton
Woods, que propone un nuevo orden financiero?
Lessa:
Lo encuentro perfecto. Una de las cosas muy complicadas es que anda un país del mundo controlando y haciendo de su dinero la base de la
economía mundial, y eso permite estas locuras financieras, porque no hay
límites, ni hay posibilidades de disciplina.
Yo creo
que LaRouche está en lo correcto. Además, yo te diría que
hay toda una generación importante de economistas que viene diciendo,
desde hace mucho tiempo, que no es posible caminar de esta forma. Nosotros en
Brasil tenemos más de 20 años preocupándonos de eso, pero
somos periféricos, no conseguimos cambiar las cosas. Por el contrario,
nos sofocan.
EIR: Sí, pero Brasil también juega un papel muy importante no
sólo en Iberoamérica, sino en todo el Tercer Mundo. Yo
quedé muy impresionado con las posibilidades económicas y
políticas que vi en Brasil.
Lessa: Brasil es muy impresionante, porque Brasil tiene tres puntos que son muy
curiosos, de una potencialidad muy significativa. Primero, tiene un territorio
muy, muy amplio y todo es aprovechable con mucha facilidad. Porque nosotros no
tenemos tierras heladas, no tenemos suelos tipo tundra. Los 8 millones 500 mil
kilómetros cuadrados brasileiros son casi todos ellos aprovechables. Ese
es el primer punto.
Segundo
punto, nosotros tenemos un pueblo que tiene unas características
culturales muy especiales. Yo creo que somos la sociedad humana menos arrogante,
la más cordial, la menos llena de sí, la más sensible.
Porque no tenemos gran orgullo, lo que es un dato muy positivo desde el punto de
vista mundial.
En tercer
lugar, tenemos una base industrial ya bastante desarrollada; una base
agrícola bien razonable; y tenemos—no todavía una cosa muy
importante—, pero sí ya tenemos los cimientos de un sistema de
ciencia y tecnología.
Entonces
esos componentes permiten que Brasil pueda, con mucha facilidad, hacer un
crecimiento anual superior a 5%.
EIR: Lo único que faltaría, entonces, es. . .
Lessa: ¡El dragón!