Es hora de que Nancy Pelosi se vaya
En la elección nacional de noviembre de 2006, el electorado
estadounidense le atizó lo que debió ser un golpe
mortal al Gobierno de Cheney y Bush, con su historial
de directrices peligrosas e ineptas. Encabezado
por una votación inédita de jóvenes, que tuvo como
punta de lanza la ofensiva organizativa del Movimiento
de Juventudes Larouchistas (LYM), fenómeno que
el estadista demócrata Lyndon LaRouche identificó
como la “nueva política”, el rechazo a la guerra del
Gobierno estadounidense en el Sudoeste de Asia y al
ataque al bienestar general elevó al Congreso a una
mayoría demócrata que tenía el mandato popular de
realizar un gran cambio.
En sus diez meses en funciones, esa nueva mayoría
parece haber desperdiciado esa gran oportunidad, ...
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